¿Imaginan que, en vez de una tienda de calzado, como la que hay en la planta baja, se reconstruyera la vivienda madrileña de Cervantes como merecido homenaje de 23 de abril? Que quede claro que los dueños de la zapatería no tienen nada que ver con esto. El crimen cultural se perpetró hace dos siglos, cuando el dueño de la casa original derribó el edificio por completo para hacer el actual bloque de viviendas. Con dos plantas, ocupaba exactamente el espacio en el que está hoy la tienda de zapatos llamada ‘El Pie de Oro’. El suceso no pasó del todo desapercibido entonces, y al menos alguien alzó una voz: fue el académico Ramón de Mesonero Romanos, que a punto...
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