Una elección por el poder político que dejó de lado el interés ciudadano
El interés no pasó por el lado del ciudadano sino por la discusión política y la simbología que representa la posibilidad de que el PRO pierda una elección porteña después de 18 años. El crecimiento de LLA y la oportunidad del peronismo

La Ciudad de Buenos Aires se enfrenta el domingo a un resultado que concentra una expectativa en el mundo político como pocas veces lo ha logrado una elección local. Más allá de la importancia que pueda tener lo que se decide en la Legislatura para la vida cotidiana de los porteños y aún, teniendo en cuenta que CABA está entre las 40 ciudades más importantes del mundo, no deja de ser una elección menor en términos políticos.
De acuerdo a lo visto en la campaña, el interés no pasó por el lado del ciudadano sino por la discusión política y la simbología que representa la posibilidad de que el PRO pierda una elección en la Ciudad después de 18 años consecutivos de triunfos. El partido fundado por Mauricio Macri llega fragmentado, el PJ fortalecido, y la Libertad Avanza, crece, como el resultado de ese proceso de desgaste.
Desde la llegada de Macri a la Capital el partido no perdió nunca ni una sola elección. El peronismo se consolidó como la principal fuerza opositora durante la última década y desde 1993 que no se ubica tan cerca de lograr alcanzar un objetivo electoral en la Ciudad.
Milei busca consolidarse como una fuerza única. Empezó en comunión con el PRO por necesidad y se dedicó sistemáticamente a cooptarle a sus principales nombres. Arrancó con Patricia Bullrich y Luis Petri para no parar: gobernadores, intendentes y dirigentes hoy adeptos al color violeta operan como una daga para el partido amarillo.
Es por eso que en la campaña desde el espacio PRO intentaron apelar a la memoria emotiva de un Macri que ganaba adeptos en la Ciudad cuando el partido empezaba a crecer. En cuatro años (del 2013 al 2017) subió 17 puntos pasando de un resultado positivo de 33% a uno aún mucho mejor del 50,6%.
Con el surgimiento de La Libertad Avanza perdió algo más de tres puntos en la última elección. Hoy la imagen del Macri creador del PRO genera mayor apoyo que la del jefe de Gobierno de la Ciudad, y ahí se entiende el motivo por el cual acompañó a la candidata Silvia Lospennato en prácticamente todas sus apariciones públicas.
La disputa es por esos votos, por ese 50 o 55% que el PRO supo cosechar, y de los que La Libertad Avanza se quiere apropiar; mientras que el PJ busca romper el maleficio que lo dejó afuera y lejos en los más de 20 años últimos de elecciones de medio término.
La pregunta es ¿quién le saca votos a quién? ¿dónde pesca cada uno más allá de los que tiene? La intención es romper esa paridad que hoy los tiene como protagonistas de la búsqueda por el segundo puesto, que parece generar a esta hora más expectativa que el primero.
El vocero del Presidente de la Nación, Manuel Adorni, quiere quedarse con parte, al menos, de los apoyos de los porteños a Ramiro Marra, con quien, casualmente, el partido de Gobierno debutó en las elecciones legislativas de 2021 con un celebrado 16,7%. Hoy Marra compite por fuera del espacio libertario.
El vocero busca también en la pecera de Lospennato, y por eso las acusaciones por la caída de Ficha Limpia, y en la de los seguidores de Santoro que no quieren ser alcanzados por la estela que dejo Cristina. Adorni intentó durante toda la campaña instalarse como el más eficaz para enfrentar a los K.
Mientras tanto, Santoro, buscó crecer para superar lo que su espacio entiende como un piso: el 30% que ya obtuvo en la Ciudad en la elección anterior, sin tener en cuenta el efecto arrastre que muchas veces genera la lista sábana al tratarse de una elección nacional como lo fue la de 2023. Lanzó su caña a la pecera del voto progresista que siente que sus expectativas no fueron cumplidas ni por Milei ni por Macri y busca castigarlos.
Lospennato en tanto, puso el eje de su campaña en lo logrado por la Ciudad en estos últimos 18 años. Si bien no se conocieron trabajos respecto a la capitalización del escándalo de Ficha Limpia esta semana, es probable que el PRO se haya quedado con ese rédito teniendo en cuenta que el Presidente dedicó en tres días gran parte de su agenda a desmentir un supuesto acuerdo para bajar el proyecto.
Aunque fue impulsado por Lospennato, el proyecto terminó siendo, en definitiva, el del propio Gobierno en el recinto. Pero la acusación de Javier Milei a Mauricio Macri sobre un supuesto acuerdo con Cristina no sonó creíble y pareció subestimar al electorado porteño.
La abstención en el voto de este domingo también será protagonista y preocupa a los candidatos de los oficialismos. Aún no se sabe cuánta participación habrá. En 2021, el ausentismo creció 11 puntos respecto del 2017, y pasó del 23 al 34%. Si bien ese año, la Argentina recién comenzaba a salir de la pandemia, las ausencias del último domingo en Chaco, Salta, San Luis y Jujuy preocupan por la posibilidad de propagación del desencanto para ir a votar.
El resultado del partido del domingo marcará el ritmo de una negociación posible o no entre el oficialismo de la Ciudad, hoy atomizado, y un oficialismo a nivel nacional que no quiere ceder al momento de pensar en octubre. Una alianza hoy entre los libertarios y el PRO parece muy lejana.
De todos modos en la Rosada y cerca del macrismo, si bien les parece difícil llegar a un acuerdo para las elecciones de Provincia de Buenos Aires en septiembre, no descartan que eso sí se logre en octubre. "La necesidad es grande y los conflictos se olvidan", aseguran.
El PJ en cambio, parece estar más cerca de dirimir sus problemas hacia las generales pensando en que la única opción para no salir derrotados es jugar juntos. La salvedad es que, para Kicillof, esta vez, ir juntos no será igual a ir dominados por Cristina.
El domingo por la noche, sabremos el resultado de la primera de las tres batallas electorales más importantes de este 2025 en la que, por primera vez en 18 años, el color de mapa de la Ciudad de Buenos Aires podría cambiar.