La Sixtina cierra sus puertas en busca del nuevo Papa: este es el perfil que esperan los cardenales
A las plegarias por el nuevo pontífice y esa colegialidad compartida se han sumado numerosas intervenciones sobre cuál es el presente y futuro de la Iglesia

"Que sea hispanohablante: vamos a intentar que el próximo Papa hable español", bromeaba hace algunos días el cardenal madrileño José Cobo. Desde la muerte del Papa Francisco, el pasado lunes 21 de abril, cientos de cardenales han viajado a Roma para asistir al cónclave que empieza este miércoles en la Capilla Sixtina. Apenas unas horas después del anuncio oficial las redes sociales de Francisco cambiaron su aspecto: el rostro afable de Bergoglio quedaba sustituido por el toldo bicolor de la sede vacante. A Papa muerto, Papa puesto.
Desde entonces, los cardenales se han reunido cada día, con contadas excepciones –como el multitudinario funeral del sábado 26 o el pasado domingo 4– a puerta cerrada, en unas reuniones previas al cónclave. Estas Congregaciones Generales, que concluyeron este martes con la presencia, ya sí, de los 133 cardenales electores, han servido para que los purpurados afinen sus preferencias y, de paso, se conozcan. Precisamente el cardenal Cobo explicaba por las calles de Roma este punto: "La Congregación sirve para conocernos y compartir experiencias. Yo soy nuevo y no conocía a muchos de mis hermanos cardenales. Son unas jornadas preciosas para compartir".
Hay tensiones entre los cardenales, pero no son enfrentamientos. El tener que trabajar en la diversidad, pues como en cualquier familia, cada uno puede opinar de forma distinta"
No es la suya una hermandad como la de Caín y Abel, pero lo cierto es que en las Congregaciones de estas pasadas semanas se han escuchado opiniones enfrentadas. El mismo Cobo, de nuevo, justificaba esta "riqueza": "Hay tensiones entre los cardenales, pero no son enfrentamientos. El tener que trabajar en la diversidad, pues como en cualquier familia, cada uno puede opinar de forma distinta". En una de las notas de la Oficina de Prensa no pasaban desapercibidas estas líneas: "Se expresó una fuerte preocupación por las divisiones dentro de la misma Iglesia".
La voz de los más ancianos
A las plegarias por el nuevo pontífice y esa colegialidad compartida se han sumado, a lo largo de esta quincena de sesiones, numerosas intervenciones sobre cuál es el presente de la Iglesia y cuál debe ser su futuro. Ahí los cardenales con mayor experiencia, muchos de ellos no electores –tras haber superado los 80 años– han aportado grandes luces. Algunos ejemplos son las palabras del cardenal español Fernando Vérgez, presidente emérito de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano. El purpurado salmantino tomó la palabra para hacer un repaso de la situación actual de la Santa Sede.
IMAGEN: La multitud durante el funeral de Francisco. EFE
Otra de las intervenciones más polémicas de estas Congregaciones ha sido la del cardenal chino Joseph Zen. El prelado, de 93 años, es uno de los principales opositores del régimen comunista y apenas ha conseguido un salvoconducto de diez días para estar presente en estas reuniones: "La Iglesia está en un momento crucial de confusión y división, y una grave responsabilidad reposa ahora sobre los hombros de nuestros hermanos cardenales en el próximo cónclave: darnos un Papa que, con la ayuda del Espíritu Santo, pueda conducirnos de nuevo a la armonía y a la paz", comenzó diciendo.
Tras recordar varias anécdotas personales junto al Papa Francisco –por el que sentía "un verdadero afecto"–, Zen pronunció un duro discurso sobre el estado de la Iglesia: "No debemos olvidar que un así llamado 'Espíritu del Concilio' se apoderó de gran parte de la narración, y 'el humo de Satanás', como dijo el Papa Pablo VI, 'entró por las grietas de la Iglesia', o como lo describió el Papa Benedicto XVI, 'la barca de Pedro está haciendo agua'". Su intervención, filtrada en italiano a los medios de comunicación, poco ha tardado en dar la vuelta al mundo.
Se busca un pastor y un guía
¿Pero qué buscan los electores? ¿Qué espera el Colegio Cardenalicio de su nuevo 'primus inter pares'? Algunos ingredientes los encontramos en las declaraciones de prensa de Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede. Junto a su equipo de la Sala Stampa, cada día han dado algún detalle de los comentarios más repetidos en este precónclave. "Este es el perfil del futuro Papa: una figura que debe estar presente, cercana, capaz de ser puente y guía, de favorecer el acceso a la comunión a una humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial".
IMAGEN: Religiosos durante el funeral del Papa. EFE
Entre los principales desafíos que tendrá que enfrentar el nuevo pontífice, en medio de este "cambio de época" –como tantas veces repetía Francisco–, las Congregaciones han destacado "la transmisión de la fe, el cuidado de la creación, la guerra y la fragmentación del mundo". No parecen asuntos novedosos. En la línea del pontificado del Papa Francisco, a última hora del lunes llegaba una nota de prensa reveladora: "Los cardenales expresan la necesidad de un pastor cercano a la vida concreta de las personas".
La cercanía de Francisco, pues, parece que será un activo en el nuevo obispo de Roma, que en alguna de la sesiones también ha sido llamado por el Colegio Cardenalicio a estar disponible para todos: "Se reafirmó el compromiso y la responsabilidad de los cardenales en apoyar al nuevo Papa, llamado a ser un verdadero pastor, un guía capaz de ir más allá de los confines de la sola Iglesia católica, promoviendo el diálogo y la construcción de relaciones con otros mundos religiosos y culturales".
Bajo la sombra de Francisco
Otro de los criterios llamaba hace algunos días poderosamente la atención de la prensa: el nuevo Papa debe ser un profeta. Así lo expresaba el departamento de Bruni: "No faltaron en la Congregación referencias al Jubileo y al deseo de que el próximo Papa tenga un espíritu profético, capaz de guiar una Iglesia que no se encierre en sí misma, sino que sepa salir y llevar luz a un mundo marcado por la desesperanza".
IMAGEN: El papa Francisco. EP
Así, aunque muchos hablan de una ruptura respecto al camino emprendido por el papa Francisco, lo cierto es que la mayoría de cardenales ven en la herencia de su pontificado una riqueza para el nuevo sucesor de Pedro. Así lo reconoce la Santa Sede: "En numerosas intervenciones se reflexionó sobre la hermenéutica de la continuidad entre los pontificados de San Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco".
Al tríptico de pontífices de nuestro siglo estos días la Iglesia sumará un nuevo pontífice. Pese a la rumorología de nombres y perfiles, todas las quinielas dicen lo mismo: la sombra de Francisco será alargada.