El PSOE confía en tener atados los apoyos de sus socios al decreto antiaranceles tras el rechazo del PP

Con el rechazo del PP y la abstención de Podemos, Sánchez necesita el apoyo de todos sus socios de investidura.

May 6, 2025 - 05:44
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El PSOE confía en tener atados los apoyos de sus socios al decreto antiaranceles tras el rechazo del PP

A 48 horas de la convalidación del decreto para hacer frente a los aranceles de Donald Trump, los socialistas confían en tener atados los apoyos necesarios para ello en el Congreso de los Diputados. En un inicio, parecía que el decreto iba a contar con un gran consenso parlamentario, pero el PP ha avanzado su rechazo, Podemos ha adelantado que se abstendrá y otros grupos, como ERC, no aclaran su posición. No obstante, los socialistas esperan poder sacarlo adelante, para lo que ya se están produciendo conversaciones 'in extremis' de cara a una votación que pondría en marcha los primeros 7.720 millones de euros del plan prometido por Sánchez hace un mes.

La pausa de 90 días en la aplicación de parte de los aranceles que anunció el presidente de Estados Unidos repercute en la urgencia de este plan con ayudas a sectores afectados por las tasas, aunque el presidente del Gobierno aseguró este lunes que tanto la comunidad internacional como la Unión Europea "reconocen y ponen en valor" la anticipación de la iniciativa española. Al respecto, Pedro Sánchez reclamó el apoyo de todos los grupos de la Cámara, incluyendo al PP. "Les pido que no den la espalda a su país, sino que den la cara por su país, por sus empresas y trabajadores en un momento tan crítico". Sobre los populares, lamentó que su oposición no sea "constructiva". "Veremos si esta vez es diferente. De hecho, el Gobierno de España quiere trabajar para que eso sea así", aseguró en una intervención desde Barcelona.

Sin embargo, en el PSOE tienen pocas esperanzas de recabar el apoyo de los populares y acusan al partido de "dar la espalda a los españoles". "La decisión del PP de darle la espalda al Gobierno ante la guerra arancelaria declarada por la administración Trump demuestra que, cuando más falta nos hacen, les dan la espalda a los españoles, les da igual que perjudique al sector del campo, al pesquero o al conservero. Les da absolutamente igual porque están obcecados y obsesionados con derribar al Gobierno", señaló este lunes el portavoz de Asuntos Exteriores del PSOE en el Senado, Rafael Lemus.

El PP es consciente de que el Gobierno tiene el apoyo "justo" para sacar adelante su decreto anticrisis. Por ello, se niega a servir de salvavidas a un PSOE que no ha recogido ninguna de sus propuestas para mejorar el plan después de semanas de negociación. "Si no hay cambios de aquí al jueves —cuando llega al Congreso para su convalidación—, votaremos en contra". Es decir, que si el ministro Carlos Cuerpo no materializa sobre el papel su buena disposición para negociar el decreto anticrisis, los populares dejarán esta norma en manos de los socios del Gobierno.

Todo esto se produce tras varias reuniones entre el ministro y el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, en las que ambos exhibieron su sintonía. De hecho, el Gobierno llegó a priorizar a la oposición en la ronda de contactos con los grupos parlamentarios, un gesto que el PP agradeció destacando el "trato cordial" pese a la "superficialidad del fondo" del asunto. Los contactos se intensificaron en los primeros días de la crisis arancelaria hasta que el voto de confianza que había depositado el popular se desvaneció cuando el BOE publicó el decreto con unos cambios respecto al último borrador que el Gobierno había facilitado al PP y que se correspondía con lo que había reivindicado la formación independentistas.

"No es posible que cuenten con el PP si es para blanquear un acuerdo que vuelve a comprometer la igualdad entre ciudadanos y entre territorios". El ministro trató de calmar las aguas y volvió a citar a la oposición la semana pasada. El PP aceptó continuar con el diálogo pero a cambio de que el Gobierno incorporase sus medidas en el decreto anticrisis. Si bien el encuentro se desarrolló en un tono cordial, los populares dieron por rotas las negociaciones al no ver reflejadas sus peticiones.

Por eso mismo ahora los de Alberto Núñez Feijóo se quejan de que Pedro Sánchez pida su apoyo gratis, sin obtener a cambio ninguna de las medidas del plan que les hizo llegar al Gobierno. "Pretenden que les blanqueemos", denuncian fuentes populares cercanas a la negociación con el ministro de Economía. Incluso, detallan que llegaron a retirar algunos puntos del plan antiaranceles de Feijóo en aras de alcanzar un acuerdo.

En todo caso, el principal partido de la oposición se mantiene al margen de la votación. Sigue con la mano tendida al Gobierno si este acepta incorporar sus exigencias, entre las que figura alargar la vida útil de las centrales nucleares con el doble objetivo de asegurar el suministro y reducir el precio. Pero ni siquiera confían en que el propio Cuerpo mueva ficha antes del jueves. Como en ocasiones anteriores, la oposición aguarda a conocer la fidelidad de los socios de Sánchez. Más concretamente de Junts y de ERC que podrían provocar el enésimo fracaso parlamentario del Ejecutivo en esta legislatura.

Por su parte, en Ferraz esperan que el apoyo de sus socios posibilite sacar adelante este decreto, puesto que no confían en un cambio de posición de los populares. Podemos era la pieza que más bailaba en el delicado rompecabezas que es la alianza que forma el Gobierno con sus socios independentistas y progresistas y, de hecho, este lunes los morados amagaron por la mañana con un voto en contra que hubiera puesto muy cuesta arriba para el Ejecutivo la convalidación del decreto. Pero, horas más tarde, Podemos anunció que se abstendrá en la votación del jueves, pese a que el paquete de ayudas les parece "del todo insuficiente". Y, con ese movimiento, desaparece el principal escollo para armar la mayoría.

ERC aún negocia

El Gobierno, no obstante, aún no tiene amarrados todos y cada unos de los votos, aunque sí que está cerrado el que habitualmente es el más complicado de conseguir: el de Junts. Salvo sorpresa de última hora, que nunca es descartable tratándose del partido que lidera Carles Puigdemont, los independentistas catalanes cerraron su apoyo el mes pasado, cuando lograron que el texto establezca que las ayudas estarán a disposición de las empresas de manera equilibrada territorialmente en función de su exposición al shock.

Eso no implica, no obstante, que se vaya a destinar el 25% del dinero a Cataluña, como aseguró inicialmente Junts: ese porcentaje es un cálculo de la cuantía total a la que podrían ascender las ayudas que se destinen a empresas catalanas si todas las compañías de esa comunidad que están expuestas a los aranceles las solicitan. Pero los de Puigdemont quedaron satisfechos en esta ocasión incluyendo esa cláusula, que les permite poder presumir ante su electorado de haber arrancado cambios en el texto inicial al Gobierno y, a la vez, votar a favor de poner en marcha ayudas a empresas en un momento en el que Junts está pugnando por volver a tener una interlocución privilegiada con la patronal catalana.

Fuentes de ERC, por el contrario, aseguran que su voto aún no está plenamente decidido, aunque las conversaciones con el Gobierno están en marcha y la disposición al pacto es buena por ambas partes. La formación catalana es clave, puesto que PNV y EH Bildu sí tienen decidido que darán su voto a favor del paquete de ayudas. Los de Oriol Junqueras, además del BNG, son la pieza que falta para que el Gobierno pueda dar por amarrada la mayoría.