El patio de Córdoba con un pequeño museo arqueológico: de los romanos y paleocristianos a la ciudad califal

Lo saben los cordobeses que todos los años los recorren: el atractivo de los Patios de Córdoba va mucho más allá de las flores, aunque la fiesta sea en mayo y sus colores sea lo que más llama la atención. La arquitectura es importante, con los elementos antiguos y la distribución que recuerda a las antiguas casas de vecinos. Incluso en ellas hay muchas veces que mirar bien y encontrar elementos arqueológicos de muchos interés, integrados en la construcción o formando parte de la ornamentación. El patio de San Juan de Palomares, 8 muestra objetos que parecen interesantes y al preguntar la sorpresa crece. Lo cuenta Gabriel Castillo , dueño de la casa: lo que tiene el espectador ante sí es el fragmento de un sarcófago paleocristiano, que tiene labradas figuras humanas y que debió de ser bastante grande, a juzgar por los elementos. porque «encima de las cabezas hay dos pies». Conserva también una jarra de época califal, fragmentos de una tinaja y una lápida con una inscripción en latín, que no han descifrado, aunque sí se pueden distinguir algunos números romanos . «Es un pequeño museo, con casi todas las culturas que han pasado por Córdoba», dice. ¿De dónde salen? Como relata, no era extraño hasta hace no tantas décadas: «Ahora cuando excavan, los arqueólogos lo documentan todo, pero antes iba a parar a la escombrera, y allí había gente que se dedicaba a buscar lo interesante , y luego a venderlo. No hace tantos años de aquello». Es decir, si se «metía la pala » no se distinguía entre tierra normal y restos arqueológicos, y sólo las personas con un poco más de interés por los objetos antiguos podían ver el interés que tenía. Por eso están allí todas las piezas, a la sombra del pacífico que da nombre al patio. Hoy sería impensable, pero ahora es una colección llamativa. El agua de la fuente cae sobre una antigua pila bautismal , que también sacaron de una escombrera, y que pudo ser de alguna iglesia antigua que no sobrevivió al vendaval del siglo XIX. Quién sabe. Integrada en la casa hay una columna y un capitel de la Edad Media, como es usual en algunas casas de Córdoba, cuyos habitantes buscaron en Medina Azahara o en las casas antiguas material para construir las nuevas. El interés por lo antiguo llega a otro campo, que es el de la paleontología, porque en el patio también hay fósiles. «Iba a las canteras de Asland en busca de ellos. De ahí vienen algunos de los erizo s que están aquí, pero ahora tampoco se puede», dice. En Cabra y Luque había trilobites y amonites , pero tampoco es legal buscarlos ya.

May 15, 2025 - 21:06
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El patio de Córdoba con un pequeño museo arqueológico: de los romanos y paleocristianos a la ciudad califal
Lo saben los cordobeses que todos los años los recorren: el atractivo de los Patios de Córdoba va mucho más allá de las flores, aunque la fiesta sea en mayo y sus colores sea lo que más llama la atención. La arquitectura es importante, con los elementos antiguos y la distribución que recuerda a las antiguas casas de vecinos. Incluso en ellas hay muchas veces que mirar bien y encontrar elementos arqueológicos de muchos interés, integrados en la construcción o formando parte de la ornamentación. El patio de San Juan de Palomares, 8 muestra objetos que parecen interesantes y al preguntar la sorpresa crece. Lo cuenta Gabriel Castillo , dueño de la casa: lo que tiene el espectador ante sí es el fragmento de un sarcófago paleocristiano, que tiene labradas figuras humanas y que debió de ser bastante grande, a juzgar por los elementos. porque «encima de las cabezas hay dos pies». Conserva también una jarra de época califal, fragmentos de una tinaja y una lápida con una inscripción en latín, que no han descifrado, aunque sí se pueden distinguir algunos números romanos . «Es un pequeño museo, con casi todas las culturas que han pasado por Córdoba», dice. ¿De dónde salen? Como relata, no era extraño hasta hace no tantas décadas: «Ahora cuando excavan, los arqueólogos lo documentan todo, pero antes iba a parar a la escombrera, y allí había gente que se dedicaba a buscar lo interesante , y luego a venderlo. No hace tantos años de aquello». Es decir, si se «metía la pala » no se distinguía entre tierra normal y restos arqueológicos, y sólo las personas con un poco más de interés por los objetos antiguos podían ver el interés que tenía. Por eso están allí todas las piezas, a la sombra del pacífico que da nombre al patio. Hoy sería impensable, pero ahora es una colección llamativa. El agua de la fuente cae sobre una antigua pila bautismal , que también sacaron de una escombrera, y que pudo ser de alguna iglesia antigua que no sobrevivió al vendaval del siglo XIX. Quién sabe. Integrada en la casa hay una columna y un capitel de la Edad Media, como es usual en algunas casas de Córdoba, cuyos habitantes buscaron en Medina Azahara o en las casas antiguas material para construir las nuevas. El interés por lo antiguo llega a otro campo, que es el de la paleontología, porque en el patio también hay fósiles. «Iba a las canteras de Asland en busca de ellos. De ahí vienen algunos de los erizo s que están aquí, pero ahora tampoco se puede», dice. En Cabra y Luque había trilobites y amonites , pero tampoco es legal buscarlos ya.