El 72% de jóvenes españoles temen que haya una guerra en Europa y el 60% piden un ejército común
El 82,4% reclama una UE con mayor autonomía estratégica y capacidad de defensa.

La Unión Europea afronta tiempos de inflexión sobre su razón de ser, y la ciudadanía es parte fundamental -o tiene que serlo- de ese proceso, sobre todo en el caso de los jóvenes. En esta nueva era para el continente, el 72% de los jóvenes españoles considera que Europa está ahora mismo más cerca de un conflicto armado que hace cinco años, y estas percepciones reflejan una percepción creciente de vulnerabilidad y desconfianza en la capacidad europea de protegerse en un entorno inestable e incluso peligroso para el futuro de la Unión.
Ante este contexto, un 82,4% de los encuestados cree que la UE debe priorizar su capacidad de reacción autónoma en materia de seguridad y defensa, mientras que un 59,6% respalda la creación de un ejército europeo. Además, el 60% considera necesario aumentar el gasto en Defensa para proteger la estabilidad en la Unión. Son las principales conclusiones del estudio El dilema de Europa, elaborado y presentado por Talento para el Futuro.
En esas exigencias, el europeísmo sigue muy vivo entre los jóvenes, y son datos que además coinciden con la convocatoria de una manifestación en Madrid para este domingo que busca precisamente defender la UE como un modelo clave en la 'batalla' global frente a Estados Unidos, China y Rusia. Así, una amplia mayoría de la juventud española apoya la pertenencia de España a la Unión Europea: un 69,5% la considera importante, siendo especialmente fuerte entre quienes se identifican con la izquierda y tienen estudios superiores. Sin embargo, esta adhesión no implica complacencia. El funcionamiento de la UE recibe una media de solo 2,6 sobre cinco puntos, con los jóvenes de mayor edad y posiciones ideológicas más extremas mostrando un mayor grado de insatisfacción.
Por otro lado, la valoración de la política exterior europea es la más baja del informe, con una media de 2,2 sobre 5. Un 63,1% la califica negativamente, subiendo hasta el 67,4% entre jóvenes que tienen de 25 a 34 años. La crítica se centra en la incoherencia entre los valores que proclama la UE y sus alianzas o acuerdos con regímenes autoritarios. Incluso los jóvenes que valoran positivamente la pertenencia a la UE se muestran críticos: el 52% de este grupo desaprueba su política exterior.
En materia de diplomacia económica, el 68% considera importante que la UE la use para defender sus intereses. Un 81% apoya una política exterior económica más proactiva frente a potencias como China y Estados Unidos, y siete de cada diez jóvenes respaldan el uso del poder económico (como sanciones o inversiones estratégicas) para promover la democracia y los derechos humanos. No obstante, el 56,6% cree que los acuerdos comerciales no benefician por igual a todos los países miembros.
Los valores siguen siendo centrales para la juventud: un 57,3% rechaza firmar acuerdos con países que vulneran los derechos humanos, y un 67,4% cree que el bienestar de las personas debe prevalecer sobre los intereses económicos en política exterior. Esta visión es más fuerte entre mujeres (73,6%) y jóvenes de izquierda (más del 70%). Solo el 37,3% de los hombres jóvenes apoya mantener acuerdos con países que violan derechos humanos, frente al rechazo del 75,2% de las mujeres.
La juventud quiere más Europa, pero no cualquier Europa
Por último, seis de cada diez jóvenes creen que los principios de la UE deben ser determinantes en sus relaciones exteriores, incluso si eso implica no cooperar con gobiernos que no los respetan. El optimismo sobre el papel global de la UE también está presente: el 51% cree que la Unión puede mejorar la vida de personas en terceros países, siendo esta creencia más fuerte entre mujeres y personas no binarias. En resumen, la juventud apoya a la UE, pero exige más coherencia, autonomía y protagonismo ético.
Este panorama general sugiere que la juventud española combina un europeísmo de base -manifestado en el amplio apoyo a la membresía de la UE- con una actitud crítica hacia el desempeño concreto de la Unión. Para los decisores políticos, este "dilema" implica que, aunque existe legitimidad y respaldo para el proyecto europeo, hay una demanda clara de reformas y mejoras en cómo funciona la UE y cómo se proyecta en el mundo.
Por otro lado, las instituciones europeas y nacionales tienen la oportunidad de capitalizar el apoyo mayoritario de los jóvenes al ideal europeo, siempre que atiendan sus críticas, refleja el estudio elaborado por la organización juvenil: los reclamos pasan por mayor eficacia institucional, más coherencia entre valores y acciones, y un rol internacional más firme pero fiel a los principios democráticos. "Ignorar estas percepciones podría abrir la puerta a una creciente desafección o al aprovechamiento de este descontento por fuerzas euroescépticas, mientras que abordarlas de frente puede fortalecer el vínculo de las nuevas generaciones con Europa", añaden en el informe.
"Las nuevas generaciones no solo apoyan una mayor integración europea; exigen una Europa capaz de proteger, de actuar con firmeza y de liderar en un mundo que sienten cada vez más hostil", expuso sobre los resultados Elsa Arnaiz, presidenta de Talento para el Futuro. "En un contexto internacional incierto, los jóvenes reclaman menos discursos y más acción: una Unión que pase de las palabras a los hechos", añadió. Cuando se conmemoran 75 años de la firma de la Declaración Schuman, este documento es "una llamada de atención", avisan desde la organización. "La juventud quiere más Europa, pero no cualquier Europa. Quiere una Europa valiente, capaz de defenderse sin depender de otros, pero que al mismo tiempo sea fiel a sus principios fundacionales en su acción exterior”, terminó Arnaiz.