Stephen Chow, el único cardenal chino del cónclave, defiende a Francisco: “No creo que la Iglesia esté ahora más polarizada”
El obispo de Hong Kong defendió el legado del papa Francisco y dijo que el impacto de su pontificado fue universal

ROMA.- El cardenal Stephen Chow Sau-yan, obispo de Hong Kong, es uno de los 23 asiáticos del colegio de electores y el único de China que se encerrará a partir este miércoles en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco.
Jesuita como él, de 65 años, psicólogo, licenciado en Filosofía y Teología, con un máster en Desarrollo Humano en Chicago y un doctorado en Harvard, en una entrevista con LA NACION en un salón de la curia generalicia de la Compañía de Jesús, a metros del Vaticano, Chow defendió el legado del papa Francisco. Y, especialmente el proceso de sinodalidad puesto en marcha, que apunta a más escucha y participación de todos los bautizados en la Iglesia.
Además, consideró que no es justo decir que durante su papado aumentó la polarización de la Iglesia, como suele denunciar el ala conservadora. Prefirió no hablar de China, gigante comunista con el que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas, pero con quien, por voluntad del papa argentino, en septiembre de 2018 se firmó cuestionado acuerdo provisional secreto sobre la delicada cuestión de la designación de obispos.
-¿Qué herencia dejan los 12 años y 39 días de papado de Francisco?
-Creo que el impacto de Francisco fue universal, y no solo en Hong Kong o China, donde ahora existe un acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos. Francisco realmente transformó la imagen de la Iglesia en su conjunto. Antes, muchos veían la Iglesia como una institución poco conectada con ellos, algo distante y con una enseñanza… Pero Francisco la transformó. Y hoy es mucho más humana, está mucho más conectada, mejor conectada con los diferentes grupos de personas del mundo, incluyendo a los no católicos, de una manera mucho mejor que antes, y con otras religiones. Siempre enfatizó la importancia de ser una Iglesia inclusiva, como dijo durante la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, para “todos, todos, todos”. Eso es importante.
-¿Qué palabras más lo impresionaron?
-Lo primero que me impresionó, y lo que más me impresionó y que persistió durante todo su papado, fue su énfasis en la misericordia, en que Dios es un Dios de Misericordia. Celebró el Jubileo extraordinario de la Misericordia (2016), y eso marcó la pauta. Y lo segundo fue su énfasis en la alegría del Evangelio, que también marcó la pauta de su papado. Y esto es lo que más me atrajo, porque uno tiene la tentación de quedarse en su zona de confort. Y creo que mucha gente extraña a Francisco precisamente por eso. Logró tocar la vida de las personas y siempre que hablo con la gente, me dicen que están realmente impresionados por la compasión del Papa, por el Papa del pueblo.
-Usted participó en los dos sínodos sobre sinodalidad (de octubre 2023 y octubre 2024), pero, al parecer hay mucha división sobre este tema, la gran apuesta de Francisco…
-La sinodalidad llegó mucho a Asia porque creo que nuestra cultura asiática pone mucho énfasis en la familia, la comunidad, la armonía, el estar juntos. No queremos uniformidad. Y la sinodalidad también refleja esos valores. Y realmente lo aceptamos. La sinodalidad es el futuro de la Iglesia en Asia y en otros lugares, aunque reconozco que no todos la comparten con el mismo grado, y hay diferentes maneras de entender la sinodalidad. Esa es la realidad. Quienes asistieron al sínodo, quizás no todos, pero en general creo que realmente desean que la Iglesia se convierta en una Iglesia sinodal.
-¿Por qué cree que los sectores más conservadores no entienden la sinodalidad?
-Algunas personas todavía encuentran el discernimiento un poco quisquilloso, un poco ambiguo, porque no están acostumbradas. Es comprensible. Pero, ciertamente, la sinodalidad no es la democratización de la Iglesia, como algunos temen. Todavía no lo entienden, creen que estamos eliminando la jerarquía. No es así. Pero no se convencerán hasta que lo experimenten por sí mismos. Creo que la sinodalidad es realmente obra del Espíritu Santo y para que la Iglesia dé testimonio a un mundo tan divisivo, nacionalista y egoísta debemos trabajar juntos. Tenemos que aprender a hacerlo en la Iglesia. Todavía tenemos que aprender a escucharnos con empatía, respeto y profundidad. Entonces podremos discernir y trabajar juntos. Creo firmemente que este es el don que estamos llamados a dar testimonio y a compartir con el mundo de hoy.
-¿Cree que hay más polarización en la Iglesia después del papado de Francisco, como alegan sectores de derecha?
-No comparto esa visión, no creo que la Iglesia esté ahora más polarizada, pasó lo mismo con otros papas y creo que, de todos modos, la Iglesia siempre necesita de la unidad.
-Algunos criticaron a Francisco por el documento Fiducia Supplicans, sobre la bendición de las personas en uniones homosexuales… ¿Usted cómo lo ve?
-Mucha gente critica Fiducia Supplicans sin haber leído realmente el documento, pero creo que cuando la gente lo lee honestamente, ve claramente que no estamos bendiciendo la unión. Estamos bendiciendo a las personas. A quienes suelen criticar el documento suelo decirles: si la gente viene a pedirme la bendición después de la misa o aquí en la calle, ¿debería preguntarles si son gays? ¿Si están divorciados? Simplemente bendigo a la persona que la pide. Y el documento dice que realmente podemos bendecir a quienes la piden.
-También en el ala conservadora no cayó bien su acercamiento al Islam, con el documento sobre fraternidad humana…
-En Hong Kong tenemos seis religiones, y el Islam es una de ellas. Nos reunimos regularmente y hablamos con ellas, somos amigos, compartimos valores. Francisco nos ha permitido acercarnos más, nos ha unido más. De hecho, nos ha facilitado el diálogo, la confianza y el respeto mutuos. Siempre hay fanáticos, fundamentalistas en todas las religiones, como decía Francisco, y puede ser difícil dialogar con ellos, pero la mayoría no son así. Francisco rompió el hielo. Tanto es así que después de su muerte recibí cartas de condolencias de parte de todos los líderes religiosos y esto se explica solo porque él logró llegar a todos.
-Cómo se siente ante la responsabilidad de tener que ingresar al cónclave para votar al 267 pontífice de la historia…
-Para ser honesto, desearía no tener que votar, porque desearía que Francisco siguiera vivo. Pero es un hecho que nos ha dejado. Así que esto es algo que tenemos que afrontar. Y estoy rezando de verdad. Sé que cada persona tiene una comprensión diferente del cónclave y dice: “Oh, el Espíritu Santo no elige. El Espíritu Santo solo nos da la libertad y el espacio para responder, para tomar nuestra decisión”. Pero creo que, si nos adentramos en el discernimiento, debemos volver a nuestro corazón, a la inspiración del Espíritu Santo en nuestros corazones. Porque ahí es donde el Espíritu Santo se comunica, y nos dará algún tipo de indicación… No puedo decirlo con certeza ahora, pero sin duda así es como me siento en cuanto al discernimiento. Tendremos mayor paz y certeza al elegir una opción sobre la otra. Pero esto no va a ser fácil, porque estoy seguro de que hay diferentes factores que debemos considerar…
-¿Cree que va a ser un cónclave largo o corto?
-Espero que no sea demasiado largo. Pero es una gran responsabilidad. La gente nos pide que, por favor, elijamos a un papa que sea bueno para nosotros, para la Iglesia y bueno para el mundo. Aunque, en lo personal, estoy tranquilo: no hablo italiano y soy jesuita (risas).