El deshielo del Ártico rompe récords: El planeta sobrepasa los límites del Acuerdo de París
Marzo de 2025 quedará marcado como un mes crítico para el deshielo y el equilibrio climático del planeta. Nuevos datos revelan que la cobertura de hielo marino en el Ártico alcanzó su punto máximo anual con la menor extensión registrada desde que comenzaron las mediciones satelitales hace 47 años. Con tan solo 14.33 millones de […]

Marzo de 2025 quedará marcado como un mes crítico para el deshielo y el equilibrio climático del planeta. Nuevos datos revelan que la cobertura de hielo marino en el Ártico alcanzó su punto máximo anual con la menor extensión registrada desde que comenzaron las mediciones satelitales hace 47 años. Con tan solo 14.33 millones de kilómetros cuadrados, la cobertura quedó un 6% por debajo del promedio histórico y superó por poco el mínimo anterior de 2017.
Este colapso del hielo marino ocurre en un contexto aún más alarmante: la temperatura global sigue superando el umbral de 1.5 °C establecido como meta preferida en el Acuerdo de París. Marzo fue el vigésimo mes de los últimos 21 en el que la temperatura global rebasó ese límite. De hecho, fue el segundo marzo más cálido de la historia, solo por detrás de 2024.
¿Por qué es tan grave el deshielo?
El hielo marino no solo es crucial para las especies que habitan el Ártico, como osos polares, morsas y narvales, sino que también actúa como el “aire acondicionado” del planeta. Su superficie blanca refleja gran parte de la radiación solar. Al derretirse, deja al descubierto el océano oscuro que absorbe más calor, acelerando el calentamiento global en un círculo vicioso.
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Samantha Burgess, líder estratégica de clima en el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo, advirtió: “Marzo de 2025 fue el marzo más cálido registrado en Europa, lo que vuelve a subrayar cómo las temperaturas siguen rompiendo récords”.
El informe de Copernicus también reveló que el hielo marino fue especialmente escaso en mares como el de Barents y el de Okhotsk, mientras que en la Antártida se registró la cuarta menor extensión para un mes de marzo, con un 24% por debajo del promedio.
El Ártico: Termómetro del cambio climático
Aunque las variaciones naturales pueden causar altibajos anuales en el hielo, la tendencia a largo plazo es clara: estamos perdiendo hielo a un ritmo acelerado. Las consecuencias no se limitan al círculo polar. El deshielo altera patrones meteorológicos en todo el hemisferio norte, intensificando eventos extremos como olas de calor, sequías e inundaciones.
Además, el océano Ártico alberga comunidades humanas que dependen del hielo para la caza, el transporte y su cultura ancestral. El colapso del hielo amenaza su modo de vida, así como ecosistemas enteros adaptados a condiciones heladas que están desapareciendo.
El reloj climático sigue corriendo
La realidad es cruda: el planeta ya no está solo camino al calentamiento global, está cruzando sus umbrales. Con la temperatura media global en marzo superando los 1.6 °C por encima de los niveles preindustriales, los límites pactados en París en 2015 están cada vez más lejos.
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El tiempo para la acción climática efectiva se agota. Si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, fenómenos como el deshielo ártico dejarán de ser noticia para convertirse en la nueva normalidad.
Una advertencia helada
El retroceso del hielo marino no es solo una señal del cambio climático: es su consecuencia más tangible. Nos recuerda que estamos reescribiendo las reglas del sistema planetario. La ciencia es clara, los datos son contundentes, y los efectos ya están aquí. Lo que está en juego no es solo el futuro del Ártico, sino el del clima global del que todos dependemos.