Así fue la desagradable experiencia de Rosamund Pike en el casting para ser chica Bond: "No lo haré"

Antes de convertirse en una actriz prestigiosa gracias a ser Amy Dunn en Perdida, Rosamund Pike había probado suerte en el blockbuster de altos vuelos. Esto, entre los 90 y los 2000, implicaba postularse como chica Bond para una fase, la de Pierce Brosnan, que iba superándose a cada película en cuanto a pirotecnia y absurdez. Sin duda la película de James Bond más delirante, así las cosas, es la que protagonizó Pike en 2002: Muere otro día, que fue asimismo la despedida de Brosnan como 007.

Más tarde la saga tendría un reinicio, virando hacia el realismo y una visión algo menos machista, a través del fichaje de Daniel Craig, pero para esto todavía quedaba mucho y a principios de siglo Pike tuvo que sufrir una audición de lo más desagradable.

La actriz de I Care a Lot (que hoy protagoniza La rueda del tiempo en Amazon) se postulaba para el papel de Miranda Frost, una agente doble que tenía un idilio con Bond y a final de la película debía enfrentarse a la otra chica Bond de la función: Jinx, interpretada por Halle Berry.

Según ha contado Pike en Harper’s Bazaar UK, la prueba que tuvo que hacer para Muere otro día terminó pasando por el requerimiento de quitarse la ropa durante el cásting. Y la actriz se negó en redondo.

“En la audición para Bond me pidieron que me bajara la cremallera y el vestido que llevaba, para quedarme en ropa interior. Y pensé ‘bueno, no, haré eso si consigo el papel, no lo haré ahora’”. Al parecer esta muestra de carácter agradó a los ejecutivos, pues pese a su negativa Pike fue igualmente elegida para protagonizar Muere otro día.

En un rodaje que, por otra parte, tampoco recuerda demasiado bien. Hace poco Pike contaba otra anécdota de Muere otro día, a partir de una escena íntima con Brosnan que le puso de los nervios. Esta vez, al menos, sin exigencias que le incomodaran: “Nos abrazamos y al separarnos vi mi cinta adhesiva y mis cubrepezones cubiertos de pelo. Y pensé ‘dios mío, le estoy depilando el pecho a Pierce’. Me sentí tan mal”, contaba Pike.

“Pensé ‘dios mío, le estoy arrancando el vello del pecho con cada abrazo’. Tardé un par de tomas en darme cuenta de que no era él. Era la piel falsa de las alfombras que adornaban la cama del cisne. Pensé que le estaba depilando el pecho al pobre hombre”. Pike recuerda con humor esta anécdota, pero seguramente se alegre de no tener que pasar por más malos tragos como el de la prueba de cásting para Muere otro día.

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