Las tiendas de campaña por Palestina vuelven a la Complutense un año después de la gran acampada

El martes por la tarde medio centenar de personas volvieron a desplegar sus lonas en el jardín del Vicerrectorado de Estudiantes de la UCM, donde se cumple el aniversario de la primera protesta universitaria contra la matanza en Gaza y la actuación de Israel: "Es un momento crítico del genocidio"Un mural gigante cosido con dos décadas de investigaciones lanza la protesta en la Complutense contra el “recorte” de Ayuso Los jardines del Vicerrectorado de Estudiantes de la Complutense, en la Ciudad Universitaria de Madrid, volvieron a amanecer este miércoles entre tiendas de campaña y lonas por el suelo. Cuando se cumple un año desde la primera acampada estudiantil para protestar públicamente por el genocidio en Gaza o contra Israel, los que durmieron aquellas noches a la interperie vuelven al mismo lugar para, esta vez, tratar de quedarse. Al menos, en la conciencia colectiva. “Si el año pasado quisimos un movimiento puntual que removiera a la gente, ahora apostamos por consolidar un grupo organizado con el que continuar presionando por la escalada del conflicto. Era el momento de volver: estamos en un punto crítico del genocidio”, se teme María Prieto, una de las participantes de este alzamiento pacífico contra la guerra. Fue el martes por la tarde, 13 de mayo, cuando comenzaron a llegar las nuevas tiendas de campaña. Prieto calcula que un primer recuento advirtieron de unas 50 personas para la primera noche. No saben cuántas vendrán después. El año pasado también se organizaron en mayo, solo que unos días antes, y la acampada por Palestina llegó a alargarse por más de un mes. Después de semana durmiendo en los jardines de la Complutense, los representantes del Bloque Interuniversitario –integrado por asociaciones de las cuatro grandes universidades madrileñas, entre ellas la UCM– anunciaron la retirada de las telas para continuar la lucha popular por otras vías. Pocos días después, celebraron una jornada de reflexión en la Puerta del Sol para aunar voces contra el conflicto. Ahora vuelven a las andadas con el mismo método de hace un año. “El gobierno se esconde detrás de gestos vacíos, pero no pueden engañarnos. Desde el 7 de octubre, el Estado ha adjudicado 46 contratos a la industria militar israelí por valor de 1.041 millones de euros. Siendo cobarde, cómplice y partícipe, exigimos al gobierno central un embargo de las armas que se usan para exterminar al pueblo palestino”, han arremetido los convocantes en un comunicado anunciando el retorno de las tiendas. Varias tiendas y una bandera de Palestina en la acampada contra Israel “Israel es un régimen colonial y asesino, una gigantesca base militar de los Estados Unidos sostenido por los ingresos de su industria armamentística. La entidad sionista es la fábrica de armas de Occidente y Palestina, su laboratorio”, sentencia la nota del manifiesto, que comienza a circular 24 horas después de iniciarse la segunda ronda de acampadas. “Y por eso volvemos a hacerlo, porque nos negamos a tolerar un genocidio, porque ninguna entidad que mata de hambre a niños merece seguir existiendo”, defienden los convocantes, que atacan duramente contra el incremento del gasto militar, sobre todo, en los últimos dos años, y también contra las “oligarquías” de la industria armamentística que se lucran de este viraje. El manifiesto no se queda solo en la matanza sobre la población gazatí, sino que también alude a otros grandes problemas de la época como la crisis climática, las dificultades para acceder a una vivienda o incluso la última ley de universidades promovida por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Y a todo ello, se añade un peligro añadido: “Lejos de garantizar nuestra seguridad, la concentración de armas aumenta las probabilidades de un conflicto armado. Es el ciclo del complejo industrial militar que lleva décadas secuestrando al gobierno estadounidense. Un complejo en el cual el régimen

May 15, 2025 - 02:24
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Las tiendas de campaña por Palestina vuelven a la Complutense un año después de la gran acampada

Las tiendas de campaña por Palestina vuelven a la Complutense un año después de la gran acampada

El martes por la tarde medio centenar de personas volvieron a desplegar sus lonas en el jardín del Vicerrectorado de Estudiantes de la UCM, donde se cumple el aniversario de la primera protesta universitaria contra la matanza en Gaza y la actuación de Israel: "Es un momento crítico del genocidio"

Un mural gigante cosido con dos décadas de investigaciones lanza la protesta en la Complutense contra el “recorte” de Ayuso

Los jardines del Vicerrectorado de Estudiantes de la Complutense, en la Ciudad Universitaria de Madrid, volvieron a amanecer este miércoles entre tiendas de campaña y lonas por el suelo. Cuando se cumple un año desde la primera acampada estudiantil para protestar públicamente por el genocidio en Gaza o contra Israel, los que durmieron aquellas noches a la interperie vuelven al mismo lugar para, esta vez, tratar de quedarse. Al menos, en la conciencia colectiva. “Si el año pasado quisimos un movimiento puntual que removiera a la gente, ahora apostamos por consolidar un grupo organizado con el que continuar presionando por la escalada del conflicto. Era el momento de volver: estamos en un punto crítico del genocidio”, se teme María Prieto, una de las participantes de este alzamiento pacífico contra la guerra.

Fue el martes por la tarde, 13 de mayo, cuando comenzaron a llegar las nuevas tiendas de campaña. Prieto calcula que un primer recuento advirtieron de unas 50 personas para la primera noche. No saben cuántas vendrán después. El año pasado también se organizaron en mayo, solo que unos días antes, y la acampada por Palestina llegó a alargarse por más de un mes. Después de semana durmiendo en los jardines de la Complutense, los representantes del Bloque Interuniversitario –integrado por asociaciones de las cuatro grandes universidades madrileñas, entre ellas la UCM– anunciaron la retirada de las telas para continuar la lucha popular por otras vías.

Pocos días después, celebraron una jornada de reflexión en la Puerta del Sol para aunar voces contra el conflicto. Ahora vuelven a las andadas con el mismo método de hace un año. “El gobierno se esconde detrás de gestos vacíos, pero no pueden engañarnos. Desde el 7 de octubre, el Estado ha adjudicado 46 contratos a la industria militar israelí por valor de 1.041 millones de euros. Siendo cobarde, cómplice y partícipe, exigimos al gobierno central un embargo de las armas que se usan para exterminar al pueblo palestino”, han arremetido los convocantes en un comunicado anunciando el retorno de las tiendas.

Varias tiendas y una bandera de Palestina en la acampada contra Israel

“Israel es un régimen colonial y asesino, una gigantesca base militar de los Estados Unidos sostenido por los ingresos de su industria armamentística. La entidad sionista es la fábrica de armas de Occidente y Palestina, su laboratorio”, sentencia la nota del manifiesto, que comienza a circular 24 horas después de iniciarse la segunda ronda de acampadas. “Y por eso volvemos a hacerlo, porque nos negamos a tolerar un genocidio, porque ninguna entidad que mata de hambre a niños merece seguir existiendo”, defienden los convocantes, que atacan duramente contra el incremento del gasto militar, sobre todo, en los últimos dos años, y también contra las “oligarquías” de la industria armamentística que se lucran de este viraje.

El manifiesto no se queda solo en la matanza sobre la población gazatí, sino que también alude a otros grandes problemas de la época como la crisis climática, las dificultades para acceder a una vivienda o incluso la última ley de universidades promovida por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Y a todo ello, se añade un peligro añadido: “Lejos de garantizar nuestra seguridad, la concentración de armas aumenta las probabilidades de un conflicto armado. Es el ciclo del complejo industrial militar que lleva décadas secuestrando al gobierno estadounidense. Un complejo en el cual el régimen genocida de Israel juega un papel clave. Oponerse a Israel es oponerse al aumento del presupuesto militar, oponerse al auge militarista es oponerse a Israel”.

María Prieto, reflexionando sobre los objetivos de esta nueva acampada, espera que su influencia no quede solo reducida al ámbito académico o estudiantil. “Me gustaría que estuviera abierta a todo el mundo, y que cualquier persona ajena a la universidad, a los estudiantes o el profesorado pueda acercarse para unirse a nosotros”, invita. Se reconoce preocupada por los últimos movimientos del presidente israelín, Benjamín Netanyahu; por eso cree que en esta ocasión no bastará con movilizarse un tiempo: hay que volver para quedarse. Así lo augura el propio manifiesto que proclama su protesta, en una de sus advertencias finales: “Europa no necesita más armas. Europa necesita un gran movimiento popular que plante cara a la guerra y el genocidio”.

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