El mal uso de las pantallas origina o agrava el 56% de los problemas de la infancia y más de la mitad los afronta en silencio

Según un informe de la Fundación ANAR, el perfil más frecuente es el de una niña de entre nueve y 16 años.

Abr 1, 2025 - 14:31
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El mal uso de las pantallas origina o agrava el 56% de los problemas de la infancia y más de la mitad los afronta en silencio

La Fundación de Ayuda a Niños/as y Adolescentes en Riesgo (ANAR) ha presentado este martes el estudio Tecnología. Impacto en la infancia y la adolescencia en España, según su testimonio, según el cual ha observado que "el uso inadecuado de las pantallas afecta de forma transversal en todas las problemáticas de la infancia y la adolescencia" y estuvo implicado en el origen o agravamiento del 56,4% de 11.164 consultas atendidas por la organización entre junio de 2023 y junio de 2024. De estos casos, más de la mitad vivió estas situaciones en soledad, sin atención profesional ni acompañamiento emocional o supervisión adulta. Ante estos resultados, los investigadores han urgido al Gobierno aprobar la ley de protección de menores en entornos digitales, anteproyecto que el Consejo de Ministros envió al Congreso la semana pasada.

Durante la presentación del trabajo en una rueda de prensa celebrada en Madrid, el director técnico de Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, ha expuesto que si bien la tecnología "es necesaria y ofrece herramientas para mejorar nuestras vidas", también causan "cada vez más sufrimiento a los menores" vinculado al uso inadecuado de la misma y, en muchas ocasiones, "ese sufrimiento está silenciado o es desconocido por su entorno, por lo que debemos proteger a los menores", ha afirmado.

Según revela este trabajo, el mal uso de las pantallas impacta sobre todo en problemáticas relacionadas con violencia, pornografía y prostitución (87,5%), violencia de género (76,7%), expulsión del hogar (64,1%) y maltrato psicológico (60,8%). Respecto a los problemas de salud mental, destaca la incidencia de las tecnologías en los problemas de conducta (64,2%), la ideación y/o intento de suicidio (61,7%) y adicciones (59,4%). Los investigadores también encontraron una especial presencia de las tecnologías en las desapariciones y fugas (75%) y problemas jurídicos como suplantación de identidad a través de la IA, amenazas o coacciones (52%).

Además, la incorrecta utilización de las tecnologías ha creado nuevos problemas que antes no existían como el ciberbullying, la adicción a la tecnología, el ciberacoso, el 'grooming' (acoso y abuso sexual online por parte de adultos hacia menores) y el 'sexting' no consentido (compartir imágenes de contenido sexual y que estas se difundan a terceros). En estas graves situaciones, que supusieron el 38% de las consultas analizadas, hasta el 60,1% de los casos no recibió ningún tipo de atención psicológica.

Perfil más frecuente

El perfil más identificado en las consultas analizadas corresponde a niñas y adolescentes mujeres (63,8%), salvo en los casos de adicción a la tecnología, donde la incidencia entre varones es mayor (54,6%, 9,2 puntos porcentuales más que entre mujeres).

La edad más frecuente es de 14 años, con un intervalo entre los nueve y los 16 años y una media de 12,5 años, aunque en situaciones como el ciberacoso y el 'grooming', esta media se incrementa ligeramente. En cuanto a la situación familiar, la mayor incidencia se da cuando hay un solo progenitor (58,3%) o viven en custodia compartida (60,1%). Respecto al ámbito escolar, el estudio refleja un bajo rendimiento académico en el 62,5% de los casos -especialmente en problemas de adicción tecnológica (69,8%) y 'sexting' no consentido (80%)-.

Según el informe, casi el 80% de los casos analizados presentan un nivel alto de gravedad y el 71,8% son considerados urgentes por los expertos de Fundación ANAR. Además, el 65,4% de estas situaciones se prolongan durante más de un año y en el 70,7% se repiten a diario. Para Ballesteros, "lo peor de todo es que pasa desapercibido para la mayoría de las familias porque en el 65,4% de los casos, la duración de la situación llega a superar el año, es decir, que cuando hablan con nosotros llevan un año de padecimiento de este tipo de situaciones de extrema gravedad", ha apuntado durante la rueda de prensa.

Según ha explicado el director técnico de Fundación ANAR a 20minutos, ese silencio suele producirse porque "en muchas ocasiones, al principio, lo viven como normal porque forma parte de su vida cotidiana, de sus redes sociales, y no advierten un peligro. Y luego, cuando empieza a ser peligroso, por ejemplo en casos de 'grooming' o 'sexting' no consentido, sienten vergüenza a contarlo dentro de su propio entorno, no se atreven a decirlo porque creen que les van a juzgar".

"Esta cronificación está directamente relacionada con la falta de intervención temprana, el silencio que rodea muchas de estas situaciones y la normalización de ciertos comportamientos en el entorno digital", recogen los investigadores en una nota de prensa en la que también se apunta que casi tres de cada cuatro casos atendidos (73,5%) requieren orientación psicológica, jurídica y social de forma simultánea.

"Estamos ante casos más graves, más urgentes y más difíciles de abordar", ha subrayado la directora de las Líneas de Ayuda ANAR, Diana Díaz, que también ha alertado de cuestiones que aparentemente pueden parecer menores como los 'stickers' que se comparten por WhatsApp pero que tienen contenido sexual.

Recomendaciones

Desde Fundación ANAR han presentado una serie de recomendaciones para evitar estas situaciones. A las familias, les aconsejan establecer un vínculo sano con sus hijos, reforzar la comunicación y acompañar activamente a sus hijos en su desembarco en el mundo digital con normas claras y pautas de seguridad. En este sentido, Ballesteros advierte de la "soledad acompañada" que viven muchos jóvenes a pesar de contar con una red familiar, una situación que se da cuando cada miembro de la familia consume individualmente contenido en su respectiva pantalla. "Se va perdiendo el espacio en el que se veía una serie en familia y se comentaba y, muchas veces, los menores se sienten más solos ante problemas que no se atreven a contar porque se sienten solos aunque están en su propio hogar protegidos por sus padres", apunta.

Respecto a las instituciones públicas, ANAR reclama la aprobación de la Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales, así como su aplicación efectiva, con un enfoque basado en derechos y participación infantil. El pasado 25 de marzo, el Consejo de Ministros remitió al Congreso el anteproyecto de ley que, entre otros aspectos, recoge la obligación para los fabricantes de terminales móviles de que estos dispongan de sistemas de control parental que sean efectivos, gratuitos y accesibles. Además, regula de manera exhaustiva el acceso y la activación de los denominados "mecanismos aleatorios de recompensa" (también llamados 'loot boxes') presentes en algunos videojuegos y plataformas, un punto que se ha trabajado de la mano de la Comisión Europea. Para Ballesteros, la aprobación de esta norma "urge" para "poner límites, acompañar, educar y, sobre todo, escuchar".

A los menores, los especialistas de ANAR aconsejan evitar el contacto con desconocidos, evitar la sobreexposición, contrastar la información y pedir ayuda a sus progenitores o adultos de confianza, así como destinar tiempo a ocupaciones fuera de la vida digital. Por otra parte, a los centros escolares les instan a realizar talleres de educación digital, diversidad y desarrollo afectivo-sexual adaptados a cada tramo de edad, además de regular el uso de las tecnologías y trasladar a las autoridades competentes las problemáticas detectadas.

Fundación ANAR ofrece a los menores ayuda telefónica (900 202 20 20 y 900 11 61 11), por chat (chatanar.es) o email de forma totalmente anónima, confidencial y gratuita, las 24 horas de los 365 días del año. Los 6.300 casos atendidos con problemáticas con implicación del mal uso de la tecnología (el 56,4% de las 11.164 situaciones analizadas) resultaron en 18.793 derivaciones a recursos externos: 7.135 a recursos jurídicos -como fuerzas y cuerpos de seguridad, abogados, protección de datos o atención a víctimas- y 11.658 a recursos sociales -como Emergencias 112, centros escolares, sanitarios o de terapia psicológica.