Las cotorras

Yo las oía –cómo no hacerlo– sin conseguir aislar mi mente de sus voces. Por un momento llegué a pensar que no había en el mundo artilugio alguno con la potencia necesaria para ocultar ese torrente de murmullos. Aunque es generoso llamar a eso murmullos. Esas mujeres berreaban y lo hacían sin parar. En ocasiones confundí su lenguaje con un tipo de relincho, como si hubieran llegado de otro planeta para acabar precisamente a mi lado, en Barajas, mientras su conversación se amplificaba en todas las colas y en todas las terminales. Posiblemente del mundo. No servían los cascos –esa potencia era sobrehumana– y ahora pienso que ni siquiera habrían funcionado esas máquinas de vacío que te hacen oír el... Ver Más

Abr 27, 2025 - 18:43
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Las cotorras
Yo las oía –cómo no hacerlo– sin conseguir aislar mi mente de sus voces. Por un momento llegué a pensar que no había en el mundo artilugio alguno con la potencia necesaria para ocultar ese torrente de murmullos. Aunque es generoso llamar a eso murmullos. Esas mujeres berreaban y lo hacían sin parar. En ocasiones confundí su lenguaje con un tipo de relincho, como si hubieran llegado de otro planeta para acabar precisamente a mi lado, en Barajas, mientras su conversación se amplificaba en todas las colas y en todas las terminales. Posiblemente del mundo. No servían los cascos –esa potencia era sobrehumana– y ahora pienso que ni siquiera habrían funcionado esas máquinas de vacío que te hacen oír el... Ver Más