Los grafiteros borran pintadas para saldar su multa en Madrid: "Esperamos que se conciencien"
Los 33 multados que optan por esta forma de conmutar la sanción han recibido formación y trabajarán 60 horas.

Una pared de la recién remodelada plaza de Juan Muñoz en Tetuán estaba plagada de grafitis a las 11.00 horas de la mañana. Pero a las 12.00 horas volvía a estar pintada de gris. Y no ha sido magia, han sido las manos de seis grafiteros, aunque pueda parecer contradictorio, ataviados con trajes de protección, gorra, gafas y mascarillas del Ayuntamiento de Madrid. La escena tiene una fácil explicación: la nueva iniciativa puesta en marcha desde diciembre por parte del Consistorio para que los grafiteros cazados por la policía conmuten sus multas. "Entre pagar 3.000 euros y trabajar 60 horas, prefiero limpiar paredes. Primero te dan un curso, luego son jornadas de ocho horas más o menos y se ajustan a tu trabajo. Tengo 26 años, soy profesor de piano autónomo y no me puedo permitir esa multa por un hobby. Es un alivio poder compensarla de otra manera", explicaba Lucas, nombre falso porque el joven no ha revelado el real para preservar su identidad.
Es la primera vez que salen a pintar las paredes, pero los 33 grafiteros llevan recibiendo formación desde hace meses. Estos cursos han consistido, tanto en cómo pintar como en concienciar sobre los perjuicios que causan las pintadas: el 97% de los participantes "se ha mostrado muy satisfecho con la formación", según fuentes del Ayuntamiento. Además, el 61% considera que" ha mejorado su nivel de conocimiento de la normativa", el 91% valora "muy positivamente" que el Ayuntamiento permita conmutar sanciones con trabajos y el 67% "ve muy eficaz el protocolo a nivel de sensibilización y toma de conciencia para cumplir la norma".
Al terminar las 60 horas de cada uno, habrán conmutado, en total, una sanción de 64.000 euros. "Es una labor importante. No solo reparan el daño que han ejecutado sino que entienden de la dureza de limpiar los grafitis, sus consecuencias y, como digo, se convierten en los principales prescriptores de que hay que mantener limpia la ciudad", exponía el delegado. Para ello, primero se les da un curso de limpieza de la mano de formadores que después les acompañan en el proceso de limpieza. En estas jornadas también conviven con otros profesionales de las brigadas anti grafitis en distintos puntos de la ciudad. Además, la sección de Policía Municipal dedicada a combatir las pintadas sigue trabajando para identificar, pillar y multar a los grafiteros. En 2024, se acumularon 700 identificados, 384 denuncias, 264 expedientes, 200 vigilancias, 117 atestados y 42 investigados.
"La multa me ha hecho aprender la lección"
Al preguntar al grafitero por qué pinta en la calle y no en un lienzo, el joven asegura que "la calle es una galería al aire libre": "El alcance, la proyección, el reconocimiento no tiene nada que ver y por eso es muy difícil de frenar". De hecho, comenta que la misma pared sobre la que están pintando ahora, estando en la zona de Tetuán "con mucha presencia grafitera", volverá a tener grafitis en máximo dos días, pero que él ha aprendido la lección y "no será uno de ellos". "He tenido suficiente con el susto de los 3.000 euros", concluía. Él fue cazado por los policías pintando en un parque con sus amigos. La estrategia anti grafitis del Ayuntamiento de Madrid se divide en dos, los policías y, por otro lado, los limpiadores. Las brigadas de limpieza llevaron a cabo más de 42.000 actuaciones en 379.000 m2 en 2024. Es decir, 40 veces la Plaza Mayor en superficie limpiada en 365 días.
Uno de los presentes en la limpieza en Tetuán, ha aprovechado la presencia del delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante para proponer que, "en vez de delimitar el grafiti, se debería implementar "una nueva herramienta para que los grafiteros se sientan respaldados por la sociedad". "Necesitamos más muros públicos donde podamos expresarnos. Si no tenemos donde pintar, es cuando pintamos donde podemos", expresaba. A esto, ha respondido el delegado que "los vecinos, comercios y comunidades no tienen por qué aguantar pintadas en sus edificios": "La línea entre arte urbano y vandalismo es fina. Los grafitis le cuestan al Ayuntamiento 12 millones de euros en limpieza, un millón al mes. Por eso implementamos esta medida, también para concienciar".
El perfil del grafitero: la mayoría de entre 18 y 29 años
Según datos del Ayuntamiento, el 76% de los multados son hombres: un 61% tiene entre 18 y 29 años y un 15% son menores de edad, mientras que un 12% tiene entre 30 y 39 años y otro 12% entre 40 y 64 años. En el caso de los menores de edad, los mayores de 14 años también pueden conmutar su multa limpiando, pero siempre acompañados por un tutor. En el caso del grafitero también profesor, lo cazaron "haciendo una pintada en un parque una tarde con sus amigos". "No fue nada violento. Nos pillaron, hablamos con ellos, nos multaron y fin. Somos chavales que tenemos nuestros trabajos y esta es nuestra afición. Pese a que los policías sí detectaron un decrecimiento en las pintadas en el balance de 2024, Carabante asegura que seguirán impulsando la desaparición de las pintadas con este tipo de iniciativas.