Los Reyes expresan sus condolencias por la muerte del Papa Francisco: «Nos seguirá inspirando siempre»
Los Reyes se han unido al final de la mañana de este lunes a las condolencias por la muerte del Papa Francisco en un telegrama que muestra el afecto y cariño que Don Felipe y Doña Letizia tenían al Santo Padre y que se pudo ver en el encuentro que tuvieron hace casi once años. En un telegrama firmado por Felipe VI y dirigido al Cardenal Giovanni Battista Re, los Reyes han lamentado «en nombre del Gobierno y en el del pueblo español» su «sentido pesar» tras la muerte del Papa Francisco. «Su Santidad el Papa Francisco ha dado testimonio a lo largo de su pontificado de la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social», afirma el Rey en el texto. Y añade: «Nos seguirá inspirando siempre su convicción de la necesidad de llevar ánimo y consuelo a los más pobres y necesitados y la importancia que concedió al diálogo y al consenso para lograr un mundo más justo y solidario». El Rey concluye el telegrama diciendo que «ante el dolor por su pérdida», la Reina y «toda al Familia Real» se unen a él «para trasladas a toda la Iglesia Católica, nuestro pésame y nuestro afecto, así como nuestras oraciones por su descanso eterno». Estas condolencias del Rey tras la muerte del Papa Francisco permiten recordar el primer encuentro que Don Felipe y Doña Letizia mantuvieron con él en el Vaticano y que reflejó la buena sintonía que hubo entre los tres . Solo habían pasado 16 días desde la proclamación de Felipe VI cuando, el 30 de junio de 2014, el Rey y la Reina Letizia realizaron su primer viaje internacional. La primera parada fue el Vaticano, donde tuvieron una audiencia con el Papa Francisco. Cuentan las crónicas de entonces que la visita estuvo marcada por « el buen humor y un clima familiar desde el primer momento » y que el encuentro privado duró cuarenta minutos, un tiempo muy superior a los 25 minutos que el Papa dedicaba a los jefes de Estado. Si se les preguntara a los Reyes por el Papa Francisco, lo más seguro es que les vengan a la cabeza algunos momentos de aquella audiencia. El Papa salió a recibirles con una gran sonrisa a la antesala de su biblioteca privada. «Majestad, bienvenido, adelante…», le dijo a Don Felipe. Siguió el Papa el mismo protocolo de dos meses antes, cuando, el 28 de abril, había recibido la visita de los Reyes Juan Carlos y Sofía y el padre de Felipe VI se había resistido a pasar después del Santo Padre a la biblioteca. El Papa Francisco le convenció con una broma sobre la edad y las ceremonias litúrgicas al decirle «primero los monaguillos». Pero, a diferencia de entonces, Don Felipe no se resistió a cruzar el umbral de la estrecha puerta cuando les invitó a entrar y aceptó devolviéndole la broma: «Los monaguillos primero». El Papa Franciso reaccionó divertido por el recuerdo de aquella chanza que había protagonizado junto a Don Juan Carlos: «Ah, ¡se lo contó su padre!». Entre las dos partes hubo un clima de respeto y afecto. El Rey vistió de civil, con traje azul oscuro, mientras que la Reina lució un traje de chaqueta y falda de color blanco, privilegio de las reinas de países católicos. Una vez finalizado el encuentro, entraron en la biblioteca los miembros de la numerosa delegación que acompañó a Don Felipe y Doña Letizia, entre los que se encontraban el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo , el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutierrez Sáenz de Buruaga, así como altos cargos del Gobierno y de la Casa del Rey. Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron como regalo al Papa un librito pequeño pero muy bien elegido. El Rey le explicó personalmente que era un facsímil del 'Oráculo manual y arte de prudencia' del jesuita aragonés Baltasar Gracián, publicado en Huesca en 1647, del que solo existían dos ejemplares en el mundo. El Santo Padre, por su parte, les obsequió con un precioso medallón de «un proyecto de la plaza de San Pedro» anterior al que luego se ejecutó con la columnata de Bernini. Después, el Rey fue presentando a cada uno de los miembros de la delegación, incluidos el médico del Palacio de la Zarzuela y los cuatro escoltas de seguridad que acompañaron a los Reyes en el viaje. El Santo Padre entregó personalmente a cada uno de ellos un estuche rojo que contenía un rosario . Cuando terminó, Don Felipe le hizo notar que a su lado se encontraba un fotógrafo español y el Papa sonrió amablemente y corrió a un armario de la biblioteca a coger otro rosario que entregó al reportero gráfico, quien recibió el regalo muy abrumado ante un gesto de aprecio inesperado. El Papa acompañó a los Reyes hasta la puerta y les agradeció la visita. Como al inicio del encuentro, Don Felipe le despidió besando el anillo del Santo Padre y Doña Letizia acompañó ese gesto con una generosa reverencia. A Don Felipe el Papa le pidió afectuosamente: «Rece por mí, y salude a sus padres» . A lo que el Rey añadió que se iban «con la esperanza de verle en España». A la Reina el Papa le dijo «con la esperanza de volver a ve
Los Reyes se han unido al final de la mañana de este lunes a las condolencias por la muerte del Papa Francisco en un telegrama que muestra el afecto y cariño que Don Felipe y Doña Letizia tenían al Santo Padre y que se pudo ver en el encuentro que tuvieron hace casi once años. En un telegrama firmado por Felipe VI y dirigido al Cardenal Giovanni Battista Re, los Reyes han lamentado «en nombre del Gobierno y en el del pueblo español» su «sentido pesar» tras la muerte del Papa Francisco. «Su Santidad el Papa Francisco ha dado testimonio a lo largo de su pontificado de la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social», afirma el Rey en el texto. Y añade: «Nos seguirá inspirando siempre su convicción de la necesidad de llevar ánimo y consuelo a los más pobres y necesitados y la importancia que concedió al diálogo y al consenso para lograr un mundo más justo y solidario». El Rey concluye el telegrama diciendo que «ante el dolor por su pérdida», la Reina y «toda al Familia Real» se unen a él «para trasladas a toda la Iglesia Católica, nuestro pésame y nuestro afecto, así como nuestras oraciones por su descanso eterno». Estas condolencias del Rey tras la muerte del Papa Francisco permiten recordar el primer encuentro que Don Felipe y Doña Letizia mantuvieron con él en el Vaticano y que reflejó la buena sintonía que hubo entre los tres . Solo habían pasado 16 días desde la proclamación de Felipe VI cuando, el 30 de junio de 2014, el Rey y la Reina Letizia realizaron su primer viaje internacional. La primera parada fue el Vaticano, donde tuvieron una audiencia con el Papa Francisco. Cuentan las crónicas de entonces que la visita estuvo marcada por « el buen humor y un clima familiar desde el primer momento » y que el encuentro privado duró cuarenta minutos, un tiempo muy superior a los 25 minutos que el Papa dedicaba a los jefes de Estado. Si se les preguntara a los Reyes por el Papa Francisco, lo más seguro es que les vengan a la cabeza algunos momentos de aquella audiencia. El Papa salió a recibirles con una gran sonrisa a la antesala de su biblioteca privada. «Majestad, bienvenido, adelante…», le dijo a Don Felipe. Siguió el Papa el mismo protocolo de dos meses antes, cuando, el 28 de abril, había recibido la visita de los Reyes Juan Carlos y Sofía y el padre de Felipe VI se había resistido a pasar después del Santo Padre a la biblioteca. El Papa Francisco le convenció con una broma sobre la edad y las ceremonias litúrgicas al decirle «primero los monaguillos». Pero, a diferencia de entonces, Don Felipe no se resistió a cruzar el umbral de la estrecha puerta cuando les invitó a entrar y aceptó devolviéndole la broma: «Los monaguillos primero». El Papa Franciso reaccionó divertido por el recuerdo de aquella chanza que había protagonizado junto a Don Juan Carlos: «Ah, ¡se lo contó su padre!». Entre las dos partes hubo un clima de respeto y afecto. El Rey vistió de civil, con traje azul oscuro, mientras que la Reina lució un traje de chaqueta y falda de color blanco, privilegio de las reinas de países católicos. Una vez finalizado el encuentro, entraron en la biblioteca los miembros de la numerosa delegación que acompañó a Don Felipe y Doña Letizia, entre los que se encontraban el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo , el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutierrez Sáenz de Buruaga, así como altos cargos del Gobierno y de la Casa del Rey. Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron como regalo al Papa un librito pequeño pero muy bien elegido. El Rey le explicó personalmente que era un facsímil del 'Oráculo manual y arte de prudencia' del jesuita aragonés Baltasar Gracián, publicado en Huesca en 1647, del que solo existían dos ejemplares en el mundo. El Santo Padre, por su parte, les obsequió con un precioso medallón de «un proyecto de la plaza de San Pedro» anterior al que luego se ejecutó con la columnata de Bernini. Después, el Rey fue presentando a cada uno de los miembros de la delegación, incluidos el médico del Palacio de la Zarzuela y los cuatro escoltas de seguridad que acompañaron a los Reyes en el viaje. El Santo Padre entregó personalmente a cada uno de ellos un estuche rojo que contenía un rosario . Cuando terminó, Don Felipe le hizo notar que a su lado se encontraba un fotógrafo español y el Papa sonrió amablemente y corrió a un armario de la biblioteca a coger otro rosario que entregó al reportero gráfico, quien recibió el regalo muy abrumado ante un gesto de aprecio inesperado. El Papa acompañó a los Reyes hasta la puerta y les agradeció la visita. Como al inicio del encuentro, Don Felipe le despidió besando el anillo del Santo Padre y Doña Letizia acompañó ese gesto con una generosa reverencia. A Don Felipe el Papa le pidió afectuosamente: «Rece por mí, y salude a sus padres» . A lo que el Rey añadió que se iban «con la esperanza de verle en España». A la Reina el Papa le dijo «con la esperanza de volver a verla pronto». Tras esa visita y la de dos meses antes de los Reyes Juan Carlos y Sofía, quedó patente el deseo de los jefes de Estado de que el Papa viajara a España con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, que se celebró el 28 de marzo de 2015. El Santo Padre, además, había sido invitado por el obispo de Ávila de entonces, por la Conferencia Episcopal Española y por los padres de Felipe VI. Pero el Obispo de Roma nunca viajó a España . Dio prioridad a los países menos importantes para dar visibilidad a cuestiones que tenían mayor urgencia.
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