Las otras víctimas de la DANA: los lesionados
El auto de la magistrada de Catarroja que instruye la causa de la DANA, que investiga la muerte por negligencia de 228 personas el 29 de octubre, en el que ha imputado tanto a la que fuera consellera de Justicia y Emergencias, Salomé Pradas, y al exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, no solo hace una narración de cómo fallecieron varias de las víctimas. Por primera vez hace una referencia explícita a las otras víctimas de la riada, los lesionados. Aquellas personas que lograron sobrevivir pero que, aunque salvaron sus vidas, ahora padecen secuelas tanto físicas como psicológicas. Son las otras víctimas de la DANA. Así, en su auto, al que ha tenido acceso ElPlural.com, la magistrada expone: "La forma de producción de los fallecimientos antes narrada, está evidenciando la existencia secuelas psíquicas en los familiares Un importante número de ellos están bajo tratamiento médico, recibiendo terapia psicológica y en ocasiones se encuentran de baja médica. Las secuelas psíquicas son patentes", pero que a ellos hay que sumarles los lesionados. Como ejemplo de todas esas personas, la magistrada cuenta la historia de lo que le sucedió a un vecino de Benetússer, cuyo nombre este periódico no citará por respeto. Terror en Benetússer El día 29 de octubre sobre las 18:39 horas, este vecino se desplazó en coche a casa de su tía en Benetusser. Aparcó el coche a unas dos calles de donde vive ella, tras llegar la atendió junto a la cuidadora, acabó de cenar su tía, estuvo una media hora en el sillón, luego se fue la luz, por lo que con la luz de los móviles la acostaron. Después se dirigió a donde tenía el coche cuando el agua de repente pasó un poco más de la pantorrilla a la axila, los coches pasaban flotando y vio una ola. Intentó retroceder a donde había coches aparcados. El agua rompía puertas de Mercadona. Intentó cruzar para buscar refugio cuando algo le golpeó la pierna, y por el dolor sintió que era de importancia, así que se fue hacia la pared más cercana. Un vecino le tiró un flotador desde un balcón. Otro vecino le ayudó a subir a una furgoneta que estaba parada. A este vecino le lanzaron una cuerda que, a su vez, se la lanzó a él, con la ayuda del flotador y de la cuerda, consiguió subir a la furgoneta, ayudado por este vecino que resultó lesionado. Les lanzaron ropa, que se llevó la corriente, y luego con una caña y un sedal les enviaron ropa para que se cambiaran, y comida. Ambos estuvieron encima de la furgoneta hasta la 1:37 horas de la madrugada del 30 de octubre, en que apareció una patrulla de la Policía. Les ayudaron a bajar y los llevaron a casa del vecino para que le hicieran un cura de primeros auxilios. Al día siguiente, se fue andando hasta La Torre. Pero tras sufrir una sepsis, debido a las heridas que se hizo mientras trataba de salvar la vida sufrió...
El auto de la magistrada de Catarroja que instruye la causa de la DANA, que investiga la muerte por negligencia de 228 personas el 29 de octubre, en el que ha imputado tanto a la que fuera consellera de Justicia y Emergencias, Salomé Pradas, y al exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, no solo hace una narración de cómo fallecieron varias de las víctimas. Por primera vez hace una referencia explícita a las otras víctimas de la riada, los lesionados. Aquellas personas que lograron sobrevivir pero que, aunque salvaron sus vidas, ahora padecen secuelas tanto físicas como psicológicas. Son las otras víctimas de la DANA. Así, en su auto, al que ha tenido acceso ElPlural.com, la magistrada expone: "La forma de producción de los fallecimientos antes narrada, está evidenciando la existencia secuelas psíquicas en los familiares Un importante número de ellos están bajo tratamiento médico, recibiendo terapia psicológica y en ocasiones se encuentran de baja médica. Las secuelas psíquicas son patentes", pero que a ellos hay que sumarles los lesionados. Como ejemplo de todas esas personas, la magistrada cuenta la historia de lo que le sucedió a un vecino de Benetússer, cuyo nombre este periódico no citará por respeto. Terror en Benetússer El día 29 de octubre sobre las 18:39 horas, este vecino se desplazó en coche a casa de su tía en Benetusser. Aparcó el coche a unas dos calles de donde vive ella, tras llegar la atendió junto a la cuidadora, acabó de cenar su tía, estuvo una media hora en el sillón, luego se fue la luz, por lo que con la luz de los móviles la acostaron. Después se dirigió a donde tenía el coche cuando el agua de repente pasó un poco más de la pantorrilla a la axila, los coches pasaban flotando y vio una ola. Intentó retroceder a donde había coches aparcados. El agua rompía puertas de Mercadona. Intentó cruzar para buscar refugio cuando algo le golpeó la pierna, y por el dolor sintió que era de importancia, así que se fue hacia la pared más cercana. Un vecino le tiró un flotador desde un balcón. Otro vecino le ayudó a subir a una furgoneta que estaba parada. A este vecino le lanzaron una cuerda que, a su vez, se la lanzó a él, con la ayuda del flotador y de la cuerda, consiguió subir a la furgoneta, ayudado por este vecino que resultó lesionado. Les lanzaron ropa, que se llevó la corriente, y luego con una caña y un sedal les enviaron ropa para que se cambiaran, y comida. Ambos estuvieron encima de la furgoneta hasta la 1:37 horas de la madrugada del 30 de octubre, en que apareció una patrulla de la Policía. Les ayudaron a bajar y los llevaron a casa del vecino para que le hicieran un cura de primeros auxilios. Al día siguiente, se fue andando hasta La Torre. Pero tras sufrir una sepsis, debido a las heridas que se hizo mientras trataba de salvar la vida sufrió...
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