Turf: se anunció que se corría “con normalidad” en La Plata, pero sólo se pudo hacer una carrera
La Administración aseguró que se reanudaba la actividad y una hora más tarde canceló la fecha, casi sin jockeys ni caballos disponibles, y en medio de un grave conflicto

Después de once días, tres fechas canceladas y la inhabilitación de la pista para entrenar algunas mañanas, el hipódromo de La Plata aseguraba, pasado el mediodía de este jueves, que las carreras volvían a disputarse “con normalidad”. Sin embargo, ese anuncio a través de las redes sociales y por la transmisión oficial resultó un papelón (otro más): menos de una hora después del inicio de la reunión se comunicó que se suspendía “ante la falta de SPC”. En rigor, casi no había ni quiénes montaran a los pocos caballos disponibles, en medio de un grave conflicto por una nueva demanda de los jockeys.
Apenas llegó a concretarse una prueba, a las 14.02, con solamente tres de los ocho anotados: Qué Gran Corazón, con Facundo Aguirre, le ganó a Bonobon Salvaje (Jorge Yalet) y Emm Giulio (Luis Cáceres), todos ellos con jinetes que no estaba previsto que fueran quienes llevarían sus riendas. Para las segunda y tercera competencias, sólo estaban la yegua Nikita Touch y el caballo Rodo, respectivamente. Esos dos cotejos, que para una y para otro iban a representar una formalidad al no tener rivales, la Administración optó por no hacerlos.
Incluso, pese a que se recibieron apuestas y que Nikita Touch, con Guillermo Reynoso, llegó a su lugar detrás de las gateras para correr en soledad y que Rodo aguardaba en los boxes de exhibición para su momento de correr solo media hora más tarde. Las autoridades decidieron que la yegua y su jinete regresen, quitó el único cuerpo de partidores de la cancha, canceló el resto de la programación y borró la publicación en la que anunciaba la reanudación de la actividad ante la avalancha de comentarios adversos.
¿Por qué prácticamente no había caballos para competir cuando habían sido programadas 12 carreras con 112 inscriptos? El nuevo enfrentamiento entre uno de los gremios del turf platense y la Administración del hipódromo que maneja la Lotería provincial liderada por Gonzalo Atanasof comenzó el lunes 17 de este mes, cuando se conocieron delicadas imágenes de videos y desesperantes audios de la situación vivida por Juan Ignacio Pintos, que se había accidentado la tarde previa en ese mismo escenario. Los médicos lo subieron a la ambulancia, que en todas las carreras sigue el paso de los competidores, y allí comenzó la odisea, con sus familiares intentando que lo atendieran.
“Está mal, con quebraduras en las costillas, la clavícula y la cadera, y tiene dificultad para respirar, pero no lo están dejando ingresar a los hospitales, estamos a la deriva”, relataban en esos audios que viajaban de teléfono a teléfono. La ambulancia llegaba a uno, lo bajaban, era rechazado y lo volvían a subir para salir a buscar otro sanatorio, siempre asistido con oxígeno y ya recuperado el conocimiento que había perdido en la rodada. La situación era delicada. Hoy, Pintos, de 29 años, se recupera de esas lesiones, que incluyeron la perforación de un pulmón, y recuerda lo que vivió: “El caballo se me cayó encima. Me levantaron de la pista para llevarme al Gutiérrez, me bajaron de la ambulancia y no les dieron la orden para ingresar. Me volvieron a subir, me llevaron al Rossi, no me aceptaron y me volvieron a meter en la ambulancia para ir al San Martín. Y ahí apareció un médico del hospital, que se metió en la unidad, me vio que estaba tan mal y logró que me ingresaran. Pasó mucho tiempo”.
Pintos sostiene que no sabe qué hubiera pasado si no fuera por los familiares que lo acompañaron. La novia y la hermana dijeron en el canal Somos La Plata: “Casi se muere. No por el accidente, sino por la desatención. Ellos están descuidados, a la deriva, y no por el sistema público y los médicos, que son de excelencia. Nunca supimos que una guardia rechace a un paciente grave, como en el Español. Decían que no había lugar y que esa complejidad no se podía atender”. Ante un accidente en La Plata, el jockey era estabilizado en la pista y llevado al Español, si la situación lo implicaba. Pero un convenio se cayó, porque existe una deuda millonaria, les dijeron a los representantes de las asociaciones de jockeys y vareadores, y los deportistas de riesgo se quedaron sin la protección elemental.
El accidente de Juan Pintos
Al día siguiente del accidente de Pintos, estrellas de la talla del brasileño Francisco Gonçalves, el ganador de las últimas siete estadísticas nacionales; el cordobés Juan Noriega y el paraguayo Eduardo Ortega Pavón, entre otros, anunciaron que no iban a volver a correr en La Plata hasta que no se asegurara la cobertura médica. A eso siguió un anuncio del gremio de no presentarse a correr desde el jueves 20, mientras se realizaban asambleas, movilizaciones a la sede de la Gobernación y aguardaban que los reciba el administrador, Mariano Cowen, más reconocido por su rol de presidente del club Gimnasia de La Plata que por su vínculo al turf. Nada prosperó desde entonces y el clima se tensó.
El hipódromo cerró la pista, se cruzaron comunicados, acusaciones, desmentidas y La Plata volvió a ser noticia por las reuniones canceladas. Como antes del Gran Premio Dardo Rocha, cuando algo de maquillaje por otra serie de reclamos, entre ellos las deudas con los trabajadores y la falta de mantenimiento de la pista, más las ocasionales fotos con representantes de la actividad permitieron que esa fiesta hípica transcurriera en una calma con fecha de vencimiento. Hasta la siguiente gota de agua que rebalsara el vaso. Y eso llegó con la caída y desatención de Pintos.
Para las nuevas jornadas, el hipódromo con más empleados del país y en manos del Estado provincial anunció que sólo correrían los jockeys y aprendices que firmaran sus compromisos. La mayoría no lo hizo. Decidieron mantenerse fuera de la pista hasta que las reglas sean más acordes a su gusto que a la propuesta de la Administración, con una promesa de cobertura que no conforma a los profesionales. Hoy, La Plata es más una caja política con numerosos cargos públicos de gente que se autopercibe que conoce de turf, maneja las distintas recaudaciones y hay tantas capas que las responsabilidades se pierden, dicen, entre mate y mate, en los studs y las tribunas.
Así, este jueves, algunos representantes de la Comisión de Carreras, entre ellos Mariano Fragueiro, de Propietarios, renunciaron al lugar en ese cuerpo y las autoridades hicieron un intento de mostrar fuerza, sabiendo que unos pocos jinetes y preparadores querían competir. Aseguraron que la fecha se disputaba “con normalidad”. El baño de realidad llegó enseguida, casi sin caballos ni jockeys disponibles.
Con herramientas precarias, bajo la órbita y la lapicera de una Lotería que tiene casi todas sus energías en los juegos de azar que sí promueve y atiende día a día y con un sentimiento de desprotección en la pista y fuera de ella, el turf platense agregó otro papelón a la lista, mientras la política juega su partido ahí dentro. Y aunque hay previstas 14 carreras para este sábado, en este momento no existen elementos que hagan creíble la posibilidad de que puedan concretarse. Salvo que haya otra nueva normalidad, siguiendo con una expresión muy común a estos tiempos pos pandémicos.