Patios con especies singulares de Córdoba: «La naturaleza es sabia y ha querido que estén bonitas»
La visita a los Patios de Córdoba se puede hacer coleccionando recintos o deteniéndose a mirarlos, en busca de los detalles más insólitos y significativos, de esas especies que sólo están en un lugar y de los espacios que no se repiten en otros lugares. Fruto de ello es un camino en el que el visitante puede sorprenderse con la cola de mono o la justicia de la calle Barrionuevo , en un patio de arquitectura moderna que recoge algunos elementos de una casa antigua anterior. Sus dueños incluso crían allí sus geranios y gitanillas. María Cachinero se ocupa de La Palma, 3, uno de los recintos más monumentales del certamen, y habla de la flor de lis , del limonero, del naranjo y de la buganvilla que llegó a tener el premio de planta singular de los Patios de Córdoba, pero también del clima. «La naturaleza es sabia y ha querido que este año las plantas estén muy bonitas», asegura cuando habla de algunas especies que han cobrado un esplendor especial apoyadas en el ciclo lluvioso y también en la ausencia de temperaturas demasiado altas. De allí a Agustín Moreno, donde la protagonista es la yedra , y después a un recinto que se titula con su especie más especial: el patio del pacífico, en la calle San Juan de Palomares, 8, en que reina precisamente el ibiscus . El camino de todos ellos es el de seguir la tradición más arraigada de los Patios de Córdoba , pero también la búsqueda de las especies novedosas, del detalle de la arqueología o del juego con la arquitectura, para demostrar que no siempre los Patios de Córdoba responden a un mismo esquema, sino que van también según la inspiración de sus propietarios y cuidadores.
La visita a los Patios de Córdoba se puede hacer coleccionando recintos o deteniéndose a mirarlos, en busca de los detalles más insólitos y significativos, de esas especies que sólo están en un lugar y de los espacios que no se repiten en otros lugares. Fruto de ello es un camino en el que el visitante puede sorprenderse con la cola de mono o la justicia de la calle Barrionuevo , en un patio de arquitectura moderna que recoge algunos elementos de una casa antigua anterior. Sus dueños incluso crían allí sus geranios y gitanillas. María Cachinero se ocupa de La Palma, 3, uno de los recintos más monumentales del certamen, y habla de la flor de lis , del limonero, del naranjo y de la buganvilla que llegó a tener el premio de planta singular de los Patios de Córdoba, pero también del clima. «La naturaleza es sabia y ha querido que este año las plantas estén muy bonitas», asegura cuando habla de algunas especies que han cobrado un esplendor especial apoyadas en el ciclo lluvioso y también en la ausencia de temperaturas demasiado altas. De allí a Agustín Moreno, donde la protagonista es la yedra , y después a un recinto que se titula con su especie más especial: el patio del pacífico, en la calle San Juan de Palomares, 8, en que reina precisamente el ibiscus . El camino de todos ellos es el de seguir la tradición más arraigada de los Patios de Córdoba , pero también la búsqueda de las especies novedosas, del detalle de la arqueología o del juego con la arquitectura, para demostrar que no siempre los Patios de Córdoba responden a un mismo esquema, sino que van también según la inspiración de sus propietarios y cuidadores.
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