El sutil cambio de comportamiento en mujeres que podría ser una señal temprana de demencia
Son cambios, que pasan tan desapercibidos que incluso a los expertos les cuesta reconocerlos.

Cuando hablamos de enfermedades como el Alzhéimer o la demencia lo primero con lo que lo relacionamos es con la pérdida de memoria, confusión o incluso las dificultades que puede tener una persona para seguir lo que está viendo por televisión. Sin embargo, hay otros cambios sutiles en el comportamiento de las personas que pueden dar lugar a una posible demencia en el futuro.
Son cambios, que pasan tan desapercibidos que incluso a los expertos les cuesta reconocerlos. Es más, puede que, como les ha ocurrido a los investigadores de la Universidad de California en San Francisco, necesiten cinco años de investigaciones para dar con los resultados sobre su estudio sobre la demencia.
Dicho estudio ha sido publicado en la revista Neurology y en él los investigadores de la Universidad de California en San Francisco han comprobado sus hipótesis sobre como sutiles cambios en el sueño podrían indicar o, incluso, contribuir a que se produzca un deterioro cognitivo leve o demencia.
¿En qué consistió el estudio?
Durante tres días seguidos, los investigadores comprobaron el comportamiento del sueño de 733 mujeres con plenas capacidades y una media de edad de 82,5 años. Monitorearon cuánto dormían por las noches y la calidad de este sueño; cada cuánto echaban siestas y cuánto duraban estas y sus ritmos diarios, es decir, cómo eran sus ciclos de estar despiertos y dormidos.
Cinco años después repitieron el estudio de las rutinas de sueño y además repartieron entre las participantes un test para evaluar su salud cognitiva, agrupándolas teniendo en cuenta cómo habían cambiado sus hábitos de dormir.
El sutil cambio que les hizo sospechar de principios de demencia
Con este estudio los investigadores comprobaron que 93 mujeres, un 12,7% de las participantes habían desarrollado principios de demencia en esos cinco años. Todas ellas formaban parte del grupo que habían aumentado su insomnio y que hacía que estuvieran exhaustas, lo que había duplicado el riesgo de padecer demencia comparadas con aquellas mujeres que tenían un comportamiento de sueño estable.
Otros cambios en el sueño también aumentan el riesgo de padecer demencia en el futuro, como por ejemplo, pasar más horas despiertos por la noche, las que tienen peor calidad de sueño y siestas más frecuentes y largas.
Conclusión del estudio
Con este estudio los investigadores de la Universidad de California en San Francisco han confirmado lo que otros estudios ya habían hecho en su momento y es que las mujeres que tienen una pobre calidad del sueño, se quedan despiertas hasta altas horas de la madrugada e incluso tienen pesadillas tienen más riesgo de sufrir demencia en el futuro. El estar exhausta todo el día no ayuda nada a la salud de tu cerebro.
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