El engaño de Dabiz Muñoz que Cristina Pedroche nunca sería capaz de perdonar

En los últimos meses, la atención ha vuelto a centrarse con intensidad en la vida personal de Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz, una de las parejas más emblemáticas del momento. Las especulaciones sobre una posible separación han crecido con fuerza, alimentadas por la disminución de apariciones conjuntas y la notable discreción que ambos han adoptado en sus redes sociales. Aunque han desmentido públicamente una ruptura, el foco mediático no ha disminuido y cualquier gesto entre ellos es interpretado al milímetro por sus seguidores.

Este interés se produce en un momento especialmente delicado para Pedroche, quien se encuentra en plena etapa de gestación de su segundo hijo. El embarazo ha coincidido con una disminución en su actividad televisiva habitual, en especial en el programa Zapeando, donde es una de las colaboradoras más reconocidas. Su menor presencia ha coincidido con un clima de rumores sobre su estado emocional y su vínculo sentimental con el chef.

Durante una de sus recientes intervenciones en el plató de La Sexta, Cristina participó en un debate que giró en torno al concepto de infidelidad. El tema surgió en una charla junto a Raquel Perera y Nacho García, donde se exploraron las diferentes formas que puede adoptar una traición amorosa. Fue entonces cuando Pedroche dejó entrever, con absoluta claridad, cuál es para ella el límite más duro que no estaría dispuesta a perdonar bajo ninguna circunstancia.

El engaño que nunca podría perdonar

Raquel Perera, experta en relaciones, inició la conversación explicando que el concepto de infidelidad va mucho más allá del contacto físico, y que muchas veces comienza en el plano emocional o incluso en gestos aparentemente inocentes. Cristina recogió esa reflexión y expresó con firmeza que, en su caso, le parecería una traición que su pareja negara públicamente que está comprometido sentimentalmente. Esa acción, explicó, no es para ella una simple «microinfidelidad», sino una falta de lealtad profunda que socavaría los cimientos de una relación basada en la confianza.

Cristina Pedroche fue tajante en su opinión y rechazó de plano el término «microinfidelidad», afirmando que esas conductas no son pequeñas ni inofensivas, sino un claro síntoma de deslealtad. Dejó claro que si alguna vez Dabiz negase públicamente su relación, eso sería motivo suficiente para plantearse una ruptura.

Cristina Pedroche y su marido siguen juntos

A pesar de la intensidad con la que se han extendido los rumores, Pedroche ha optado por el humor como escudo. En sus redes sociales, ha compartido vídeos en los que ironiza sobre las preguntas constantes que recibe acerca de su supuesta separación. En uno de los clips, comenta con sarcasmo que muchos se preguntan por qué su marido sigue cocinando para ella si, supuestamente, ya no están juntos.

Sin embargo, el tono irónico no siempre es suficiente para detener la especulación. En otra ocasión, Dabiz Muñoz respondió a la insistencia mediática con una frase rotunda: «Sí, nos hemos separado». La declaración fue recibida con sorpresa, pero no se interpretó como una confirmación real, sino como una respuesta cargada de frustración. A pesar de esta aparente tensión, poco después se les vio viajando juntos a Dubái y a Miami, lo que desmintió de forma visual cualquier tipo de crisis.

Este juego parece formar parte de la estrategia con la que ambos han aprendido a convivir con la fama. Como ya ocurre con otras parejas mediáticas, han llegado a un punto en el que desmentir constantemente los bulos les resulta agotador. Y sin embargo, lejos de distanciarse, siguen mostrando complicidad y cercanía, aunque sin hacer grandes alardes de su intimidad.

Un matrimonio mediático y polémico

La relación entre Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz ha sido, desde el principio, poco convencional. Se conocieron en 2014 y, apenas diez meses después, decidieron casarse en la intimidad de su hogar, en una ceremonia rápida, inesperada y completamente alejada del espectáculo. Aquella decisión, que sorprendió incluso a su entorno más cercano, fue recibida con escepticismo por parte del público. Sin embargo, el tiempo les dio la razón.

Han pasado ya casi diez años desde aquella boda secreta, y en ese tiempo la pareja ha consolidado un proyecto de vida compartido que combina lo sentimental con lo profesional. Juntos han formado una familia. Han tenido a su primera hija, Laia, en 2023 y actualmente esperan con ilusión la llegada de su segundo hijo. Al mismo tiempo, han desarrollado una colaboración simbiótica en el plano empresarial, con Pedroche como rostro mediático y Muñoz como alma creativa de un emporio gastronómico que no deja de crecer.

Esta convivencia entre el amor y los negocios ha sido una de las claves de su estabilidad. Pero también implica desafíos. Ambos son figuras muy expuestas y cualquier gesto personal puede convertirse en material para titulares. Por eso, Cristina ha tenido que aprender a equilibrar sus emociones con la necesidad de preservar ciertos aspectos de su vida en común. Ha dejado claro es que no podría perdonar ningún engaño, pero no tiene ningún problema con su marido.