Aranceles, terroristas y la guerra de aranceles más tonta de la historia
El mismo Donald Trump reconoció que está dispuesto a negociar si puede obtener algo que sea de su interés particular o estratégico para su legado político.

Siguen las réplicas del sismo “Trump” que esta semana despedazó el orden comercial existente desde hace más de 40 años, tirando las bolsas y las monedas globales. Durante las últimas horas, colegas y analistas se preguntaban si sobreviviría América del Norte como la región económica más próspera del planeta, cuál sería el futuro del acuerdo comercial TMEC y si el impacto catastrófico en la población estadounidense empujaría a Trump y su equipo a relajar o cambiar su política comercial ante el inminente incremento generalizado de precios en los Estados Unidos.
¿Será el bolsillo de los electores que votarán en 2026 y las encuestas de aprobación, que finalmente presionarán a Donald Trump? Algunos analistas han señalado que esta nueva política comercial podría costarle más de 7 mil dólares por familia, y una caída en las cuentas de inversiones y pensiones.
Desafortunadamente para los consumidores estadounidenses y los empleados de empresas alrededor del mundo que trabajan para compañías que exportan a Estados Unidos, hay poca capacidad de legisladores estadounidenses de detener a Donald Trump, poniendo así en riesgo el control republicano de ambas cámaras en las elecciones intermedias.
“Things are going very well”, este fue el comentario del presidente Donald Trump, quien no reconoció el impacto a corto plazo de los consumidores y de las empresas importadoras.
Cuando le preguntaron cuánto tiempo tardaría la estabilización de la economía, el presidente contestó fríamente que podría tardar hasta dos años.
Trump y sus asesores aseguraron que los aranceles anunciados no eran cifras negociables, aunque durante en las últimas horas, el mismo presidente aseguró que si China permitía la venta de la plataforma TikTok, la Casa Blanca estaría dispuesta a reducir aranceles a las importaciones chinas -que llegaron a 54 por ciento- si el gobierno de ese país permite la venta de esta muy popular red social en los siguientes días.
Así que, en menos de 24 horas de anunciar la “Guerra de aranceles más tonta de la historia” (según la página editorial del Wall Street Journal), el mismo Trump reconoció que está dispuesto a negociar si puede obtener algo que sea de su interés particular o estratégico para su legado político. Esto estaría abriendo aún más inestabilidad en los mercados: es imposible para empresas trasnacionales tomar decisiones si Trump está dispuesto a cambiar de opinión en menos de 24 horas.
Y en esta “tonta guerra arancelaria”, donde podría haber cierto espacio para negociar, México y Canadá podrían ser los países menos damnificados. Algunos analistas aseguraban que fue Canadá el país que menos daños sufrió su economía debido a la legislación que fue aprobada de último momento en el Congreso de los Estados Unidos, prohibiendo aranceles a Canadá.
Todo parece que Trump “estornuda”, por ahora, en los llamados y la legislación aprobada por la Cámara de representantes. Pero claramente fue México el país al que mejor le fue en la masacre de las economías globales: Uno de los intereses estratégicos de Trump, desde su primer día de regreso a la Casa Blanca, es la reducción del tráfico de fentanilo y la migración irregular hacia Estados Unidos, un problema prioritariamente para la frontera entre México y Estados Unidos, y casi inexistentes para la frontera con Canadá.
Y todo indica que Trump y su equipo continuarán presionando a México en estos dos temas. En el caso de Canadá, no está claro qué más pueden hacer para reducir el casi inexistente flujo de fentanilo de su país hacia Estados Unidos.
Por eso es fundamental entender el vínculo que podría tener el nombrar al crimen organizado en México como organizaciones terroristas en las negociaciones arancelarias y el futuro del TMEC: la presión continuará y posiblemente incrementará al irse publicando más empresas y empresarios, músicos, políticos y funcionarios que tendrían vínculos con los cárteles mexicanos.
Comentamos en este espacio en las últimas semanas que es mucho más fácil identificar actores en la economía nacional que tienen nexos directos o circunstanciales con organizaciones “terroristas”.
Y esta semana vimos cómo le quitaron visas para viajar a los Estados Unidos a músicos que, con solo hacer apología en su concierto a los jefes de estas organizaciones, sufrieron consecuencias y señalamientos. Ahora imaginemos qué podría suceder con exportaciones de limones o aguacates de regiones controladas por estas organizaciones.
¿Si surgen más videos de funcionarios reuniéndose con representantes de algún cártel, podrán los partidos distanciarse lo suficiente para que no sancionen a las corporaciones políticas? Una de las eventualidades más urgentes tiene que ver con las elecciones judiciales y la posibilidad de que los candidatos o candidatas reciben recursos de estas organizaciones “terroristas”. ¿Qué hará el INE? ¿Cuál es la responsabilidad del gobierno de México? Aranceles y terrorismo se negociarán en la misma mesa.