¿Será el CEO la próxima víctima de la Inteligencia Artificial?
Un nuevo informe revela que 3 de cada 4 CEOs temen perder su trabajo si no logran resultados concretos con inteligencia artificial. Pero no es solo miedo: es una señal de que el poder sin aprendizaje ya no alcanza.

Una encuesta reciente realizada por The Harris Poll para Dataiku, con más de 500 CEOs de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, expone una transformación silenciosa en el liderazgo global: la inteligencia artificial dejó de ser una promesa para convertirse en un juicio.
Los resultados son difíciles de ignorar:
- 74% de los CEOs estadounidenses cree que podría perder su puesto en menos de dos años si no logra resultados tangibles con IA.
- 70% anticipa que alguno de sus pares será despedido antes de fin de 2025 por una estrategia fallida vinculada a IA.
- 89% cree que la IA puede diseñar un plan estratégico igual o mejor que al menos uno de sus ejecutivos.
Uno de los testimonios recogidos en el informe es brutal en su honestidad: "Confío más en el consejo estratégico de una IA que en el de algunos miembros del board o ejecutivos."
Y no son solo palabras. CEOs de empresas como Fiverr, Shopify y Duolingo anunciaron -en comunicaciones internas que luego "se filtraron"- que sus compañías adoptarían una política "IA First": no contratarán a nadie nuevo salvo que puedan demostrar que esa tarea no puede ser realizada por inteligencia artificial. En otras palabras: vamos a ser cada vez menos.
La paradoja del liderazgo: ¿quién aprende menos?
Aprender requiere tiempo. Y es justamente lo que muchos CEOs no tienen. Están ocupados resolviendo lo urgente, atrapados en agendas infinitas, sin espacio para la reflexión ni para el aprendizaje estructurado.
Y cuando lo único que hacen es tomar decisiones... cuando solo eso es su trabajo, cualquier sistema que tome decisiones mejor que ellos se vuelve una amenaza directa.
Además, un CEO que intenta aprender algo nuevo muchas veces se expone: el error tiene costo político, y por eso muchos optan por moverse simbólicamente -un curso, una adquisición, una narrativa- en lugar de hacer el trabajo profundo que requiere el cambio.
¿Y si el CEO ya es el cuello de botella?
El informe también revela un síntoma más profundo: muchos CEOs sospechan que sus propios equipos ya usan IA sin autorización. El 94% habla de "shadow AI", es decir, empleados que recurren a herramientas como ChatGPT o Claude sin avisar. Y lo hacen por una razón: quieren ser más eficientes, incluso si la organización no los acompaña.
Mientras tanto, un 35% de los proyectos de IA son puro maquillaje: estrategias que suenan innovadoras pero no mueven ninguna aguja.
Cuando un CEO sólo toma decisiones, cualquier sistema que tome decisiones mejor que él es una amenaza directa.
Este divorcio entre liderazgo y realidad también se refleja en una encuesta realizada en CEO en Camiseta. Se les preguntó a 810 personas: ¿Qué preferís, ser liderado por un jefe mediocre o por una inteligencia artificial?
El resultado fue claro: el 69,6% eligió a la IA. No porque sea más cálida, sino porque -como respondieron muchos- "es más objetiva", "detecta patrones" y "no trae sus problemas personales al trabajo".
Cuando la gente empieza a preferir un algoritmo antes que a su jefe... la amenaza ya no es la tecnología. Es el liderazgo que no supo transformarse.
¿Qué hace un CEO que no es reemplazable?
Probablemente el CEO del futuro no sea el más brillante, sino el más valiente:
- El que delega tanto como para poder pensar.
- El que conversa con su equipo... pero también con su doble digital.
- El que usa IA todos los días, no para impresionar, sino para decidir mejor.
Pero también, el que sabe qué eliminar, porque no hay nada peor que un proceso, un formulario o incluso un puesto que no debería existir. El que automatiza lo repetitivo, porque no podemos permitir que jóvenes brillantes abandonen sus trabajos por pasar el día haciendo copy-paste. Y el que terceriza lo accesorio, para enfocarse en lo verdaderamente importante: visión, criterio, cultura, dirección.
Porque al final, lo que la IA no puede hacer es soñar. No puede tener empatía. Y no puede liderar seres humanos desde la experiencia emocional.
Una advertencia final
No te va a reemplazar la IA. Te va a reemplazar otro CEO que sí la usa.
La diferencia entre quienes lideren el cambio y quienes sean desplazados por él no va a estar en los títulos. Va a estar en la curiosidad. Y en la capacidad de actuar antes de que sea tarde.