Un tren que atraviesa el mar: la nueva idea que puede unir Emiratos con India a 600 km/h
Proyecto monumental - El túnel contaría con carriles para trenes de pasajeros y mercancías, además de conductos inferiores destinados al traslado de petróleo, gas y agua dulce entre ambos países Japón vuelve a superar los límites con madera: el Grand Ring de Osaka ya es la estructura más grande de su tipo en el mundo Puede que aún esté en fase de concepto, pero ya hay planos que plantean cómo cruzar bajo el mar más de 1.800 kilómetros a bordo de un tren que roza los 1.000 km/h. La ruta conecta dos potencias en pleno auge comercial y apunta a cambiar la forma en que se mueven mercancías, recursos y personas. Se trata de una infraestructura submarina con tubos de hormigón, plataformas flotantes y conductos para todo tipo de tráfico. En su interior viajaría un tren bala, casi tan rápido como un avión, con la particularidad de hacerlo bajo las aguas del mar Arábigo. La idea está sobre la mesa y tiene detrás a uno de los países que más invierte en ingeniería colosal. Un túnel futurista que conectaría Mumbai con Fujairah por debajo del mar El primer borrador lo firmó National Advisor Bureau Limited, un despacho de Masdar conocido por lanzar propuestas como la de remolcar icebergs desde la Antártida hasta el Golfo de Omán. En 2018 se atrevió con una nueva: unir por un túnel submarino la ciudad india de Mumbai y el emirato de Fujairah. Según las infografías divulgadas por la propia empresa, la estructura se construiría con dos tubos de hormigón sumergidos, suspendidos con la ayuda de estructuras flotantes. Como alternativa, se contempla anclarlos directamente al fondo marino. Las dimensiones son parte esencial del plan. El trazado cubriría algo más de 1.800 kilómetros bajo el mar y permitiría recorrerlos en dos o tres horas, gracias a la tecnología de trenes de levitación magnética o similares, con capacidad para circular entre los 600 y los 1.000 km/h. El interior del túnel estaría compartimentado: un carril para trenes de alta velocidad, otro para mercancías y varios canales para el transporte de petróleo, gas y agua dulce. Los compartimentos inferiores funcionarían como tuberías para conectar recursos estratégicos entre ambos países. Agua del monzón hacia el desierto y petróleo de vuelta hacia Asia Uno de los puntos destacados del proyecto es la posibilidad de transportar el exceso de agua del río Narmada, en India, hacia Emiratos Árabes Unidos. Según los autores, esa cuenca se desborda durante el monzón, y el agua podría canalizarse por el túnel hacia la península arábiga, donde escasea. A la inversa, el sistema permitiría exportar petróleo desde Fujairah a la costa india. Además, se baraja instalar estaciones flotantes de combustible entre los puntos de sujeción para abastecer a los barcos que crucen la zona. Aunque hoy sigue en fase conceptual, la idea atrajo atención mediática internacional en sus primeros años. En 2021, publicaciones como India Infrahub recogieron cómo Abdulla Alshehi, director de National Advisor Bureau, expuso las ventajas del proyecto en un foro económico centrado en las relaciones India-Emiratos. En aquel encuentro, el empresario explicó que “el túnel ayudaría a reforzar el comercio entre los países del Golfo y la India”. El trazado principal iría de Mumbai a Fujairah, pero la empresa también plantea una segunda conexión entre el puerto emiratí y Gawadar, en Pakistán, que reduciría el trayecto a solo una hora. En ambos casos, el tren iría bajo el mar, protegido de tormentas y con suficiente separación entre conductos como para permitir la navegación en superficie. El gran reto técnico está en los materiales, el mantenimiento y los costes Los planos también contemplan un refuerzo en los materiales para soportar la presión marina, evitar la corrosión del agua salada y permitir una monitorización continua. El mantenimiento sería clave en un entorno tan exigente, con equipos especializados y protocolos de seguridad constantes. Los costes, como es previsible, serían multimillonarios. Expertos citados en medios especializados apuntan a que “la inversión sería tan elevada que solo se justifica por el valor estratégico que aportaría”. A día de hoy, no hay aprobaciones oficiales ni estudios de viabilidad definitivos. Sin embargo, el interés que ha despertado la propuesta ha hecho que se hable de ella como un ejemplo de cómo la infraestructura puede alterar las dinámicas comerciales del futuro. Aunque muchos dudan de que se materialice, sus impulsores confían en que, si los avances técnicos y la financiación acompañan, esta vía submarina podría convertirse en una realidad antes de 2035.

Proyecto monumental - El túnel contaría con carriles para trenes de pasajeros y mercancías, además de conductos inferiores destinados al traslado de petróleo, gas y agua dulce entre ambos países
Japón vuelve a superar los límites con madera: el Grand Ring de Osaka ya es la estructura más grande de su tipo en el mundo
Puede que aún esté en fase de concepto, pero ya hay planos que plantean cómo cruzar bajo el mar más de 1.800 kilómetros a bordo de un tren que roza los 1.000 km/h. La ruta conecta dos potencias en pleno auge comercial y apunta a cambiar la forma en que se mueven mercancías, recursos y personas.
Se trata de una infraestructura submarina con tubos de hormigón, plataformas flotantes y conductos para todo tipo de tráfico. En su interior viajaría un tren bala, casi tan rápido como un avión, con la particularidad de hacerlo bajo las aguas del mar Arábigo. La idea está sobre la mesa y tiene detrás a uno de los países que más invierte en ingeniería colosal.
Un túnel futurista que conectaría Mumbai con Fujairah por debajo del mar
El primer borrador lo firmó National Advisor Bureau Limited, un despacho de Masdar conocido por lanzar propuestas como la de remolcar icebergs desde la Antártida hasta el Golfo de Omán. En 2018 se atrevió con una nueva: unir por un túnel submarino la ciudad india de Mumbai y el emirato de Fujairah.
Según las infografías divulgadas por la propia empresa, la estructura se construiría con dos tubos de hormigón sumergidos, suspendidos con la ayuda de estructuras flotantes. Como alternativa, se contempla anclarlos directamente al fondo marino.
Las dimensiones son parte esencial del plan. El trazado cubriría algo más de 1.800 kilómetros bajo el mar y permitiría recorrerlos en dos o tres horas, gracias a la tecnología de trenes de levitación magnética o similares, con capacidad para circular entre los 600 y los 1.000 km/h.
El interior del túnel estaría compartimentado: un carril para trenes de alta velocidad, otro para mercancías y varios canales para el transporte de petróleo, gas y agua dulce. Los compartimentos inferiores funcionarían como tuberías para conectar recursos estratégicos entre ambos países.
Agua del monzón hacia el desierto y petróleo de vuelta hacia Asia
Uno de los puntos destacados del proyecto es la posibilidad de transportar el exceso de agua del río Narmada, en India, hacia Emiratos Árabes Unidos. Según los autores, esa cuenca se desborda durante el monzón, y el agua podría canalizarse por el túnel hacia la península arábiga, donde escasea.
A la inversa, el sistema permitiría exportar petróleo desde Fujairah a la costa india. Además, se baraja instalar estaciones flotantes de combustible entre los puntos de sujeción para abastecer a los barcos que crucen la zona.
Aunque hoy sigue en fase conceptual, la idea atrajo atención mediática internacional en sus primeros años. En 2021, publicaciones como India Infrahub recogieron cómo Abdulla Alshehi, director de National Advisor Bureau, expuso las ventajas del proyecto en un foro económico centrado en las relaciones India-Emiratos. En aquel encuentro, el empresario explicó que “el túnel ayudaría a reforzar el comercio entre los países del Golfo y la India”.
El trazado principal iría de Mumbai a Fujairah, pero la empresa también plantea una segunda conexión entre el puerto emiratí y Gawadar, en Pakistán, que reduciría el trayecto a solo una hora. En ambos casos, el tren iría bajo el mar, protegido de tormentas y con suficiente separación entre conductos como para permitir la navegación en superficie.
El gran reto técnico está en los materiales, el mantenimiento y los costes
Los planos también contemplan un refuerzo en los materiales para soportar la presión marina, evitar la corrosión del agua salada y permitir una monitorización continua. El mantenimiento sería clave en un entorno tan exigente, con equipos especializados y protocolos de seguridad constantes.
Los costes, como es previsible, serían multimillonarios. Expertos citados en medios especializados apuntan a que “la inversión sería tan elevada que solo se justifica por el valor estratégico que aportaría”.
A día de hoy, no hay aprobaciones oficiales ni estudios de viabilidad definitivos. Sin embargo, el interés que ha despertado la propuesta ha hecho que se hable de ella como un ejemplo de cómo la infraestructura puede alterar las dinámicas comerciales del futuro.
Aunque muchos dudan de que se materialice, sus impulsores confían en que, si los avances técnicos y la financiación acompañan, esta vía submarina podría convertirse en una realidad antes de 2035.