Una casa en la ciudad, de Ilu Ros
Una casa en la ciudad es la obra más personal hasta ahora de Ilu Ros. En sus páginas recuerda los años que vivió en Londres marcados por la precariedad laboral, el desarraigo y la búsqueda de sí misma. Edita Lumen.


Edición original: Una casa en la ciudad (Lumen, 2025)
Guion: Ilu Ros
Dibujo: Ilu Ros
Color: Ilu Ros
Formato: Cartoné. 336 páginas. 23,90€
Buscando un lugar en el mundo.
«Mi línea de vida son unas paralelas asimétricas y yo la acróbata que hace equilibrios saltando de un lado a otro, viviendo a retales. yo soy es que se entera de los finales (esto parece una canción).»
En 2021 gracias a Federico, una biografía en forma de cómic de García Lorca, la ilustradora e historietista murciana Ilu Ros (Mula, 1985) se dio a conocer al gran público consiguiendo un enorme reconocimiento refrendado por las ventas y la crítica, pero antes de saborear las mieles del éxito trabajando “de lo suyo” había tenido que salir de España a principios de la década pasada en busca de unas oportunidades que no encontraba en un país sumido en una complicada crisis económica. Como tantos jóvenes españoles su búsqueda la llevo a Londres, donde llego con lo justo y fue encadenando varios trabajos precarios mientras trataba de mejorar su conocimiento del idioma, encontrar un trabajo relacionado con lo que había estudiado y, sobre todo, encontrar su lugar –y su hogar- en el mundo. Una experiencia que duro ocho años y que ahora relata en Una casa en la ciudad, su último cómic editado hace unas semanas por Lumen, responsable de editar tanto Federico como el resto de sus otros cómics Cosas nuestras -que es en muchos sentidos la obra cara de la moneda de este nuevo trabajo- y Una trilogía rural. Una edición, por cierto, impecable en todos los sentidos.
Una casa en la ciudad comienza en julio de 2023 cuando una veinteañera Ilu Ros comienza un viaje a la ciudad – durante todo el libro nunca se llega a decir que es Londres, aunque es perfectamente reconocible- en la que vivió durante ocho años para volver a ver a las amistades que hizo durante ese periplo y dar forma a un cómic sobre aquellos años. Por primera vez en su carrera la autora murciana afronta un cómic en el que nos relata su propia vida, aunque no se puede decir que sea una autobiográfica canónica puesto que hay una gran parte de ejercicio confesional que la sitúa ante un espejo en el que contemplarse al que también tenemos acceso nosotros como lectores. El cómic se convierte en la forma en la que la autora mira atrás hacia un pasado que le sirvo para completar el tránsito hacia la edad adulta recordándolo con agrado, pero sin nostalgia ni dejando de lado los momentos malos y todas las inseguridades que vivió en esos días en los que nos sabia realmente donde estaba su hogar dividida entre el que estaba creando en la ciudad y el que había dejado atrás. Todo ello desde la honestidad, sin caer ni en la autocomplacencia ni en crear un relato que se tome demasiado en serio a sí mismo, pero que desborda ternura y lucidez.
El cómic se desarrolla entre tres épocas que se van entrecruzando: la infancia de Ilu Ros, los años que paso viviendo en Londres y la semana del verano de 2003 cuando volvió por primera vez tras su vuelta a España. Las escenas del pasado en blanco y negro contrastan con las de un presente a todo color en que también se nuestra parte del proceso de la gestación de cómic en un interesante ejercicio de metacómic. En esta parte de la historia situada en el presente tiene cabida el uso de collages con fotografías, recortes de cuadernos y post-its con ideas para el cómic haciendo que el cómic tenga el aspecto de un diario en que además se cuelan bocetos. Y es que a lo largo de las páginas del cómic también nos encontramos con un estilo gráfico mutante que delimita cada parte, pero que no pierde ni un ápice de la marcada personalidad artística de la autora murciana. Cada estilo y recurso empleado que casa a la perfección con el tipo de narración que requiere la obra.
Las partes de sus años en la ciudad nos permite conocer a algunos de las diferentes personas que conoció en la ciudad y las circunstancias que les hicieron dejar sus lugares de nacimiento. Todos sufren de desarraigo y están buscando su propio camino por diferentes motivos, lo que hace la historia transite de lo personal a lo universal convirtiéndose en el testimonio de una generación que afronta los mismos miedos y preocupaciones pese a los diferentes orígenes. Todos estos testimonios además de dotarlos de tridimensionalidad sirven para que el cómic aborde temas como la precariedad laboral, la identidad, la amistad, la convivencia forzosa que se da en los pisos compartidos con personas que no has elegido, las expectativas que depositamos en nuestro futuro o el concepto de pertenencia a un lugar. Y si no fijamos en el caso concreto de Ilu Ros también habría que añadir el arte como vía de escape de una vida que no te satisface, el síndrome del impostor o los problemas de los procesos creativos. Tantos temas que resulta imposible no sentirse identifica y que este cómic en algún momento no te toque el corazón.
A esas personas que la autora murciana conoce en Londres hay añadir a los miembros de su familia que son un apoyo, pero también un amargo recordatorio de los momentos que se está perdiendo con ellos. Hay que mencionar a su maravilloso abuelo que es una autentico robaescenas. Estos familiares y vecinos no solo aparecen cuando está de visita, también se alojan en su cabeza convirtiéndose en algo similar a los coros de una tragedia griega que le echándole en cara sus fracasos y errores. Una suerte de conciencia que le aguijonea con los errores que cree estar cometiendo.
Aunque como ya hemos dicho en ningún momento se diga que la historia transcurre en Londres, la capital de Reino Unido se convierte en un personaje más del que vemos sus partes más brillantes y sus partes más turbias. Vemos como puede ser acogedora, pero también hostil con quienes llegan a sus calles por primera vez.
Una casa en la ciudad trata de la búsqueda de un lugar al que llamar hogar lejos del que has conocido, pero también de la búsqueda de uno mismo que os lleva a descubrir que la vida es lo que nos pasa mientras tratamos de encontrarnos. Un cómic sobre el crecimiento personal que habla de temas universales como el desarraigo, la precariedad o la amistad, pero con el estilo único e inimitable que ha convertido a Ilu Ros en una de las voces más personales del cómic e ilustración actual.
Lo mejor
• La mezcla de estilo gráficos y las tres historias.
• El reflejo de las incertidumbres de una generación y de las búsquedas que todos afrontamos a lo largo de nuestras vidas.
• El abuelo.
Lo peor
• El estilo visual puede alejar a algunos lectores.