Ha fallecido Mario: Ágatha Ruiz de la Prada deja a sus seguidores en shock

Trágico suceso. Hay pérdidas que no solo duelen, sino que nos atraviesan como sociedad entera. Cuando una figura de relevancia global fallece, el impacto trasciende fronteras, idiomas y generaciones. La conmoción es general porque su obra, sus ideas o su arte nos han acompañado a lo largo de la vida, moldeando también la forma en ... Leer más

Abr 18, 2025 - 09:52
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Ha fallecido Mario: Ágatha Ruiz de la Prada deja a sus seguidores en shock

Trágico suceso.

Hay pérdidas que no solo duelen, sino que nos atraviesan como sociedad entera. Cuando una figura de relevancia global fallece, el impacto trasciende fronteras, idiomas y generaciones. La conmoción es general porque su obra, sus ideas o su arte nos han acompañado a lo largo de la vida, moldeando también la forma en que entendemos el mundo.

Esa ha sido la reacción tras conocerse el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, uno de los autores más influyentes de la literatura en español. A los 89 años, murió en Lima, la ciudad a la que había vuelto en 2022, según informó su familia a través de un comunicado. “Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz”, escribió su hijo Álvaro en la red social X.

Sus hijos compartieron la noticia sin entrar en detalles sobre las causas del fallecimiento ni sobre posibles homenajes públicos. El mensaje, también replicado por su hija Morgana, subrayó la serenidad de su adiós. “Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo…”, decía el emotivo comunicado.

La huella que no se borra.

La noticia ha dejado un vacío en millones de lectores que encontraron en sus libros no solo historias, sino formas nuevas de ver la realidad. Paloma Cuevas fue una de las primeras en expresar su pesar públicamente: «Solías decir que la felicidad también habita en el recuerdo…». Su despedida estuvo acompañada por una imagen entrañable del escritor.

Desde Málaga, Antonio Banderas no quiso quedarse sin rendir tributo: «Un día negro para la literatura…». Con esas palabras, el actor andaluz resumió el sentir de muchos que consideran a Vargas Llosa no solo un Nobel, sino un faro cultural para el mundo hispanohablante. Su obra, vasta y versátil, queda como una herencia imborrable.

También se han sumado voces del mundo artístico, como Candela Serrat, que evocó uno de los títulos más singulares del autor. “Descansa en paz, Mario…”, escribió, recordando El loco de los balcones, una novela en la que la fantasía y la nostalgia conviven con la crítica social. Vargas Llosa siempre supo jugar con el límite entre la imaginación y la realidad.

Retratos desde la palabra.

La despedida del periodista y exministro Máximo Huerta ha sido una de las más sentidas y personales. “Veo a Mario Vargas Llosa y siento sus ganas de escribir…”, escribió, en un texto que es a la vez elegía y confesión. Con palabras que parecen acariciar cada rincón del legado literario del autor, Huerta reconstruyó al hombre que respiraba literatura.

“El niño de Lima, el Nobel y el caballero”, dijo en una frase que resume el tránsito vital del escritor: desde su infancia en Perú hasta el reconocimiento internacional. A lo largo del texto, se percibe una admiración profunda, la de quien ha vivido acompañado por sus libros. “Le conocí en un ascensor en 2019… Hoy son más mías. DEP”, concluye.

Y es que Vargas Llosa no solo escribió novelas, también tocó vidas. Ágatha Ruiz de la Prada, amiga personal del autor, también lo recordó con palabras cargadas de afecto: «Qué pena que se ha muerto un genio de la literatura y un amigo…». Compartió un fragmento que el propio Mario le dedicó hace más de una década, como muestra de una conexión entrañable y duradera.

Una despedida sin punto final.

Vargas Llosa fue más que un escritor; fue un narrador del alma humana, de sus luces y sus sombras. La noticia de su muerte ha sacudido al mundo cultural, político y social. Y aunque su ausencia se siente pesada, su obra permanece viva en cada lector que se sumerge en sus páginas. Se fue rodeado de su familia, en calma, como si su último acto literario hubiera sido escribir el cierre perfecto de su historia personal.

Pero quienes lo leyeron saben que los grandes relatos nunca mueren del todo. Siguen respirando en la mente de quien los recuerda, los cita, los vuelve a leer. Porque como él mismo dijo: “La felicidad también habita en el recuerdo”. Y en el caso de Mario Vargas Llosa, habitará también en cada palabra que nos regaló.