Tristeza en la Iglesia Católica: el Papa Francisco estuvo ausente en las ceremonias del Viernes Santo y crece la incógnita sobre la bendición pascual
La ausencia del Papa Francisco en la ceremonia del Viernes Santo preocupó a los fieles.

El Coliseo romano fue escenario de una de las celebraciones más emblemáticas del Viernes Santo: el tradicional Vía Crucis, al que asistieron miles de fieles que colmaron el histórico anfiteatro bajo el cielo primaveral.
Este año, la ceremonia tuvo un tono especial, marcado por la ausencia del Papa Francisco, quien continúa en proceso de recuperación. En su lugar, el rito fue presidido por el cardenal Baldo Reina, vicario del Papa para la diócesis de Roma, designado expresamente por el Sumo Pontífice.
Semana Santa: qué día no se come carne y quiénes lo pueden evitar
Semana Santa: la receta definitiva para hacer huevos de Pascuas caseros y ahorrar dinero
Un rito cargado de simbolismo en el corazón de Roma
Como cada año, el Vía Crucis recorrió las 14 estaciones que recuerdan la pasión y muerte de Jesucristo, con la cruz pasando simbólicamente de mano en mano entre diferentes grupos.
La solemnidad y recogimiento se sintieron en cada rincón del Coliseo, un lugar que, además de su carga histórica, se convierte cada Semana Santa en un espacio sagrado de reflexión y fe.
Entre las personalidades destacadas que participaron, se encontraba el vicepresidente de Estados Unidos, James Vance. En visita oficial a Roma, Vance también se reunió ese mismo día con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y se mostró conmovido por la fuerza espiritual de la ceremonia.
El Papa Francisco, quien fue dado de alta el pasado 25 de marzo tras haber estado internado por una grave neumonía bilateral, permanece en reposo en la residencia de Santa Marta, siguiendo indicaciones médicas que le sugieren al menos dos meses de cuidados.
Esta situación ha llevado a que se ausente de varios actos litúrgicos de Semana Santa, entre ellos el Vía Crucis, uno de los más esperados por los fieles.
A pesar de su ausencia física, el Papa estuvo presente espiritualmente en cada ceremonia, delegando la conducción litúrgica a distintos cardenales. Se espera, sin embargo, que retome sus funciones públicas este Domingo de Pascua, cuando encabece la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el Vaticano, un rito que por su importancia no puede ser reemplazado por otro celebrante.
Papa Francisco | La mujer en la Iglesia católica: lo que el Sínodo decidió y dejó sin resolver
Emoción y oración por la salud del Pontífice
La ceremonia en el Coliseo incluyó momentos especialmente emotivos. Durante uno de ellos, un diácono elevó una oración en latín pidiendo por la pronta recuperación del Papa Francisco, generando un sentido aplauso entre los presentes.
Además, el fraile capuchino Roberto Pasolini, nuevo predicador del Vaticano, ofreció una reflexión sobre el valor de la fe y la esperanza en tiempos difíciles.
Concluida la ceremonia, la atención se centra ahora en el esperado mensaje pascual del Papa Francisco, que se dará este domingo desde la Plaza de San Pedro. Fieles de todo el mundo aguardan con expectativa sus palabras, en una Pascua marcada por el deseo colectivo de sanación, paz y unidad.