Un recorrido por Dublín tras los pasos de Oscar Wilde

Con motivo del 125 aniversario de su muerte, Irlanda hace las paces con uno de los escritores más reconocidos de su literatura a golpe de festivales, exposiciones y actos de homenaje.

Abr 26, 2025 - 21:32
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Un recorrido por Dublín tras los pasos de Oscar Wilde

Hay muchos motivos para viajar a Dublín más allá del Temple Bar y la cerveza Guinness (que no quiero decir que no deban estar en la hoja de ruta ni mucho menos). Más allá de sus pubs, Irlanda puede presumir de contar con grandes literatos, incluidos cuatro premios Nobel de la Literatura y otros muchos nombres de sobra conocidos como Bram Stoker, creador de Drácula, o, más reciente, Sally Rooney, autora de la novela Gente normal que tan buenas críticas ha recibido tanto en la versión escrita como la serie.

Pero este año hay un autor que destaca por encima del resto. En el 2025 se celebra el 125 aniversario de la muerte de Oscar Wilde, autor de La importancia de llamarse Ernesto, El retrato de Dorian Grey o El príncipe feliz, entre otros muchos. Para celebrarlo, Irlanda al completo acoge multitud de eventos sobre el autor. Un primer paso para reconciliarse con un genio con el que tuvo una relación complicada. En una sociedad demasiado cerrada y puritana, Wilde protagonizó más de un escándalo, fue acusado de sodomía, pasó por la cárcel y terminó sus días fuera de su país intentando olvidar hasta su acento irlandés.

Donde todo empezó

Una ruta marcada por la figura de Oscar Wilde debe comenzar en la que fue su casa familiar, ubicada en el número 1 de Merrion Square, frente al parque de Saint Stephen, donde una gran figura del autor es hoy parte del peregrinaje de sus fieles lectores.

La casa es hoy una escuela de arte, pero es posible realizar visitas guiadas por sus dependencias. Y, por supuesto, apuntarse a un curso de literatura o arte dramático contando con que esas paredes van a ser, por sí mismas, una gran fuente de inspiración.

El alma académica de Dublín

Si hay un lugar donde entender por qué Irlanda presume de ser tierra de escritores, ese es el Trinity College. Por estas aulas pasaron algunos de los nombres más ilustres de la literatura irlandesa, incluido Oscar Wilde, que estudió aquí antes de convertirse en el personaje que todos conocemos. Aunque no fue el alumno más disciplinado, sí fue uno de los más brillantes y provocadores.

Hoy, Trinity es uno de los lugares más visitados de Dublín. Su gran reclamo es el Libro de Kells, el manuscrito ilustrado del siglo IX que se conserva como un auténtico tesoro nacional y que estos meses se presenta en una nueva exposición que permite entender mejor su historia, sus detalles artísticos y su legado cultural. Y es que el conocer los detalles de cómo ese libro tan antiguo ha llegado a nuestros días en ese estado de conservación tan excepcional ya es una historia en sí misma.

El recorrido suele terminar en la Long Room, la espectacular biblioteca con estanterías infinitas y bustos de mármol que parece sacada de una novela. Aunque actualmente se encuentra en proceso de restauración, una parte sigue abierta al público y basta con poner un pie dentro para comprender por qué es uno de los lugares más fotografiados de Irlanda.

Libros, más libros y alguna joya escondida

Puede que la biblioteca del Trinity sea la más imponente, pero la más antigua de Dublín se encuentra algo más escondida, junto a la catedral de San Patricio. Se trata de Marsh's Library, un lugar que parece detenido en el tiempo desde que abrió sus puertas en 1707. Estanterías de roble, escaleras de madera que crujen con cada paso y un aire solemne que invita a bajar la voz incluso cuando no hay nadie.

Y para quienes prefieren una mirada más contemporánea al legado literario irlandés, el recorrido debe incluir una parada en el Museum of Literature Ireland, el MoLI, que reúne lo mejor del pasado y del presente. Desde Joyce a Rooney, pasando por Beckett, Yeats o Wilde, su narrativa expositiva es moderna, dinámica y —lo mejor— profundamente inspiradora.

No todo es literatura

Al igual que Oscar Wilde no se pasaba el día en la biblioteca, una visita a Dublín tiene que incluir clásico más mundanos como irse de pubs. Porque si hay algo que Irlanda sabe hacer, además de escribir y leer, es conversar con una pinta en la mano con música tradicional de fondo. Y es que si algo queda claro en esta ruta es que, entre libros, pubs y paseos, Oscar Wilde no ha sido olvidado: ha vuelto a casa.