Odín: "Nos sentimos muy orgullosos de haber dado un paso más, y de ser así de sinceros, de abiertos y de disfrutones"

BDSM. Son cuatro letras que despiertan interés en algunos y un rechazo absoluto para otros. En cualquiera de los casos, los pequeños prejuicios empiezan a levantar la cabeza. La intimidad de las personas siempre ha sido un tema tabú para la sociedad e históricamente, se ha interpretado como algo que debe esconderse. Igual se hablaba entre amigos, pero los que estaban interesados en cosas que iban más allá de lo que se encontraban en revistas pornográficas o lo que tenía "normalizado" la sociedad fueron juzgados ante la ley por depravados. Enfermos mentales, se les llamaban. Ahora, gracias a revoluciones sociales y el protagonismo del BDSM en películas mainstream, se ha conseguido redirigir la percepción colectiva sobre el BDSM y el kink (prácticas sexuales que no se consideran convencionales) a algo que se puede hablar y expresar abiertamente. Sin embargo, hay personas que rechazan el BDSM porque no entienden lo que es realmente dado los prejuicios que rondan las conversaciones sobre las prácticas. Por ello, la comunidad BDSM y kink está trabajando activamente para normalizar sus prácticas y fomentar su representación correcta; así podrá existir un diálogo más abierto y los que están interesados en ello puedan aprender de una forma segura y consensuada. Aunque parezca que todo se centra en sexo "duro" y doloroso, esto no podría estar más alejado de la realidad. La comunicación y el consentimiento es la materia prima de las relaciones que contienen aspectos de BDSM, además del respeto mutuo. No es solo sexo, ni es algo que solo practican personas con traumas. Es una forma en la que las personas se relacionan, tanto fuera como dentro de las relaciones íntimas. Para algunos, esto implica una cesión de poder a una pareja para no tener que cargar con aun más responsabilidades al finalizar el día. Para otros, es sentir dolor de la forma en la que ellos quieren y necesitan para procesar emociones, librarse de estrés o por catarsis. Existe una inmensa variedad de kinks y versiones de estas que son explicados por innumerables razones. La realidad es que, para entender a la comunidad, hay que hablar con ella. Armados de preguntas y con prejuicios a resolver, Elplural.com acudió al primer club de BDSM en Madrid, La Nueva Pastelería, y habló con su fundador, Odín. Pregunta (P): ¿Cómo explicaría lo que es la comunidad BDSM? Respuesta (R): Pues es una forma de relacionarse, digamos más libre, diferente a lo establecido en cuanto a la forma de sentirlo, de vivirlo, dándole el enfoque más alternativo a lo que es una relación convencional. Por eso, las propias siglas BDSM significan bondage, dominación, sumisión y sadomasoquismo. Puede ser una forma de vivir, una forma de sentir, una filosofía, un estilo de vida o una alternativa meramente sexual, también. Entre personas adultas, por supuesto, y todo basado en la seguridad, en la sensatez y en el consentimiento. Y con sumo respeto. No es el concepto que tenemos ya preestablecido de sadomasoquismo, puro, tétrico, dolor y cuero. No es así. El...

Feb 22, 2025 - 11:42
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Odín: "Nos sentimos muy orgullosos de haber dado un paso más, y de ser así de sinceros, de abiertos y de disfrutones"
BDSM. Son cuatro letras que despiertan interés en algunos y un rechazo absoluto para otros. En cualquiera de los casos, los pequeños prejuicios empiezan a levantar la cabeza. La intimidad de las personas siempre ha sido un tema tabú para la sociedad e históricamente, se ha interpretado como algo que debe esconderse. Igual se hablaba entre amigos, pero los que estaban interesados en cosas que iban más allá de lo que se encontraban en revistas pornográficas o lo que tenía "normalizado" la sociedad fueron juzgados ante la ley por depravados. Enfermos mentales, se les llamaban. Ahora, gracias a revoluciones sociales y el protagonismo del BDSM en películas mainstream, se ha conseguido redirigir la percepción colectiva sobre el BDSM y el kink (prácticas sexuales que no se consideran convencionales) a algo que se puede hablar y expresar abiertamente. Sin embargo, hay personas que rechazan el BDSM porque no entienden lo que es realmente dado los prejuicios que rondan las conversaciones sobre las prácticas. Por ello, la comunidad BDSM y kink está trabajando activamente para normalizar sus prácticas y fomentar su representación correcta; así podrá existir un diálogo más abierto y los que están interesados en ello puedan aprender de una forma segura y consensuada. Aunque parezca que todo se centra en sexo "duro" y doloroso, esto no podría estar más alejado de la realidad. La comunicación y el consentimiento es la materia prima de las relaciones que contienen aspectos de BDSM, además del respeto mutuo. No es solo sexo, ni es algo que solo practican personas con traumas. Es una forma en la que las personas se relacionan, tanto fuera como dentro de las relaciones íntimas. Para algunos, esto implica una cesión de poder a una pareja para no tener que cargar con aun más responsabilidades al finalizar el día. Para otros, es sentir dolor de la forma en la que ellos quieren y necesitan para procesar emociones, librarse de estrés o por catarsis. Existe una inmensa variedad de kinks y versiones de estas que son explicados por innumerables razones. La realidad es que, para entender a la comunidad, hay que hablar con ella. Armados de preguntas y con prejuicios a resolver, Elplural.com acudió al primer club de BDSM en Madrid, La Nueva Pastelería, y habló con su fundador, Odín. Pregunta (P): ¿Cómo explicaría lo que es la comunidad BDSM? Respuesta (R): Pues es una forma de relacionarse, digamos más libre, diferente a lo establecido en cuanto a la forma de sentirlo, de vivirlo, dándole el enfoque más alternativo a lo que es una relación convencional. Por eso, las propias siglas BDSM significan bondage, dominación, sumisión y sadomasoquismo. Puede ser una forma de vivir, una forma de sentir, una filosofía, un estilo de vida o una alternativa meramente sexual, también. Entre personas adultas, por supuesto, y todo basado en la seguridad, en la sensatez y en el consentimiento. Y con sumo respeto. No es el concepto que tenemos ya preestablecido de sadomasoquismo, puro, tétrico, dolor y cuero. No es así. El...