Ni condones ni vasectomía: El anticonceptivo para hombres que no necesita cirugía y no altera hormonas

Cuando pensamos en algún método anticonceptivo, no es extraño que el primero que venga a la mente sea alguno que tienen que usarse en los cuerpos femeninos: pastillas, parches, implantes, dispositivos intrauterinos, inyecciones hormonales, entre otros.

Y claro, todos los efectos secundarios que vienen con ellos, también le tocan a las mujeres, desde cambios de humor, acné, sangrados intensos, cólicos, migrañas, hasta riesgo de trombosis. Mientras tanto, los hombres han tenido básicamente dos opciones: condón o vasectomía.

Pero, por fin, una nueva alternativa está tomando forma y podría cambiar todo lo que sabemos sobre el control natal: una pastilla anticonceptiva para hombres, no hormonal, con 99% de efectividad y sin efectos secundarios, así como lo leíste.

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El método anticonceptivo para hombres con efectividad de 99%

El anticonceptivo masculino que viene a romper con todo se llama YCT-529, y fue desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Minnesota. Se trata de una pastilla que no toca las hormonas, es reversible y, según estudios en ratones y primates, tiene un nivel de eficacia que deja en vergüenza a más de un método tradicional. Además, no provocó efectos adversos físicos ni emocionales en los animales.

¿Cómo funciona esta pastilla?

A diferencia de los métodos hormonales que se han intentado antes (y que muchas veces no pasaban ni la primera fase de prueba por los efectos secundarios), YCT-529 actúa bloqueando una proteína clave para la producción de esperma: el receptor de ácido retinoico alfa (RAR-α), que está relacionado con la vitamina A.

Este bloqueo hace que los testículos dejen de producir espermatozoides, pero sin afectar otras funciones del cuerpo. Y cuando se suspende el medicamento, la fertilidad regresa en cuestión de semanas.

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En estudios con ratones, el 99% de los machos tratados dejaron de ser fértiles a las cuatro semanas y lo mejor es que después de seis semanas sin tomar la pastilla, recuperaron su fertilidad como si nada. Después, el equipo probó el compuesto en primates y los resultados fueron los mismos.

En solo dos semanas, los monos dejaron de producir esperma y la fertilidad volvió por completo entre las semanas 10 y 15, sin ningún daño en órganos vitales ni síntomas raros. Y sí, las posibilidades de que esto funcione en humanos son muy altas.

No es solo ciencia, es un gran cambio cultural

El desarrollo de esta píldora es un avance enorme en el campo médico, pero también en la conversación sobre el reparto de responsabilidades en las relaciones sexuales. Actualmente, muchísimas mujeres cargan con los efectos secundarios físicos y mentales de métodos anticonceptivos que han sido la única opción durante años. Que exista una pastilla para hombres segura, temporal, accesible y sin efectos hormonales es una forma de equilibrar la balanza.

Claro, la cosa no es tan fácil como lanzar el producto y esperar que todo cambie, los investigadores saben que uno de los grandes retos será convencer a la sociedad (y especialmente a los hombres) de probarla, aceptarla y usarla.

“Con una tasa de embarazos no deseados de casi el 50% en el mundo, necesitamos más opciones anticonceptivas, sobre todo para los hombres”, declaró Nadja Mannowetz, directora científica de YourChoice Therapeutics y una de las responsables del estudio.

También habrá que educar, romper tabúes y trabajar en el acceso a este método, porque sí, el sistema está diseñado para que estas decisiones caigan en las mujeres, pero porfin las cosas están empezando a cambiar.

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¿Y ahora qué sigue? ¿Cuándo estará a la venta?

Aunque los resultados con animales son prometedores, los ensayos clínicos en humanos todavía están en proceso, si todo sale bien, YCT-529 podría estar disponible en unos cuantos años. Y cuando eso pase, estaríamos hablando de un giro enorme en la forma en la que las parejas viven su sexualidad, su salud y su autonomía.

Este avance es mucho más que una píldora: es un paso hacia relaciones seguras, decisiones más compartidas y una mejor calidad de vida para todos.

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