WACC (Coste medio ponderado de capital): Definición, fórmula y ejemplos

Explicamos qué el WACC, cuál es su fórmula, cómo se calcula y damos ejemplos para no cometer errores en su interpretación. The post WACC (Coste medio ponderado de capital): Definición, fórmula y ejemplos appeared first on Sage Advice España.

Abr 21, 2025 - 18:20
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WACC (Coste medio ponderado de capital): Definición, fórmula y ejemplos

En este contenido, te explicaremos qué es el WACC y cómo se calcula. Además, te indicaremos algunos ejemplos que te ayudarán a comprenderlo mejor y a manejarlo con precaución.

  • Comprender el WACC y sus limitaciones ayuda a tomar mejores decisiones.
  • Un uso apresurado del WACC puede llevarte que cometas errores.

WACC son las siglas de la expresión en inglés Weighted Average Cost of Capital. Podríamos traducirlo al español como coste de capital medio ponderado. En cualquier caso, con una u otra denominación, es un tanto de descuento financiero habitual en informes de todo tipo.

Por eso, es importante comprenderlo con tres objetivos principales. En primer lugar, sirve de herramienta para el apoyo a la toma de decisiones de inversión. 

Además, es de frecuente manejo en informes para convencer a terceros sobre la rentabilidad de proyectos. Finalmente, puede interesarte vislumbrar el WACC de otras empresas para anticipar lo probable que es obtener la aceptación de inversores externos a tus propias propuestas.

COMPARTE ¿Conoces el WACC? ¡Toma nota de qué es, cómo se calcula y qué precauciones debes tener al utilizarlo!

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¿Qué es el WACC?

En términos prácticos, podemos definir el WACC como el coste de capital que puede utilizarse (con precaución, como veremos) para calcular el Valor Actualizado Neto (VAN) de un proyecto. 

En definitiva, el WACC responde a la idea de que todo proyecto de inversión ha de ser financiado de algún modo. Como las empresas cuentan tanto con deudas como con fondos propios, el WACC pondera la rentabilidad exigida por los propietarios con el coste de la deuda.  Cuanto más reducido sea el WACC, más probable será que se acepten los proyectos de inversión. 

La fórmula para calcular el WACC

En principio, la fórmula del WACC parece sencilla. Sería así:

WACC=1-tKdDD+E+KeED+E

Donde:

t = representa el tipo impositivo.

Kd =  coste de la deuda.

D = volumen de la deuda. 

E = fondos propios.

Ke = rentabilidad exigida por los accionistas. 

En la práctica, tomar buenas decisiones a partir de esa fórmula, aparentemente sencilla, exige cierta precaución. Lo primero es contar con una información empresarial bien organizada, para lo cual son muy útiles herramientas que, como Sage Active, permitan conjuntar los datos de diversas fuentes y departamentos del negocio. 

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Ejemplos con el WACC

En un mundo ideal, el cálculo del WACC sería de la siguiente manera, teniendo como ejemplo los siguientes datos.

t = 0,20

Kd = 0,04

D = 5.000 unidades monetarias

E = 7.000 unidades monetarias.

Ke = 0,06

Entonces, solo tendrías que sustituir en la fórmula:

WACC=1-0,2×0,04×5.0005.000+7.000+0,06×7.0005.000+7.000=0,13+0,035=0,48

Sin embargo, lo normal es que no todas esas cifras sean tan inmediatas de obtener. Por ello, es importante considerar algunas limitaciones de cada una de las variables o parámetros intervinientes en la fórmula del WACC. Veamos algunos ejemplos.

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El tipo impositivo

Se introduce, con signo negativo, en la fórmula del WACC porque lo habitual es que los intereses sean desgravables en el impuesto sobre los beneficios del país de residencia. Sin embargo, no debe olvidarse que existen casos, como el español, en los que existen limitaciones a la deducibilidad de los intereses. Por tanto, no valdría con introducir, sin más, el tipo efectivo de gravamen de la empresa.

Además, en empresas internacionalizadas, debe tenerse presente que puede haber otros impuestos con otras reglas en otros países y que hay que seguir con atención lo que indiquen los convenios de doble imposición.

Para emprendedores inexpertos, dedicar tiempo a comprender bien el WACC revela todo un mundo de matices en el análisis de inversiones.

Coste de capital de la deuda

En las grandes empresas, fundamentalmente, esa deuda viene protagonizada por préstamos y empréstitos. Por eso, suele ser habitual que, en su caso, se prescinda de las deudas a corto plazo para el cálculo del coste de capital de la deuda. 

Eso no siempre es conveniente en pymes, en las cuales las deudas por aplazamientos tributarios, las líneas de crédito o las deudas frente a proveedores, entre otras, son algunas de las principales fuentes de financiación.

Por otro lado, estamos asumiendo el supuesto de que el proyecto no va a afectar al coste de capital de la deuda. Sin embargo, parece lógico pensar que si implica mucho dinero y se espera que contribuya a cambiar el riesgo del negocio, al final, acabe habiendo una repercusión. Así, por ejemplo, veríamos que:

  • Un proyecto que pretenda reducir los riesgos de la actividad es probable que haga que el endeudamiento te resulte más barato en el futuro.
  • Si, por el contrario, el proyecto hace más arriesgado el negocio, lo normal es que cuando, en el futuro, quieras refinanciarte, observes que te piden un mayor interés a cambio, aunque todo lo demás permanezca igual. 

La deuda y los fondos propios

En ambos casos, el principal reto es el cálculo de su importe. Una primera tentación sería acudir a las cuentas. Sin embargo, es probable que los valores de mercado sean distintos a los que marcan los libros. Por ejemplo, una de las razones es que existen muchos intangibles (como una plantilla muy bien formada o una clientela fiel) que no cumplen la definición de activo, pero que incrementan las expectativas de beneficio. 

La rentabilidad exigida por los accionistas

El principal problema es que el modelo que se utiliza más habitualmente para realizar este cálculo (el modelo CAPM) está pensado para empresas cotizadas. No obstante, existen adaptaciones y otros modelos que sí podrían emplearse en el caso de las pymes.

En ese sentido, un aspecto importante es considerar la distinta posición de un accionista de una sociedad anónima y un partícipe de una limitada. En esta última, los socios tienen una menor liquidez, dado que este tipo de sociedad está pensado para que la transmisión de las participaciones sea más complicada. 

Por tanto, las sociedades limitadas deberían analizar cuál es la influencia de esa menor liquidez en la rentabilidad exigida por sus partícipes.

En definitiva, el WACC es una herramienta muy útil, pero te exige comprender bien lo que estás valorando. Los comentados son solo algunos de los ejemplos que te muestran que hay que manejarlo con precaución y entendimiento. 

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