¿“Solo es un MEME”? El caso de Valeria Márquez sacó lo más podrido del internet
Lo que le pasó a Valeria Márquez es una tragedia. Pero lo que vino después, una ola de comentarios que se burlaban de su muerte y su cuerpo, expuso una verdad incómoda: la forma en que muchos hombres usan el humor para normalizar la violencia más extrema. Y entonces hay que preguntarse: ¿por qué alguien […]

Lo que le pasó a Valeria Márquez es una tragedia. Pero lo que vino después, una ola de comentarios que se burlaban de su muerte y su cuerpo, expuso una verdad incómoda: la forma en que muchos hombres usan el humor para normalizar la violencia más extrema.
Y entonces hay que preguntarse: ¿por qué alguien cree que eso puede ser chistoso? ¿De dónde viene esa necesidad de hacer ese tipo de comentarios en voz alta, de compartirlos, de validarlos entre amigos o desconocidos? ¿Qué tan rota está la forma en la que entendemos la masculinidad como para que eso sea una forma de convivir?
En otros países no saben lo aterrador que es ser mujer en México. Ni muertas nos dejan en paz. Tan sólo vean las publicaciones de los “hombres” mexicanos que se burlan del feminicidio de Valeria Márquez y piden que su cadáver sea violado en la morgue. Esto no es normal.
— Kary Velasco (@karivscoag) May 15, 2025
Hay hombres que no se ven a sí mismos como violentos, pero que usan el humor para decir cosas que, de otra forma, no se atreverían a admitir. Lo esconden detrás de un meme, un tuit, una broma, porque creen que eso los libera de toda responsabilidad. Pero el lenguaje también puede ser una forma de ejercer poder. Y el humor, aunque lo disfracen de sarcasmo o provocación, puede ser una herramienta para perpetuar la violencia más normalizada.
Todo esto no busca señalar con el dedo ni trazar una línea entre “los buenos” y “los malos”. Más bien es una invitación a mirar con atención. A preguntarse por qué tantos hombres reaccionan así frente al cuerpo de una mujer asesinada. A preguntarse por qué el impulso de muchos no fue el duelo, el coraje o el respeto, sino la burla.
¿Desde cuándo violar es una broma? Lo que dijeron tras la muerte de Valeria Márquez
Valeria Márquez tenía 23 años, era modelo e influencer, y estaba haciendo un live en TikTok cuando la asesinaron. Eso debería bastar para conmovernos y exigir justicia. Pero lo más perturbador no fue solo el asesinato, sino la oleada de comentarios grotescos que bromeaban con violarla, con su cuerpo ya sin vida.
No fueron uno ni dos mensajes, sino cientos: hombres escribiendo “ni muerta se ve mal”, “yo sí me la doy” o “está mejor así”, con emojis de risa, como si nada. Una competencia macabra por ver quién decía la barbaridad más repulsiva.
Lo aterrador no es solo lo que dijeron, sino lo que revelan: espacios sociales donde la violencia contra las mujeres es una broma, un juego, un entretenimiento. Una cultura que enseña que el cuerpo femenino es un objeto para ser discutido, violentado y humillado, incluso después de la muerte.
No hace falta participar para ser parte del problema. Basta con crecer en círculos donde ese humor misógino era la norma y pocos lo cuestionaban. Ese silencio también es complicidad.
La risa puede ser muchas cosas: nerviosa, incómoda, liberadora. Pero cuando deshumaniza, banaliza el dolor y convierte la muerte en chiste, deja de ser un recurso para volverse violencia. Esa señal no puede ser ignorada.
No se trata de ser vigilantes del lenguaje, sino de entender qué decimos, qué permitimos y qué celebramos. De preguntarnos qué significa ser hombre cuando, frente al cuerpo de una mujer asesinada, muchos responden con burla en lugar de respeto o indignación.
Nada Qué Ver, la guía con todo lo que deberías estar viendo en streaming