Demi Moore: "No volvería a los 21 años ni aunque me pagaran: era una tortura"

Será que el tiempo pone las cosas en su sitio, o que algunos prejuicios acaban cayéndose de puro viejos. El caso es que Demi Moore, antaño una de las actrices más detestadas de Hollywood, se encuentra ahora en plena revalidación. Y, además, gracias a una película como La sustancia, que satiriza el edadismo de Hollywood y sus mitos de usar y tirar.

Así pues, tras su nominación a los premios Oscar 2025, no es extraño que Moore se enfrente a muchas preguntas sobre esas cuestiones. Ahora llegan sus palabras (vía Hollywood Reporter) en el evento Time 100 Submit, donde la actriz habló sobre el estado actual de la industria y su perspectiva sobre la vida.

"No me hubiera molestado ganar el Oscar"

Según Demi Moore, las cosas en Hollywood hoy son "muy diferentes" de sus años rodando películas como Striptease o La teniente O'Neill. "Creo que entonces se tenía la sensación de que todo iba a acabar en un momento determinado, en contraste con la realidad, que es que sencillamente evolucionamos, y eso no es acabar".

"También he pensado últimamente acerca de esta idea de que cumplir años y hacerse vieja no son lo mismo", prosiguió la actriz. "De alguna manera, nos hemos confundido con eso, porque cumplir años es un regalo tremendo. No volvería a los 21 años ni aunque me pagaran. Por bien que pueda sonar, aquello era una tortura".

Demi Moore asegura encontrarse "en un espacio pacífico de aceptación y libertad". Algo que se extiende a sus impresiones sobre el hecho de que el Oscar fuese a manos de Mickey Madison por Anora.

"Aquello hubiera estado bien: no puedo decir que me hubiese molestado", bromeó. "La cuestión de si debería haber ganado no es la perspectiva que yo mantengo, porque no lo hice. Y suscribo la idea de que todo en esta vida ocurre para mí, no a mí". "La decepción está ahí, claro. Y también asumo de inmediato que estoy al servicio de algo más grande que yo, aunque no sepa qué es".

De momento, Demi Moore reconoce que el trabajo de Madison en la película de Sean Baker fue "increíble". "Aquí el mensaje es que queda trabajo por hacer: esta cuestión aún no está terminada", concluye.

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