Un chirrido inevitable golpea al ciclismo desde el principio de los tiempos. Las caídas. Por mucha seguridad, vanguardia tecnológica e ingenio que se pueda desarrollar, nada puede evitar que un ciclista se estrelle en el asfalto. No hay protección posible. La bici es invisible en un accidente y solo el cuerpo amortigua un golpe. En la sexta etapa del Giro, los corredores impusieron su ley ante el peligro. Detuvieron la carrera después de una caída masiva que afectó a primeros espadas, al líder, a nombres potentes, y negociaron la tregua de tiempos con la organización. Es el nuevo orden en la élite del deporte. Otras especialidades se protegen de la lluvia, paralizan carreras de F1, de MotoGP, o cubren techos...
Ver Más