Código deontológico de los empleados públicos

Estos 21 puntos de debate sirven como código deontológico para quienes quieran ser –o sean ya– empleados públicos. La entrada Código deontológico de los empleados públicos se publicó primero en Ethic.

Mar 31, 2025 - 16:24
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Código deontológico de los empleados públicos

Trabajé 14 años en el sector público, en la administración local, autonómica y central. Este borrador, muy personal, de un posible código deontológico de los empleados públicos es el poso que esos años dejaron en los pliegues de mi memoria. Estos puntos también se inspiran en las relaciones que he mantenido con muchas administraciones públicas en estos últimos tiempos

El bienestar imperfecto del que disfrutamos deriva del trabajo, con frecuencia poco reconocido, de una parte muy relevante de las trabajadoras y trabajadores públicos. Les doy las gracias y pongo 21 puntos a debate:

Sé leal con la ciudadanía a la que sirves

La nómina te la pagan los ciudadanos. No vale que, por discrepancias con tal o cual partido que gobierna, realices una especie de huelga encubierta. Las administraciones públicas son de los ciudadanos, no de sus trabajadores.

Coordínate con los otros servicios de tu entidad y con las otras administraciones públicas

Sé profesional. La gestión pública no va de relacionarte según tus filias o fobias. La cirujana tiene que cooperar con el anestesista, aunque le caiga mal, en beneficio del enfermo que está desnudo en el quirófano. En los quirófanos esa coordinación se practica, pero no siempre se realiza en las administraciones públicas.

Escucha, mucho, a esa ciudadanía a la que sirves

Conversa y dialoga con ella. Los ciudadanos no son tus clientes. Son los accionistas de la empresa que te paga, los propietarios. Seguramente ven cosas que tú no ves. Aprovecha cada conversación con ellos para entender mejor la sociedad a la que sirves. Su queja o sugerencia es una auditoría gratuita al trabajo que desarrollas. Ah, y no escuches solo a los poderosos o a los grupos de presión. Escucha también a la gente que no habla.

Valora, respeta, conversa y dialoga

Especialmente con quienes también sirven al bien común desde otro rol, ya sea desde las entidades sociales, ya sea desde las empresas. No tienes la exclusiva del interés general ni el monopolio en la producción de bienestar para la sociedad.

Te debes al servicio público

Si hay que elegir entre el compañerismo, a veces corporativismo, y la defensa del interés general, no debes dudar. No puede ser que para proteger tu interés o el de los compañeros y compañeras que conoces dañes a miles de personas que no conoces. Los hospitales públicos funcionan 24 horas con el objetivo de dar el mejor servicio a los pacientes, aunque es obvio que la vida personal de los trabajadores del sector salud se daña con el trabajo nocturno.

No te atrincheres en el escritorio

No te escondas agarrado a los expedientes, sal a los territorios a los que sirves. No se entiende bien la realidad si la vemos solo a través de las pólizas o el correo electrónico. La Función Pública es proximidad y empatía. No esperes a la pregunta, atiende a la mirada.

Ayuda sobre todo a las personas más frágiles

A los mayores, a quienes tienen menos estudios, a quienes carecen de recursos… Tratar igual lo desigual no es justo. La equidad suele exigir lo contrario. No consientas que las nuevas tecnologías se conviertan en otra barrera discriminatoria, ni te ampares en ellas para justificar tu apego al escritorio distante.

Procura transformar el sistema actual

Me refiero al que rige el funcionamiento de las Administraciones Públicas, un sistema que no penaliza a la minoría de incumplidores ni recompensa a la mayoría de buenos profesionales, que, como tú, se dejan la piel en el servicio público. No es bueno para la sociedad ese sistema de casi impunidad, no es bueno para los servidores públicos.

Sé amable

La amabilidad es una virtud extraordinaria: sin coste alguno produce grandes beneficios en ti mismo y en las personas con las que tratamos. Atender con paciencia, explicar con claridad, escuchar con humildad y compartir una sonrisa son atributos de la buena profesionalidad. Ser amables ayuda a que el mundo sea un lugar más amable.

Defiende la verdad y la ciencia

En un mundo amenazado por la proliferación de mentiras y la negación de los hechos, esa labor es muy necesaria.

Mantén una visión de largo plazo

Defiende también los intereses de las generaciones venideras. No cedas a las presiones del cortoplacismo electoral. No dejes que las legislaturas se acorten, al empezar y al acabar, por intereses electorales. Defiende el servicio público, el interés general. Tu estabilidad en el puesto de trabajo —tan apreciada— se justifica, precisamente, para garantizar tu independencia política y la estabilidad institucional.

Innova

No es fácil. No suele estar recompensado. Trabajarás más. Te enfrentarás a la enorme fuerza de la inercia y de quienes la defienden. Pero innova. El mundo necesita una Administración Pública abierta al futuro y no con la mirada pegada al retrovisor.

No quieras hacerlo todo

Articula y coopera con los otros actores económicos y sociales que existen. No es mejor administración la que hace más. La clave es que haga lo que le es propio y deje espacio para la acción de los otros. Una administración que promueve la colaboración aumenta y multiplica las energías de la sociedad. Pero no abandones tu responsabilidad como garante de los servicios públicos.

No te aproveches de tu posición

No te aproveches para imponer a los administrados condiciones que tú no aceptarías si intercambiaras los roles con el ciudadano que está realizando esa gestión. Ponte en el lugar de la ciudadanía y trátala como te gustaría que te trataran a ti.

Respeta el rol de los decisores políticos

Puesto que son los representantes de la ciudadanía. Pero haz que respeten también tu rol como trabajador público.

No dejes que se desconfíe de tus actos y las normas que ayudas a crear estén rebosantes de desconfianza

La desconfianza atávica de la Administración Pública en los administrados tiene un coste económico enorme para el país. Simplifica los trámites y confía en la buena fe de la mayoría.

Sé honesto

Tendrás tentaciones, externas e internas. Resiste y trabaja con toda tu competencia y dedicación. Sé decente. La corrupción se combate con las normas, pero también desde el propio comportamiento. El conocido como escaqueo del funcionario es también una forma de defraudar a la ciudadanía

Sé austero

Gastar con mesura y ahorrar el dinero público es un objetivo a perseguir, aunque a menudo sea contrario a los mandatos de ejecutar todo el presupuesto a cualquier precio.

Defiende la función pública

Es el instrumento esencial para el estado de bienestar y el armazón de la democracia.

Sé agradecido

Estás ejerciendo uno de los oficios más nobles y gratificantes del mundo. Trabajar para la propia ciudad, para la comunidad en la que vives o para tu país es un honor.


Víctor Viñuales es sociólogo

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