Lobos marinos en peligro en Baja California por intoxicación de ácido domoico
En las últimas semanas, las costas de Baja California se han convertido en el escenario de una situación alarmante: lobos marinos enfermos y fallecidos están apareciendo en playas de Tijuana y Rosarito. Todo apunta a un enemigo silencioso que habita en las aguas: el ácido domoico, una toxina que se genera por el crecimiento descontrolado […]

En las últimas semanas, las costas de Baja California se han convertido en el escenario de una situación alarmante: lobos marinos enfermos y fallecidos están apareciendo en playas de Tijuana y Rosarito. Todo apunta a un enemigo silencioso que habita en las aguas: el ácido domoico, una toxina que se genera por el crecimiento descontrolado de ciertas algas. Esta crisis, potenciada por el cambio climático, está matando mamíferos marinos y amenaza la salud humana.
Alerta en costas de Baja California
Desde enero de este año, 40 lobos marinos han varado en Baja California, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). En Tijuana, Rosarito y hasta San Quintín, los casos se dispararon, con 140 rescates en Malibú desde febrero. La causa es una floración masiva de microalgas Pseudo-nitzschia, que produce ácido domoico, una neurotoxina que se acumula en sardinas y mariscos, el alimento clave de los lobos marinos. Esta toxina provoca convulsiones y desorientación, llevando a los animales a varar. Autoridades piden mantener 15 metros de distancia y reportar avistamientos al 911 o a Protección Civil.
Ácido domoico, una toxina letal para la vida marina
El ácido domoico, apodado “toxina amnésica de los mariscos,” es más peligroso que nunca en 2025. John Warner, del Centro de Cuidado de Mamíferos Marinos en Los Ángeles, asegura que esta floración supera la de 2023, la peor registrada. Las algas proliferan por el calentamiento del océano, un efecto directo del cambio climático. Cuando los lobos marinos comen peces contaminados, sufren agresividad, letargo y convulsiones fatales. No solo ellos: ocho delfines de hocico largo murieron en San Diego en dos semanas, y aves marinas también llegan sin vida. Es una crisis que afecta toda la cadena alimenticia.
¿Y los riesgos para los humanos?
El ácido domoico no discrimina. Se acumula en almejas, mejillones y vieiras, poniendo en riesgo a quienes los consumen. En Los Ángeles, Salud Pública prohibió recolectar o comer estos mariscos, y en Baja California, Cofepris emite alertas similares. La intoxicación amnésica por mariscos causa vómitos, mareos e incluso convulsiones. Si compras mariscos, asegúrate de que vengan de fuentes certificadas y revisa las alertas oficiales. Los pescadores locales deben estar atentos a las actualizaciones para proteger su salud y la de sus clientes. Tu seguridad está en juego.
El motor de esta tragedia: el cambio climático
El calentamiento global es el gran culpable. Mónica Vega, de Semarnat, explica que las temperaturas anómalas del océano fomentan las floraciones de algas tóxicas. El cambio climático desequilibra los ecosistemas marinos, desde las algas hasta los mamíferos. La NOAA señala que estas algas se mueven a aguas profundas, afectando a delfines que antes estaban a salvo. La acidificación de los océanos, otro impacto del cambio climático, agrava el problema. Esta crisis es una señal de que el planeta necesita acción urgente.
¿Por qué debemos preocuparnos (y actuar)?
Más allá de la tristeza de ver animales marinos enfermos o muertos, este fenómeno nos recuerda de manera brutal el impacto del cambio climático en la biodiversidad. Cada varamiento, cada muerte, es una señal de que nuestros océanos están cambiando de forma peligrosa. Tus acciones importan.
Las costas de Baja California están en emergencia. Lobos marinos, delfines y aves mueren por una toxina que el cambio climático ha amplificado. La acción climática ya no es opcional, y parte de nuestra responsabilidad es también respetar la vida silvestre: no acercarnos, no intervenir, y reportar cualquier avistamiento a las autoridades. Si amas el océano, si alguna vez te maravillaste viendo un delfín saltar o un lobo marino tomar el sol en la costa, esta es tu llamada de atención. Protegerlos es protegernos a nosotros mismos.