Todo listo en el Vaticano: claves del cónclave que elegirá al nuevo Papa
Con 133 cardenales electores y 89 votos necesarios, el cónclave más numeroso de la historia decide quién sucederá al Papa Francisco
A partir de este miércoles, todas las miradas están puestas en la Plaza de San Pedro. Comienza el cónclave, el proceso más importante y reservado de la Iglesia Católica: la elección del nuevo Papa. Aunque se desarrolla a puerta cerrada, el procedimiento está perfectamente regulado y sigue una liturgia precisa, marcada por los siglos de tradición.
Este será el cónclave con más cardenales electores de la historia: 133. Para que haya elección, se requiere una mayoría de dos tercios, lo que equivale a 89 votos. Esta cifra sin precedentes no solo eleva el listón de apoyos necesarios, sino que también podría alargar el proceso más allá de lo habitual.
Un protocolo milimetrado
El miércoles por la tarde, a las 16:30 horas, los cardenales ingresarán en la Capilla Sixtina y realizarán una primera votación. No suele esperarse un resultado definitivo en esta sesión inicial; más bien, sirve para tomar una “fotografía” de los apoyos y empezar a vislumbrar posibles alianzas en torno a los candidatos más votados.
A partir del segundo día, el ritmo se intensifica: se celebran cuatro votaciones diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. Si en la primera votación matutina no se alcanza la mayoría necesaria, se procede de inmediato a un segundo escrutinio. Solo entonces, alrededor del mediodía, se emite la señal de humo que comunica al mundo el resultado de la jornada: negro si no hay acuerdo, blanco si se ha elegido nuevo pontífice. El mismo esquema se repite por la tarde, con la fumata prevista entre las 17:00 y las 19:00 horas. No obstante, si un cardenal es elegido en la primera votación del día, la fumata blanca puede producirse antes del horario habitual.
Pausas y alternativas si no hay consenso
Si después de tres días de votaciones no se alcanza un acuerdo, se realiza una pausa de 24 horas para que los cardenales recen, reflexionen y dialoguen entre ellos. En este caso, la interrupción tendría lugar el domingo, tras 13 escrutinios. Luego, el proceso se reanuda con ciclos de siete votaciones seguidos de nuevas pausas.
En caso de que se llegue a 34 votaciones sin resultado, se activa una medida excepcional: solo se podrá elegir entre los dos cardenales que hayan recibido más apoyos en el último escrutinio. Sin embargo, incluso en ese escenario, la mayoría de dos tercios se mantiene como condición indispensable.
Un cónclave incierto
Los cónclaves más recientes, los de 2005 y 2013, concluyeron en apenas 24 horas. Sin embargo, en esta ocasión no hay candidatos claros ni un bloque dominante entre los electores. La sensación de incertidumbre es palpable dentro del Colegio Cardenalicio, y no se descarta que la elección se prolongue al menos hasta el viernes.
Mientras tanto, el mundo vuelve a mirar hacia el Vaticano, atento a la señal que saldrá de la chimenea sobre la Capilla Sixtina. Una señal que, cuando sea blanca, anunciará el inicio de una nueva etapa en la historia de la Iglesia Católica.