La señal de metabolismo lento que pasa desapercibida y cómo acelerarlo
El hecho de que el metabolismo se ralentice depende de la genética, pero también de la edad, la dieta y del estilo de vida. Un metabolismo lento provoca aumento de peso, y consecuencias en la salud, por lo que debemos tomar medidas que lo vuelvan a hacer 'rápido'.

El metabolismo es esa máquina perfecta que funciona como el motor que transforma los alimentos que ingerimos en energía, necesaria para el organismo, y que se desarrolla a través de un complejo entramado de reacciones químicas en las células. Esa energía es absolutamente necesaria para la vida, aunque en ocasiones no llega ni de la manera correcta ni en la cantidad deseable.
El responsable de que ese proceso natural no se lleve a cabo con la eficiencia necesaria, provocando un aumento de peso incontrolable y difícil de revertir, puede ser lo que los expertos denominan 'metabolismo lento'. Mientras que el rápido quema más calorías, el lento hace que lo que comemos se acumule, nos engorde, y no podamos perderlo bien a pesar de que llevemos una dieta saludable y hagamos ejercicio. ¿Sabrías identificar si tu metabolismo es lento?
Claves para saber si nuestro metabolismo es lento
Existen una serie de pistas que pueden ponernos sobreaviso de que algo no está funcionando en nuestro metabolismo como debería. Es cierto que influye mucho la genética, y también que con la edad, de forma irremediable, se va ralentizando. Sin embargo, también hay factores modificables en los que podemos intervenir para mejorar la situación.
En cuanto a las señales de que nuestro metabolismo es lento se encuentra en primer lugar el aumento de peso a pesar de llevar una alimentación variada y equilibrada. Cuando vemos que engordamos, pero no hay manera de bajar de peso por mucho que lo intentemos, debemos preguntarnos si nuestro metabolismo se ha vuelto lento.
Otro de los síntomas tiene que ver con un cansancio importante y continuo, fruto de la falta de energía (al no transformar la que aportan los alimentos adecuadamente). Los cambios de ánimo y la necesidad de tomar dulce a menudo es otra señal de metabolismo lento, y también lo es sentir que nuestras digestiones son más pesadas, tenemos estreñimiento o diarrea. Sin embargo, hay un síntoma que suele pasar desapercibido, y que sin embargo es significativo: el frío.
¿Por qué el frío es señal de que el metabolismo se ha ralentizado?
La relación entre temperatura corporal y el metabolismo es muy estrecha, de manera que las reacciones químicas que tienen lugar de forma natural necesitan una temperatura concreta para funcionar en las condiciones óptimas. De manera general, podemos decir que las reacciones metabólicas se ralentizan a temperaturas bajas y se aceleran en condiciones de altas temperaturas.
El metabolismo es más rápido cuando la temperatura es mayor, puesto que los procesos metabólicos correctos generan calor corporal. Cuando el proceso se ralentiza, sea por la causa que sea, entonces es cuando sentimos frío. Por ello, los expertos advierten en numerosos estudios que, si sentimos frío del manera habitual sin una causa ambiental que lo justifique, es muy posible que estemos siendo víctima de un metabolismo más lento.
Así podemos acelerar el metabolismo
El metabolismo es el encargado de quemar las calorías que ingerimos para transformarlas en energía, algo que con el envejecimiento va dejando de funcionar a la perfección, provocando que en muchos casos se gane peso sin necesidad de comer más o peor. Aunque hay causas intrínsecas como la genética, hay otras en las que sí podemos intervenir.
Por un lado, para acelerar el metabolismo deberíamos apuntarnos a practicar ejercicios de fuerza, que son los que aumentan la musculatura y le dan un empujón al metabolismo. Al aumentar el gasto calórico, este tipo de deporte acelera la forma en la que conseguimos la energía y no se ganaría peso. A mayor musculatura, metabolismo más rápido.
Otra forma es cuidando la dieta en el sentido de aportarle proteínas, para alimentar el tejido muscular. Cuando nuestro organismo descompone esas proteínas, el cuerpo gasta más cantidad de energía que cuando tiene que hacerlo con los hidratos de carbono o las grasas. Aumentar la ingesta de productos termogénicos como las setas, el café, el té verde o la pimienta también aceleran el metabolismo.