24 horas sin luz y tan «tranquilos»
Sin electricidad, pero «con tranquilidad». Así es como vivieron los cien pueblos de la comarca de Sanabria las casi 24 horas sin luz que le produjo a esa zona del noroeste de la provincia de Zamora -en lo que se viene denominando en los últimos tiempos como España vaciada- el apagón generalizado que se produjo el pasado lunes en España. Fue ese enclave, junto con otros del Bierzo, Laciana y puntos rurales de Soria y Segovia, los que más tarde volvieron a 'enchufarse' de nuevo a la corriente. Pero allí, lejos del mundanal ruido, esta situación se ha vivido «con normalidad», sin el estrés ni la ansiedad que sí generó en otras zonas del país. Y es que, según comenta Felipe Lubián, veterano alcalde del municipio que lleva el mismo nombre que su apellido, la población de la zona está «acostumbrada» a este tipo de apagones. «Nosotros lo hemos vivido con tranquilidad», explica el regidor, porque en la comarca zamorana, aunque «afortunadamente cada vez menos», hay incidentes de este tipo casi siempre vinculados con inclemencias meteorológicas o «con la caída de árboles» sobre las líneas de tensión. Recuerda, por ejemplo, que el anterior se produjo en 2022 y la luz tardó en volver dos días. Sí que les sorprendió que en esta ocasión fuese «en toda España». Pero «no ha habido problemas ni en la escuela ni en el centro de salud», insiste, y algunos vecinos cuentan, incluso, con sus propios generadores. Para lo que sí dio en Lubián, un municipio con cinco pedanías y un total de 300 vecinos, fue para charlas y tertulias. «Lo que más nos preocupaba es que hubiese sido un ciberataque, porque tal y como está el mundo...», explica. Pero hasta ahí la inquietud de estos habitantes acostumbrados a bregar con dificultades de conexión, aunque ya con un internet «que suele ir bien». Con esa misma serenidad afrontaron el apagón en la vecina Requejo, de 110 habitantes con una media de edad de 60 años. Su alcalde, Santiago Cerviño, dice que en la zona están habituados a estos cortes, De hecho, el más reciente, recuerda, se produjo el pasado día de Año Nuevo. «Hemos tenido la gran suerte de que no teníamos mayores con respiradores ni nada de eso», detalla el regidor, que acudió el lunes a casa de los vecinos más mayores para asegurarse de que disponían de linterna y comprobar si necesitaban algo. «No estaban asustados ni preocupados», expresa y la noche se pasó «tranquila» tirando de radio y de pequeñas lámparas a pilas. La Diputación de Zamora se acercó hasta los 17 municipios para echar una mano a unos habitantes que supieron sobrellevar la situación esperando a que volviera la electricidad. Hacia las once de la mañana de ayer todos la recuperaron. «Lo importante es que ha vuelto y que esto no vuelva a pasar», reivindica Santiago al igual que José Benedicto, alcalde de Palacios de Sanabria, quien explica que a sus 250 habitantes «más que la luz, les preocupaba poder disponer de agua».
Sin electricidad, pero «con tranquilidad». Así es como vivieron los cien pueblos de la comarca de Sanabria las casi 24 horas sin luz que le produjo a esa zona del noroeste de la provincia de Zamora -en lo que se viene denominando en los últimos tiempos como España vaciada- el apagón generalizado que se produjo el pasado lunes en España. Fue ese enclave, junto con otros del Bierzo, Laciana y puntos rurales de Soria y Segovia, los que más tarde volvieron a 'enchufarse' de nuevo a la corriente. Pero allí, lejos del mundanal ruido, esta situación se ha vivido «con normalidad», sin el estrés ni la ansiedad que sí generó en otras zonas del país. Y es que, según comenta Felipe Lubián, veterano alcalde del municipio que lleva el mismo nombre que su apellido, la población de la zona está «acostumbrada» a este tipo de apagones. «Nosotros lo hemos vivido con tranquilidad», explica el regidor, porque en la comarca zamorana, aunque «afortunadamente cada vez menos», hay incidentes de este tipo casi siempre vinculados con inclemencias meteorológicas o «con la caída de árboles» sobre las líneas de tensión. Recuerda, por ejemplo, que el anterior se produjo en 2022 y la luz tardó en volver dos días. Sí que les sorprendió que en esta ocasión fuese «en toda España». Pero «no ha habido problemas ni en la escuela ni en el centro de salud», insiste, y algunos vecinos cuentan, incluso, con sus propios generadores. Para lo que sí dio en Lubián, un municipio con cinco pedanías y un total de 300 vecinos, fue para charlas y tertulias. «Lo que más nos preocupaba es que hubiese sido un ciberataque, porque tal y como está el mundo...», explica. Pero hasta ahí la inquietud de estos habitantes acostumbrados a bregar con dificultades de conexión, aunque ya con un internet «que suele ir bien». Con esa misma serenidad afrontaron el apagón en la vecina Requejo, de 110 habitantes con una media de edad de 60 años. Su alcalde, Santiago Cerviño, dice que en la zona están habituados a estos cortes, De hecho, el más reciente, recuerda, se produjo el pasado día de Año Nuevo. «Hemos tenido la gran suerte de que no teníamos mayores con respiradores ni nada de eso», detalla el regidor, que acudió el lunes a casa de los vecinos más mayores para asegurarse de que disponían de linterna y comprobar si necesitaban algo. «No estaban asustados ni preocupados», expresa y la noche se pasó «tranquila» tirando de radio y de pequeñas lámparas a pilas. La Diputación de Zamora se acercó hasta los 17 municipios para echar una mano a unos habitantes que supieron sobrellevar la situación esperando a que volviera la electricidad. Hacia las once de la mañana de ayer todos la recuperaron. «Lo importante es que ha vuelto y que esto no vuelva a pasar», reivindica Santiago al igual que José Benedicto, alcalde de Palacios de Sanabria, quien explica que a sus 250 habitantes «más que la luz, les preocupaba poder disponer de agua».
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