Así es el estilo artístico desconocido que cambió el arte rupestre de los pueblos indígenas en Australia
Una investigación en la región de Kimberley identifica por primera vez un estilo pictórico aborigen centrado en grandes animales delineados, que reescribe parte de la secuencia artística del HolocenoUn descubrimiento en Nueva Zelanda revela una especie de moa que no figuraba en los registros fósiles En el remoto noreste de la región de Kimberley, en Australia Occidental, un equipo multidisciplinar de arqueólogos ha identificado un nuevo estilo de arte rupestre aborigen que había pasado inadvertido hasta ahora. Bautizado como Linear Naturalistic Figures (LNF), el hallazgo ha sido documentado tras el análisis detallado de 98 motivos en 22 yacimientos distintos. El descubrimiento, liderado por la investigadora Ana Paula Motta, marca un antes y un después en el conocimiento de la secuencia estilística del arte rupestre australiano. Figuras animales, sin adornos y de gran tamaño Las figuras del nuevo estilo presentan rasgos distintivos: se trata de representaciones de animales de gran tamaño (algunas de más de un metro), delineadas con contornos lineales sin rellenos interiores decorativos. Los investigadores destacan su trazo continuo, la ausencia de formas humanas y una preferencia clara por especies como canguros, murciélagos frugívoros (zorros voladores), reptiles y aves. Las pinturas, realizadas con pigmentos en tonos rojizos, están orientadas en perfil, siguiendo convenciones visuales claras. Las Linear Naturalistic Figures rompen con la tradición anterior del llamado estilo Irregular Infill Animal Period (IIAP), que predominaba en el Pleistoceno tardío y se caracterizaba por animales con trazos más gruesos y rellenos texturizados. En comparación, el nuevo estilo refleja un enfoque más sobrio y esquemático. “La linealidad y la ausencia de ornamentos apuntan a un cambio simbólico en la forma de representar el mundo”, señala el estudio publicado en Australian Archaeology. Ejemplos de grupos de formas corporales exclusivos de las figuras naturalistas lineales. Observe el contorno continuo y simple característico, así como la ausencia de relleno (figura de Ana Paula Motta). Una cronología dentro del Holoceno medio y tardío Los análisis de superposición de pigmentos y estratigrafía indican que este estilo habría emergido entre el Holoceno medio y el Holoceno tardío. Se sitúa, por tanto, entre los estilos Gwion (más antiguos y con complejas figuras humanas) y el posterior estilo Wanjina, de carácter ceremonial. “Este nuevo grupo estilístico sugiere una reorientación espiritual en las comunidades locales, en la que los vínculos con el mundo animal pasaron a ocupar un papel central”, explican los autores. El papel del paisaje y el vínculo con los ancestros Desde la perspectiva de los pueblos aborígenes, estas imágenes no solo documentan fauna local. Representan relaciones de parentesco y cosmologías en las que el territorio, los clanes y las especies están profundamente entrelazados. Las LNF podrían haber servido como marcadores territoriales, herramientas pedagógicas o elementos rituales dentro de un sistema totémico basado en la continuidad con los ancestros animales. El descubrimiento no es fruto del azar. Forma parte del proyecto Kimberley Visions, una colaboración entre científicos y custodios tradicionales que ha registrado más de 1.100 yacimientos rupestres en la región. De ese total, 151 fueron seleccionados por su relevancia estilística y cronológica. La singularidad de las 98 figuras ahora clasificadas como LNF fue consistente en sus formas, tamaño y ejecución técnica, lo que justificó proponerlas como un estilo independiente.

Una investigación en la región de Kimberley identifica por primera vez un estilo pictórico aborigen centrado en grandes animales delineados, que reescribe parte de la secuencia artística del Holoceno
Un descubrimiento en Nueva Zelanda revela una especie de moa que no figuraba en los registros fósiles
En el remoto noreste de la región de Kimberley, en Australia Occidental, un equipo multidisciplinar de arqueólogos ha identificado un nuevo estilo de arte rupestre aborigen que había pasado inadvertido hasta ahora. Bautizado como Linear Naturalistic Figures (LNF), el hallazgo ha sido documentado tras el análisis detallado de 98 motivos en 22 yacimientos distintos. El descubrimiento, liderado por la investigadora Ana Paula Motta, marca un antes y un después en el conocimiento de la secuencia estilística del arte rupestre australiano.
Figuras animales, sin adornos y de gran tamaño
Las figuras del nuevo estilo presentan rasgos distintivos: se trata de representaciones de animales de gran tamaño (algunas de más de un metro), delineadas con contornos lineales sin rellenos interiores decorativos. Los investigadores destacan su trazo continuo, la ausencia de formas humanas y una preferencia clara por especies como canguros, murciélagos frugívoros (zorros voladores), reptiles y aves. Las pinturas, realizadas con pigmentos en tonos rojizos, están orientadas en perfil, siguiendo convenciones visuales claras.
Las Linear Naturalistic Figures rompen con la tradición anterior del llamado estilo Irregular Infill Animal Period (IIAP), que predominaba en el Pleistoceno tardío y se caracterizaba por animales con trazos más gruesos y rellenos texturizados. En comparación, el nuevo estilo refleja un enfoque más sobrio y esquemático. “La linealidad y la ausencia de ornamentos apuntan a un cambio simbólico en la forma de representar el mundo”, señala el estudio publicado en Australian Archaeology.
Una cronología dentro del Holoceno medio y tardío
Los análisis de superposición de pigmentos y estratigrafía indican que este estilo habría emergido entre el Holoceno medio y el Holoceno tardío. Se sitúa, por tanto, entre los estilos Gwion (más antiguos y con complejas figuras humanas) y el posterior estilo Wanjina, de carácter ceremonial. “Este nuevo grupo estilístico sugiere una reorientación espiritual en las comunidades locales, en la que los vínculos con el mundo animal pasaron a ocupar un papel central”, explican los autores.
El papel del paisaje y el vínculo con los ancestros
Desde la perspectiva de los pueblos aborígenes, estas imágenes no solo documentan fauna local. Representan relaciones de parentesco y cosmologías en las que el territorio, los clanes y las especies están profundamente entrelazados. Las LNF podrían haber servido como marcadores territoriales, herramientas pedagógicas o elementos rituales dentro de un sistema totémico basado en la continuidad con los ancestros animales.
El descubrimiento no es fruto del azar. Forma parte del proyecto Kimberley Visions, una colaboración entre científicos y custodios tradicionales que ha registrado más de 1.100 yacimientos rupestres en la región. De ese total, 151 fueron seleccionados por su relevancia estilística y cronológica. La singularidad de las 98 figuras ahora clasificadas como LNF fue consistente en sus formas, tamaño y ejecución técnica, lo que justificó proponerlas como un estilo independiente.
¿Qué cambia con este hallazgo?
El reconocimiento de este nuevo estilo obliga a revisar las narrativas cronológicas y simbólicas del arte rupestre en Australia. Añade un eslabón intermedio en la evolución de los lenguajes visuales aborígenes y refuerza la idea de que el arte fue, además de expresión estética, una herramienta para gestionar el conocimiento ecológico y espiritual. En palabras del equipo, “estas figuras nos hablan de un cambio en la manera de pensar la coexistencia con los animales y el entorno”.
El trabajo también pone en valor la colaboración con la Balanggarra Aboriginal Corporation, cuyos miembros participaron en la documentación y contextualización de los hallazgos. Para los custodios tradicionales, estas pinturas no son arte antiguo, sino parte viva de una red de significados que sigue teniendo vigencia. Este tipo de cooperación científica y cultural refuerza la necesidad de proteger los sitios patrimoniales y preservar los conocimientos indígenas.
A pesar de su aparente sencillez, las Linear Naturalistic Figures revelan una sofisticación simbólica y técnica que amplía la comprensión sobre la historia profunda de Kimberley. En un momento en el que el arte rupestre está cada vez más amenazado por la erosión, el turismo o la minería, hallazgos como este subrayan la urgencia de seguir investigando, documentando y valorando el legado visual de los primeros habitantes del continente australiano.