Sevilla reestrena el formato corto de Feria con blindaje antiapagones y el reto de mejorar su propia avalancha de récords

La fiesta vuelve a contar con menos días, como tenía hasta 2016, justo después de una edición en la que se batieron todas las cifras económicas y de afluencia y que se vendió como la mejor de la historiaSevilla formaliza su vuelta a una Feria corta con el aviso del PSOE de que resucitará la larga cuando gobierne Sevilla recupera hoy el lunes del pescaíto, una jornada que se celebró por última vez en 2016 y que desde entonces dio paso a un estreno de la Feria de Abril siempre en sábado. Pero la historia demuestra que todo lo que cambia puede volver a hacerlo, así que tras la consulta popular de hace un año –con un resultado más ajustado de lo que se esperaba– aquí estamos de nuevo con un formato corto de la fiesta, que tiene por delante un buen desafío: superar la edición de 2024, pregonada como la mejor de todos los tiempos. El reto no es menor, porque hablamos de una Feria con un día y un festivo menos, lo que complica superar los 3,1 millones de visitantes del año pasado (“la más multitudinaria de la historia”, se congratuló el alcalde, José Luis Sanz) y repetir el dato de mil millones de impacto económico. La cifra la aportó el mismísimo presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que la desgranó en que “cada hora se mueven seis millones de euros” y que eso supone 1.700 euros al segundo. El año pasado todo fueron récords así que lo dicho, la Feria lo tiene difícil para superarse a sí misma si nos atenemos a los números que tanto se esgrimen en las vísperas. Lo cual no deja de ser un contrasentido cuando hablamos de una fiesta en la que la prioridad es disfrutar, más allá de las toneladas de basuras que se recogen o los miles de personas que llegan en transporte público. Blindaje contra los apagones Es además la primera Feria post gran apagón, lo que ha metido el miedo (eléctrico) en el cuerpo a más de uno. No es para menos si recordamos que hablamos de un recinto con 1.049 casetas y 254.000 bombillas en el Real, a las que hay que sumar las 25.000 de la portada (que este año por cierto rememora el pabellón de Chile de la Exposición de 1929). El consumo, apunta cada año Endesa, es similar al de una ciudad de 50.000 habitantes. Y pese a todo, el recinto está blindado contra los cortes de luz. Un trabajador revisa las bombillas del Real. ¿Y cómo puede garantizarse eso? Pues gracias a la renovación y aumento de la capacidad del tendido eléctrico, con una red que ya es independiente de la del vecino barrio de Los Remedios, pero sobre todo a la existencia de un sistema de generadores que garantizaría el suministro durante horas y así proceder al desalojo del Real. Así que una réplica del apagón “no podría pasar” en plena celebración, garantizaba el alcalde en una entrevista en el programa Acento andaluz de 7TV. Así que llega el momento de la verdad para una fiesta que se ha llevado un año en el centro del debate político, algo que históricamente se ha intentado evitar. El detonante ha sido la apuntada consulta popular, que provocó la denuncia de irregularidades por parte de Facua y cuyo resultado (con la consabida aplicación del modelo corto) ha estado en el aire hasta que en enero el gobierno local del PP selló un pacto presupuestario con Vox que en paralelo –y entre otras cuestiones– garantizó la abstención de los de Santiago Abascal para salvar los muebles. Eso sí, el PSOE avisó de que en cuanto vuelva a la alcaldía reimplantará el formato largo. De la devolución de una caseta a espacios seguros Así que en esta edición la principal novedad es el cambio de modelo, que se ha vendido como un regreso a la fórmula clásica cuando en realidad eso del lunes del pescaíto tiene poco más de medio siglo de historia. La cuestión invita a una reflexión con eso de las esencias en una ciudad tan dada a presumir de ellas, pero en la que cualquier hábito adquiere rápido la categoría de tradición. Será también una Feria en la que ha habi

May 5, 2025 - 06:31
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Sevilla reestrena el formato corto de Feria con blindaje antiapagones y el reto de mejorar su propia avalancha de récords

Sevilla reestrena el formato corto de Feria con blindaje antiapagones y el reto de mejorar su propia avalancha de récords

La fiesta vuelve a contar con menos días, como tenía hasta 2016, justo después de una edición en la que se batieron todas las cifras económicas y de afluencia y que se vendió como la mejor de la historia

Sevilla formaliza su vuelta a una Feria corta con el aviso del PSOE de que resucitará la larga cuando gobierne

Sevilla recupera hoy el lunes del pescaíto, una jornada que se celebró por última vez en 2016 y que desde entonces dio paso a un estreno de la Feria de Abril siempre en sábado. Pero la historia demuestra que todo lo que cambia puede volver a hacerlo, así que tras la consulta popular de hace un año –con un resultado más ajustado de lo que se esperaba– aquí estamos de nuevo con un formato corto de la fiesta, que tiene por delante un buen desafío: superar la edición de 2024, pregonada como la mejor de todos los tiempos.

El reto no es menor, porque hablamos de una Feria con un día y un festivo menos, lo que complica superar los 3,1 millones de visitantes del año pasado (“la más multitudinaria de la historia”, se congratuló el alcalde, José Luis Sanz) y repetir el dato de mil millones de impacto económico. La cifra la aportó el mismísimo presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que la desgranó en que “cada hora se mueven seis millones de euros” y que eso supone 1.700 euros al segundo.

El año pasado todo fueron récords así que lo dicho, la Feria lo tiene difícil para superarse a sí misma si nos atenemos a los números que tanto se esgrimen en las vísperas. Lo cual no deja de ser un contrasentido cuando hablamos de una fiesta en la que la prioridad es disfrutar, más allá de las toneladas de basuras que se recogen o los miles de personas que llegan en transporte público.

Blindaje contra los apagones

Es además la primera Feria post gran apagón, lo que ha metido el miedo (eléctrico) en el cuerpo a más de uno. No es para menos si recordamos que hablamos de un recinto con 1.049 casetas y 254.000 bombillas en el Real, a las que hay que sumar las 25.000 de la portada (que este año por cierto rememora el pabellón de Chile de la Exposición de 1929). El consumo, apunta cada año Endesa, es similar al de una ciudad de 50.000 habitantes. Y pese a todo, el recinto está blindado contra los cortes de luz.

Un trabajador revisa las bombillas del Real.

¿Y cómo puede garantizarse eso? Pues gracias a la renovación y aumento de la capacidad del tendido eléctrico, con una red que ya es independiente de la del vecino barrio de Los Remedios, pero sobre todo a la existencia de un sistema de generadores que garantizaría el suministro durante horas y así proceder al desalojo del Real. Así que una réplica del apagón “no podría pasar” en plena celebración, garantizaba el alcalde en una entrevista en el programa Acento andaluz de 7TV.

Así que llega el momento de la verdad para una fiesta que se ha llevado un año en el centro del debate político, algo que históricamente se ha intentado evitar. El detonante ha sido la apuntada consulta popular, que provocó la denuncia de irregularidades por parte de Facua y cuyo resultado (con la consabida aplicación del modelo corto) ha estado en el aire hasta que en enero el gobierno local del PP selló un pacto presupuestario con Vox que en paralelo –y entre otras cuestiones– garantizó la abstención de los de Santiago Abascal para salvar los muebles. Eso sí, el PSOE avisó de que en cuanto vuelva a la alcaldía reimplantará el formato largo.

De la devolución de una caseta a espacios seguros

Así que en esta edición la principal novedad es el cambio de modelo, que se ha vendido como un regreso a la fórmula clásica cuando en realidad eso del lunes del pescaíto tiene poco más de medio siglo de historia. La cuestión invita a una reflexión con eso de las esencias en una ciudad tan dada a presumir de ellas, pero en la que cualquier hábito adquiere rápido la categoría de tradición.

Será también una Feria en la que ha habido un movimiento de casetas propiciado nada menos que por el Tribunal Supremo, que respaldó la orden judicial de devolver la caseta (de las grandes) que en 2021 perdieron los Muñoz Noguera, la familia política de Ana Rosa Quintana. El espacio se dividió en tres nuevas casetas, cuyos titulares ahora han tenido que ser reubicados.

Reponedores en plena faena en los días previos.

Al margen, la fiesta contará por primera vez con espacios seguros para mujeres y personas LGTBIQ+ en el Real, que sirvan como puntos de atención ante posibles situaciones de acoso o agresión. Estos puntos estarán ubicados en el hospital de campaña, la caseta de niños perdidos y la oficina del Centro de Coordinación Operativa (Cecop).

En el apartado de movilidad, se habilitan más de 12.500 plazas de aparcamiento, habrá vigilancia privada en las paradas de taxi, funcionará por primera vez una lanzadera directa entre Sevilla Este y el Real y el Metro funcionará de manera ininterrumpida. Y en lo tocante a seguridad, se desplegarán equipos de drones y en la portada se ha ubicado a gran altura una cámara para detectar de forma rápida emisiones de humo y posibles incidentes.

Junto a ello, se han instalado 30 cámaras en el recinto para funciones de videovigilancia e inteligencia artificial, estás últimas para contabilizar el número de personas. De esta manera, se podrá saber si se bate o no el récord del año pasado, cuando esos 3,1 millones de visitantes propiciaron que se viviese la Feria “más multitudinaria de la historia”.

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