El número de voluntarios en Dinamarca para su defensa civil se dispara: "No se debe solo a Rusia y Putin, sino a Trump"
La Guardia Nacional es una unidad militar compuesta por civiles voluntarios que ha recibido una oleada de nuevos voluntarios dispuestos a defender el país nórdico ante el desafío que suponen Rusia y los EEUU de TrumpEuropa recupera la ‘mili’ para engrosar unos ejércitos “en los huesos”: del frente nórdico al debate alemán El enemigo se ha atrincherado en un edificio de oficinas apartado en las afueras de Copenhague. El objetivo de hoy de la unidad de infantería de la Guardia Nacional danesa (Hjemmeværnet) es moverse rápido y asegurar la zona limpiándola de oponentes. En la operación, se tiene que priorizar que no se produzca ninguna baja. Se escuchan algunos disparos de ametralladora y la concentración es máxima, aunque solamente se trate de un simulacro de una situación de combate real. El entrenamiento, que dura unas tres horas, es intenso y se repite una vez por semana, a pesar de que ninguno de los miembros de esta compañía son soldados profesionales. De hecho, la Guardia Nacional es una unidad del ejército formada enteramente por civiles voluntarios, una opción que en el último año ha despertado un interés histórico en Dinamarca. En el año 2024 se inscribieron 1.600 personas en la Guardia Nacional (formada por 14.000 voluntarios). El salto se ha producido en los tres primeros meses de este año, en los que se han inscrito 1.700 nuevos voluntarios, de los cuales el 40% son jóvenes menores de 30 años. Estas cifras son las más altas desde el final de la Guerra Fría, cuando el país nórdico mantenía un plan de “defensa total” como parte de la preparación civil en casos de crisis y conflictos, un sistema que el actual gobierno está haciendo esfuerzos para que vuelva a tener un papel relevante. Anna Kaae es uno de los voluntarios que se han apuntado recientemente a la Defensa Civil “Existe la percepción de que Dinamarca está amenazada” El renovado interés en la Guardia Nacional empezó con el inicio de la invasión de Ucrania, pero el clima actual de incerteza y convulsión en la geopolítica mundial ha servido para dar un nuevo empujón en las inscripciones de voluntarios que quieren tomar parte activa en la defensa del país nórdico en su tiempo libre. “Ahora existe la percepción de que Dinamarca está directamente amenazada y esto no se debe ya tanto a Rusia y Putin, sino a Trump. En Dinamarca la gente teme que EEUU deje la OTAN y Europa se tenga que defender sola”, explica Peter Viggo Jakobsen, analista en la Academia de Defensa de Dinamarca. El grupo que realiza hoy el adiestramiento está formado por una cuarentena de hombres y mujeres que en su día a día son electricistas, ingenieros informáticos o estudiantes universitarios, entre otros. Algunos de ellos también son veteranos en la guerra de Afganistán, pero para muchos es prácticamente la primera vez que sujetan un arma. En la Guardia Nacional, los voluntarios reciben un entrenamiento militar y participan en un amplio abanico de tareas, desde dar respuesta a situaciones de emergencia como inundaciones o la búsqueda de desaparecidos, controlar la zona marítima interna de Dinamarca o custodiar infraestructuras críticas de energía y transporte. Se necesitan más voluntarios A principio de este año, el Gobierno danés anunció un plan de rearme que prevé un gasto en defensa que llegará al 3,2% del PIB en este año. La primera ministra, Mette Frederiksen, argumentó que era necesario “para hacer frente a la amenaza de Rusia”, aunque el anuncio coincidió con las intimidaciones de Donald Trump para anexionarse el territorio autónomo de Groenlandia. Para la Guardia Nacional, el plan para renovar la defensa del país nórdico significa que llegarán 56 millones de euros que servirán para poner al día el equipamiento de esta unidad, que prevé adquirir nuevos equipos de protección, sacos de dormir, protecciones auditivas y mirillas para ametralladoras. “Se están hacien

La Guardia Nacional es una unidad militar compuesta por civiles voluntarios que ha recibido una oleada de nuevos voluntarios dispuestos a defender el país nórdico ante el desafío que suponen Rusia y los EEUU de Trump
Europa recupera la ‘mili’ para engrosar unos ejércitos “en los huesos”: del frente nórdico al debate alemán
El enemigo se ha atrincherado en un edificio de oficinas apartado en las afueras de Copenhague. El objetivo de hoy de la unidad de infantería de la Guardia Nacional danesa (Hjemmeværnet) es moverse rápido y asegurar la zona limpiándola de oponentes. En la operación, se tiene que priorizar que no se produzca ninguna baja. Se escuchan algunos disparos de ametralladora y la concentración es máxima, aunque solamente se trate de un simulacro de una situación de combate real.
El entrenamiento, que dura unas tres horas, es intenso y se repite una vez por semana, a pesar de que ninguno de los miembros de esta compañía son soldados profesionales. De hecho, la Guardia Nacional es una unidad del ejército formada enteramente por civiles voluntarios, una opción que en el último año ha despertado un interés histórico en Dinamarca.
En el año 2024 se inscribieron 1.600 personas en la Guardia Nacional (formada por 14.000 voluntarios). El salto se ha producido en los tres primeros meses de este año, en los que se han inscrito 1.700 nuevos voluntarios, de los cuales el 40% son jóvenes menores de 30 años. Estas cifras son las más altas desde el final de la Guerra Fría, cuando el país nórdico mantenía un plan de “defensa total” como parte de la preparación civil en casos de crisis y conflictos, un sistema que el actual gobierno está haciendo esfuerzos para que vuelva a tener un papel relevante.
“Existe la percepción de que Dinamarca está amenazada”
El renovado interés en la Guardia Nacional empezó con el inicio de la invasión de Ucrania, pero el clima actual de incerteza y convulsión en la geopolítica mundial ha servido para dar un nuevo empujón en las inscripciones de voluntarios que quieren tomar parte activa en la defensa del país nórdico en su tiempo libre.
“Ahora existe la percepción de que Dinamarca está directamente amenazada y esto no se debe ya tanto a Rusia y Putin, sino a Trump. En Dinamarca la gente teme que EEUU deje la OTAN y Europa se tenga que defender sola”, explica Peter Viggo Jakobsen, analista en la Academia de Defensa de Dinamarca.
El grupo que realiza hoy el adiestramiento está formado por una cuarentena de hombres y mujeres que en su día a día son electricistas, ingenieros informáticos o estudiantes universitarios, entre otros. Algunos de ellos también son veteranos en la guerra de Afganistán, pero para muchos es prácticamente la primera vez que sujetan un arma. En la Guardia Nacional, los voluntarios reciben un entrenamiento militar y participan en un amplio abanico de tareas, desde dar respuesta a situaciones de emergencia como inundaciones o la búsqueda de desaparecidos, controlar la zona marítima interna de Dinamarca o custodiar infraestructuras críticas de energía y transporte.
Se necesitan más voluntarios
A principio de este año, el Gobierno danés anunció un plan de rearme que prevé un gasto en defensa que llegará al 3,2% del PIB en este año. La primera ministra, Mette Frederiksen, argumentó que era necesario “para hacer frente a la amenaza de Rusia”, aunque el anuncio coincidió con las intimidaciones de Donald Trump para anexionarse el territorio autónomo de Groenlandia.
Para la Guardia Nacional, el plan para renovar la defensa del país nórdico significa que llegarán 56 millones de euros que servirán para poner al día el equipamiento de esta unidad, que prevé adquirir nuevos equipos de protección, sacos de dormir, protecciones auditivas y mirillas para ametralladoras.
“Se están haciendo esfuerzos para reestructurar la Guardia Nacional y que vuelva al papel que desempeñaba durante la Guerra Fría, cuando significaba una ayuda al ejército profesional en la defensa de Dinamarca”, explica el experto Peter Viggo Jakobsen. “Pero para esto se necesitan entre 15.000 y 20.000 voluntarios”, añade.
Anne Kaae (38 años) es una de las nuevas voluntarias que lleva 10 meses de entrenamiento. Kaae admite que antes de formar parte de la Guardia Nacional no tenía ninguna experiencia militar: “Soy consciente de que necesito mucho entrenamiento, no son unas habilidades que puedas aprender en un fin de semana”, dice a elDiario.es.
Kaae decidió hacerse voluntaria “ante la preocupación por todo lo que está ocurriendo en el mundo” y “empujada por una amiga”. “Siento que hago algo útil en mi tiempo libre”, explica. Para Anne, los entrenamientos en la Guardia Nacional le han aportado “saber cómo actuar de manera lógica y estratégica en los momentos de más presión”. “Esto también lo puedo aplicar en circunstancias de estrés en mi trabajo” dice.
Otra de las nuevas voluntarias en la unidad es Cille Fahnø (24 años), que lleva apenas 2 meses, aunque antes ha realizado el servicio militar durante 8 meses. Cille tuvo la experiencia de visitar Finlandia, donde sus fuerzas armadas tienen la capacidad de movilizar hasta 176.000 soldados en la reserva en caso de una situación de crisis: “Pensé que el país era muy similar el nuestro, pero ellos están mucho mejor preparados para la defensa, así que decidí que, como persona joven y saludable, era mi deber hacer algo”.
A Cille le gusta que la compañía de infantería de la Guardia Nacional sea “una de las unidades más activas”, y no teme que los ejercicios de prácticas, como los que están realizando hoy, un día pudieran convertirse en una situación de combate real: “Así puedo estar preparada si sucede el peor escenario posible de un conflicto”. Un informe reciente de los servicios de inteligencia (FE) alertaba de esta posibilidad, señalando que el escenario de una guerra a gran escala en Europa podía producirse en un término de cinco años si los países miembros de la OTAN no decidían rearmarse ahora.
El país menos preparado de los nórdicos
Al mando de la compañía dirigiendo esta tarde los ejercicios está el comandante Troels Graff, un economista que lleva 27 años como voluntario en la Guardia Nacional y ha servido tres veces en Afganistán. Para Graff, esta unidad “permite tener una vida y un trabajo civil, a la vez que ser parte de la defensa del país, y esto la gente lo encuentra cada vez más relevante”, dice.
Graff admite que la llegada de nuevos voluntarios “es una muy buena noticia” para la Guardia Nacional, pero a la vez supone un reto para adiestrarlos lo más rápido posible: “Aquí llega gente muy distinta con todo tipo de experiencias, pero es importante que la Guardia Nacional también sea un reflejo de la diversidad de la sociedad danesa”.
El analista Peter Viggo Jakobsen apunta finalmente que “la Guardia Nacional se ha vuelto más importante que nunca para la defensa del territorio danés y sus islas”, aunque también señala que la preparación civil de Dinamarca “está aún lejos de la de sus vecinos nórdicos como Suecia, Noruega y Finlandia”. Por ello, “el Gobierno danés está ahora muy preocupado porque ve que tomará demasiado tiempo preparar a Dinamarca para la eventualidad de una crisis o un conflicto”.