Casi 3 años sin Papa: La historia de Gregorio X y el Cónclave más dramático hasta ahora

Con el Cónclave sucediendo en este momento, han revivido historias que nos dejaron a todos con la boca abierta y ésta solo es una de ellas, así que no importa si solo estás en el chismecito porque viste la película ‘Cónclave’, aquí te contamos todo sobre Gregorio X, quién tardó 3 años en ser elegido […]

May 8, 2025 - 18:28
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Casi 3 años sin Papa: La historia de Gregorio X y el Cónclave más dramático hasta ahora

Con el Cónclave sucediendo en este momento, han revivido historias que nos dejaron a todos con la boca abierta y ésta solo es una de ellas, así que no importa si solo estás en el chismecito porque viste la película ‘Cónclave’, aquí te contamos todo sobre Gregorio X, quién tardó 3 años en ser elegido Papá.

Todo empieza en 1268 cuando el Papa Clemente IV acababa de morir y, como dictaba la tradición, los cardenales se reunieron en la ciudad italiana de Viterbo para elegir a su sucesor, pero lo que no sabían era que estaban a punto de protagonizar el cónclave más largo y caótico de la historia.

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El cónclave más largo que vivió la Iglesia

Como ya es tradición, los cardenales se reunieron para llevar a cabo el famoso Cónclave, en el que votarían por el siguiente Papa, mes tras mes, los cardenales seguían reunidos, discutiendo sin ponerse de acuerdo y el pueblo empezó a perder la calma. ¿Cómo era posible que después de tanto tiempo aún no pudieran tomar una decisión?

El Cónclave más largo de la historia

Así que en el pueblo se tomó una decisión, radical, pero efectiva, pues los encerraron con llave, y empezaron a racionarles la comida, si justo como se escucha, de un día a otro, los cardenales no comían más que pan duro y agua, y la cosa no cambiaría hasta que se pusieran de acuerdo.

Fue hasta 1271, casi tres años después, que por fin salió un nombre: Teobaldo Visconti, la elección fue súper inesperada, no solo porque Teobaldo no era sacerdote (ni obispo, ni cardenal), sino que ni siquiera estaba en Italia, estaba en Tierra Santa, participando en una cruzada. Literalmente lo sacaron de medio oriente, lo ordenaron sacerdote, luego obispo y por fin, Papa. Así nació el papado de Gregorio X, que solo duró cinco años.

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¿Cómo se establecieron las reglas del Cónclave moderno?

Una vez en Roma, Gregorio X entendió mejor que nadie lo caótico que podía ser el proceso de elección papal, por eso, en 1274, durante el Concilio de Lyon, lanzó un documento que lo cambiaría todo: la bula Ubi periculum. En el, estableció las bases de lo que hoy conocemos como el cónclave moderno: los cardenales debían encerrarse sin contacto con el exterior, sin privilegios, y con comida racionada si se tardaban demasiado.

Gregorio X

Las nuevas reglas eran claras: todos vivirían juntos en el mismo edificio, separados solo por cortinas, si al tercer día no había Papa, solo recibirían un plato de comida al día y si al octavo día seguían sin ponerse de acuerdo, la dieta se reducía a pan y agua.

Más allá de hacer más rápido todo el proceso de elección de un Papa, también había una razón espiritual en todo esto, Gregorio creía que solo aislándose del ruido del mundo, los cardenales podrían escuchar la voz del Espíritu Santo y tomar una decisión guiada por la fe y no por intereses políticos. Y, aunque con el paso del tiempo algunas de estas reglas se suavizaron bastante, la esencia del cónclave sigue vigente hasta el día de hoy.

Este modelo se sigue aplicando cada vez que un Papa muere o renuncia, justo como está pasando en estos momentos, luego de la muerte del Papa Francisco. En pleno siglo XXI, los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina, sin celulares, sin contacto con el exterior, y con la presión histórica de tomar una decisión correcta.

El Cónclave más largo de la historia

Gregorio X murió en 1276, Fue beatificado en 1713 y es recordado como uno de los Papas más estratégicos de la historia, no por discursos extravagantes, ni milagros, sino por haberle puesto orden al desastre institucional más grande que había vivido la Iglesia hasta entonces.

Y aunque hoy el Vaticano tiene protocolos milimétricos, listas de candidatos, seguridad reforzada y hasta cobertura en vivo del humo blanco, la esencia sigue siendo la misma: una habitación cerrada, decisiones difíciles y la presión de un mundo entero esperando una señal.

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