Francesco Acerbi derrotó dos veces al cáncer, superó una depresión tras la muerte de su padre, cayó en el alcoholismo y este martes, con 37 años, marcaba su primer gol en la Champions League, un tanto en el tiempo de prolongación que permitió al Inter de Milán llevar a la prórroga la semifinal ante el Barcelona, en la que los italianos acabaron celebrando el pase a la final de Múnich. Una noche inolvidable para un defensa que caminó por el filo del abismo, que estuvo al borde de abandonar el fútbol por su mala vida y que ha terminado protagonizando de una conmovedora historia de superación. «El cáncer fue mi suerte. Doy gracias a Dios por haberlo tenido», llegó a...
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