El
Barça se alzó ayer con una
Liga merecidísima que ha dominado, casi, de principio a fin. Una
Liga que tiene muchos protagonistas y ninguno de ellos es menor. Es la
Liga de
Flick. Es la
Liga de las remontadas imposibles. Es la
Liga en la que se ha atropellado al
Madrid en los
Clásicos. Es la
Liga de
Lamine y de los adolescentes de
La Masia que no tienen miedo a nada. Es la Liga de
Lewandowski y sus 40 goles a sus 36 años. Es la
Liga de
Pedri y del renacido
De Jong. Es la Liga de
Olmo a pesar de sus problemas físicos. Es la Liga del doctor
Carles Miñarro. Es la
Liga de los revulsivos
Gavi,
Fermín y
Ferran. Es la
Liga del fuero de juego con
Cubarsí e
Íñigo Martínez. Es la Liga de
Koundé y
Balde en los laterales, pero también de
Eric Garcia y
Gerard Martín. Es la
Liga del retirado
Szczesny, y también del desaparecido
Iñaki Peña. Es la
Liga del presidente
Laporta por su apuesta firme y arriesgada por un entrenador que generaba muchas dudas. Y es la Liga de la afición, que ha recuperado la alegría y el orgullo de volver a ser del
Barça.
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