Boca mereció más contra Tigre, pero no pudo ser primero y afrontará los playoffs todavía sin técnico confirmado
Con Herrón en en el banco, empató 1 a 1 ante Tigre y recibirá a Lanús por los octavos de final
En el mismo escenario donde seis meses atrás se estrenó el ciclo de Fernando Gago, Mariano Herrón sumó un empate con gusto a poco en el primer partido de su cuarto ¿interinato? en Boca. El 1 a1 ante Tigre le impidió al Xeneize finalizar en la primera posición de la Zona A (precisaba ganar para superar en puntos a Argentinos Juniors) y volvió a encender el debate en relación al futuro del DT.
A una semana del comienzo de los playoffs y en la antesala del Mundial de Clubes de junio, Juan Román Riquelme sigue sin resolver quién será el entrenador de Boca de cara a los próximos compromisos. El equipo mejoró su imagen respecto de la derrota en el Monumental, pero sigue lejos de su mejor versión. El rival en octavos del Apertura será Lanús, el próximo sábado, en la Bombonera. Y el clásico con River sólo podría repetirse en la final.
Si uno no supiera todo lo que pasó en Boca a lo largo de la última semana, llegaría a la conclusión de haber visto contra Tigre un capítulo más de la serie más repetida durante el año. La de un equipo que de visitante le cuesta horrores imponer condiciones. Y es lógico: ningún DT puede hacer magia. Y menos aún en este marco de incertidumbre que rodea al mundo Boca. La imagen que el equipo le devolvió al presidente, ubicado en uno de los palcos del estadio José de la Dellagiovanna no colmó ni superó las expectativas. Un Boca que puede convertir en cualquier momento producto de la jerarquía de sus hombres de ataque (gran acción de Miguel Merentiel y definición cinco estrellas de Kevin Zenón) pero al que también le llegan mucho y le anotan goles en secuencia a través de la pelota parada. El empate de Lorenzo Scipioni fue el octavo tanto que Boca recibe por esa vía de los 13 que sufrió en la temporada. ¿Velasco, la apuesta del presidente que Herrón devolvió a la titularidad? Tampoco aprobó el examen: sin confianza, aportó poco en ataque y, salvo en la acción del gol, tocó casi siempre para atrás. Fue el primer reemplazado, a los 27 minutos del segundo tiempo.
Herrón demostró nuevamente su estilo pragmático y armó una formación más tradicional. Borró la línea de cinco con la que Boca jugó en Núñez (y que le costó el cargo a Fernando Gago), y con un esquema 4-3-3, con Velasco en lugar de Ayton Costa buscó cerrar la fase regular del Apertura con un triunfo ante Tigre que lo metieraa definitivamente en la pelea por el puesto. Porque a esta altura de las circunstancias ya no parece una locura pensar que este ciclo de Mariano Herrón pueda extenderse más de la cuenta.
Ante un rival inmensamente inferior, que llevaba cuatro partidos sin triunfos y no ganaba desde marzo, Boca mereció mejor suerte sobre el final, pero el punto no le alcanzó para asegurar en las instancias finales del torneo. Porque si en semifinales toca Central, tendrá que buscar el boleto lejos de la Bombonera, donde es prácticamente invencible. Sin brillar, Boca tuvo sus chances para ganarlo: le anularon dos goles a instancias del VAR (mano de inmediatez de Tomás Belmonte y offside de Marcos Rojo previo a la definición de Rodrigo Battaglia) y contó un puñado de situaciones de gol promediando la segunda mitad. Pero Herrón desarmó el equipo sobre el final y Boca dejó pasar el envión.
El DT decidió la salida de Merentiel, el más claro e incisivo del equipo, para propiciar el ingreso de Lucas Janson, uno de los refuerzos más caros de la era Riquelme que volvió a la lista de convocados luego del despido de Pintita. Entró de 9 pese a su 1.71 metro y pasó prácticamente inadvertido. La Bestia salió con cara de pocos amigos y ni siquiera miró al DT. Herrón también le dio minutos a Santiago Dalmasso, una de las promesas del Boca Predio, pero el que salió fue Belmonte, que jugaba uno de sus mejores partidos en Boca y había tenido dos chances claras para ganarlo.
GOLAZO DE BOCA