Lo que una neuróloga advierte sobre el consumo de chocolate y su relación con el dolor de cabeza
Aunque existen muchas teorías al respecto, una doctora explica cuál es realmente el proceso desencadenante de las migrañas, y no es el que creíamos.

¿Existen alimentos con la capacidad para provocar migrañas? Aunque no existen estudios como tal que identifiquen una relación directa entre una causa y su efecto, lo cierto es que los pacientes que se enfrentan a cefaleas mencionan siempre algunos alimentos que 'les provocan las crisis'.
Ciertamente existen algunos hábitos poco recomendables para la salud en general, y las migrañas en particular, como son el abuso de las bebidas energéticas, el tabaquismo, consumir alcohol… asó como no mantener un sueño reparador y saludable o el exceso de estrés. Pero de ahí, a establecer una conexión absoluta entre 'me como una onza de chocolate y me produce un dolor de cabeza a continuación' hay muchos matices.
Lo que comemos influye en la migraña, pero no es definitivo
¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? En torno a esta pregunta, la neuróloga Nuria Pilar Riesco, del Hospital Universitario Central de Asturias, publica en sus redes sociales su teoría, fundamentada, sobre la posible relación entre el chocolate y las migrañas.
Entre sus conclusiones, la doctora dice que "algunas personas relacionan ciertos alimentos con la aparición de dolores de cabeza, y esto sobre todo ocurre con la migraña. Sí que es posible que a un pequeño porcentaje de pacientes con migraña consumir determinados productos o sustancias como aditivos, puedan favorecer una crisis; pero ojo, que en algunos casos sucede justo al revés".
¿A qué se refiere la neuróloga? "El hecho de comer alimentos ricos en azúcares como el chocolate puede ser un indicador de que, aunque aún no tengamos el dolor de cabeza típico, realmente el ataque de migraña ya haya comenzado su proceso".
Las cuatro fases de la migraña
En las crisis de migraña, según la experta, se pueden diferenciar cuatro fases. En la primera de ellas tienen lugar lo que se denominan síntomas prodómicos o premonitorios (los que aparecen antes de que se produzca el dolor de cabeza, que nos están avisando de que nos va a dar un ataque de migraña).
Después, "en más o menos un tercio de los pacientes, en aquellos que tienen diagnosticada migraña con aura, puede aparecer la denominada fase de aura, para pasar a continuación a la que todos reconocemos fácilmente: el dolor de cabeza en sí". Por último, está la fase posdrómica, "la que llamamos de resaca", dice Riesco.
Y añade: "Pues bien, en la primera fase, la premonitoria, son típicos los antojos por el dulce, y pocas cosas hay más dulces que el chocolate. Algunas personas con migraña empiezan a notar que tienen muchas ganas de comer dulce y comen chocolate. Horas después observan cómo empieza el dolor de cabeza y establecen una relación de causalidad: 'comí chocolate y después me dolió la cabeza; por lo tanto, el chocolate me provoca dolor de cabeza'. Causa-efecto.
Sí, hay pacientes que comen chocolate porque tienen migraña
Según la neuróloga, "algunas personas comen chocolate porque tienen migraña, porque en realidad han comenzado ya la crisis aunque ellos no lo sepan porque todavía no hay síntomas. Esto se ha demostrado mediante pruebas de neuroimagen cerebral".
En los estudios que avalan las declaraciones de la doctora Riesco, se ha visto cómo en las crisis de migraña se activan algunas áreas cerebrales relacionadas con esa apetencia por el dulce. "Concretamente, parece que esto sucede por la activación de una estructura concreta que es el hipotálamo".
Como conclusión, la experta reconoce que es difícil para muchos pacientes llegar a saber qué fue antes, si la migraña y por eso tiene antojo de chocolate; o al revés, que el chocolate por alguno de sus componentes como la tiamina, la cafeína o algunos aditivos como el famoso glutamato monosódico les ha facilitado el ataque de migraña".
Sea como fuere, Nuria Pilar Riesco, @neurologa_con_migrana en Instagram, insiste en que lo más importante es individualizar, y no dar de manera indiscriminada y generalizada indicaciones dietéticas que excluyan determinados alimentos. "Hay que valorar cada caso, porque cuando hablamos de alimentación, lo que para una persona puede estar relacionado con la migraña, es probable que no tenga ningún efecto en otra".