Se suele apuntar que la curiosidad es unos de los motores que nos mantienen alerta, vivarachos. Estas mismas fuentes aseguran que, por muy avanzada que sea tu edad, si mantienes la curiosidad esta actúa como un escudo que te preserva del tedio que te conduce a la tumba. Puede que no les falte razón, pero a mí, en ocasiones, me causa enormes disgustos y, en esos casos, hubiese preferido continuar en la ignorancia o en mis propias conclusiones fruto de las merluzadas que imagino. Cometí el error de preguntar para satisfacer mi curiosidad. La respuesta no fue la esperada y esto me sumió en un estado de tristeza rotunda. Hablé con el encargado de un librería: «Oye, digo yo que...
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