Volotea reconoce que la guerra de aranceles retrasa su estreno en bolsa a pesar de abaratarse los costes
Carlos Muñoz, fundador y CEO de la aerolínea española especializada en conectar pequeñas y medianas ciudades, revela las dos caras de la ofensiva comercial de la Casa Blanca y se muestra optimista con su negocio.

Volotea, la aerolínea española especializada en conectar las pequeñas y ciudades medianas de Europa, se viste de gala para celebrar un hito comercial: 75 millones de pasajeros transportados desde el inicio de sus operaciones hace ahora 13 años. Lo hace a lo grande; entrando en el Libro Guiness de los récords tras desplegar en el aeropuerto de Olbia (Cerdeña, Italia) el felpudo más grande del mundo -75m²- para dar la bienvenida a su simbólico viaje con origen en Barcelona. Bajo este telón, su fundador y consejero delegado, Carlos Muñoz, pasa revista de su negocio en un contexto clave; con los aranceles de Trump en ciernes y un mercado aéreo especialmente convulso.
"Como aerolínea (los aranceles) nos vienen bien" reconoce su fundador y consejero delegado, respaldando su tesis en el impacto que la política comercial orquestada desde la Casa Blanca repercute sobre la economía estadounidense. "Si la economía americana presiona a la baja el dólar, tener un euro más fuerte nos ayuda" admite, escenificando como esta tendencia abarata el coste del combustible y los arrendamientos. Si bien considera que esta tensión comercial puede llegar a afectar a una parte del tráfico del corredor aéreo del Atlántico Norte, entre sus pasajeros el impacto es más bien limitado dado que los clientes norteamericanos tan sólo representan en torno al 1% de sus billetes.
No obstante, la ofensiva de Trump no sólo trae rosas para su negocio, teniendo en cuenta que la compañía lleva años esperando un buen momento bursátil para formalizar su esperado debut en bolsa. "Mientras el mercado tenga alta volatilidad, Volotea no contempla este movimiento" expone el directivo, que ha permanecido muy atento a las últimos estrenos sobre el parqué español -como los protagonizados por Puig o HBX (Hotelbeds)- para medir el apetito de los inversores.
Con su salida a bolsa casi descartada para este año, Volotea espera un año de estabilidad donde seguirá expandiendo su operativa, pero bajando el ritmo ante un entorno desafiante, principalmente, por la falta de aviones y los problemas con los motores. En este escenario, según explica su CEO, el foco a largo plazo pasa por racionalizar el enfoque de muchas rutas -actualmente opera más de 420 conexiones- y reforzarse en España, donde espera crecer un 9% hacia el entorno de las 3,6 millones de plazas, mientras "se sigue de cerca el mercado de aviones" para ampliar una flota formada por 41 Airbus A319 y A320.
Se postula como alternativa para cubrir el vacío de Ryanair
En su apuesta por España, su especialidad en conectar ciudades más pequeñas puede jugar un papel clave en la vertebración después de que Ryanair anunciase un recorte de 800.000 plazas para este verano, abandonando los aeropuertos de Valladolid y Jerez y reduciendo su actividad en Vigo, Santiago de Compostela, Asturias, Zaragoza y Santander. "No es nuestra intención sustituir a Ryanair, pero nuestra vocación es conectar ciudades pequeñas y medianas" esgrime Muñoz, reiterando el mensaje que lanzó el pasado febrero en el marco de su presentación de resultados.
En ese encuentro, donde se notificó un resultado récord con una facturación de 811 millones de euros (un 17% más que en 2023), el directivo ya ponía en valor el apoyo financiero de los inversores a través de acuerdos como el firmado con la aerolínea griega Aegean Airlines. Tras completar una ampliación de 50 millones, desembolsados a partes iguales entre el equipo directivo y actuales accionistas, y la firma griega, Muñoz reconoce que aún se están debatiendo las fechas de la segunda ampliación de 50 millones que se estimaba en un inicio para el primer semestre del año. Cuando esta se complete, la posición de Aegean sería de un 23% en la española en el caso de convertir sus aportaciones en capital, algo se da por descontado desde Grecia.
Este acuerdo, en el plano comercial, puso en relieve una fuerte apuesta en el Mediterráneo que le traslada a Cerdeña, donde hoy celebra su último hito, entre otras cosas, porque se trata de un aeropuerto estratégico en su operativa: de los 75 millones de pasajeros que ha transportado desde el inicio de sus operaciones en 2012, casi 10 millones han sido desde o hacia Cerdeña. Aquí, mantiene una de sus 19 bases repartidas entre capitales europeas de tamaño medio donde se encuentran Asturias, Bari, Bilbao, Burdeos, Brest, Florencia, Lille, Lyon, Lourdes, Marsella, Nantes, Nápoles, Palermo, Rodez, Estrasburgo, Toulouse, Venecia y Verona.