La labor 'invisible' de los voluntarios del Jubileo en el cónclave
Frente al número 7 de via della Conciliazione, a escasos 100 metros de la Ciudad del Vaticano, se forma un pequeño grupo de personas, todas ataviadas con...

Frente al número 7 de via della Conciliazione, a escasos 100 metros de la Ciudad del Vaticano, se forma un pequeño grupo de personas, todas ataviadas con una mochila y un chaleco verde. En el pecho portan el logotipo oficial del Jubileo 2025 —que la Iglesia celebra cada 25 años— y en la espalda una sola palabra, en blanco y perfectamente visible, en italiano: "Volontario". Llegados desde todas partes del mundo, de todas las edades y profesiones, los voluntarios trabajan activamente todos los días para ayudar a los miles de peregrinos que viajan estos días a Roma a transitar hasta el Vaticano, orientarles y resolver sus dudas.
Estos días, en los que las distintas celebraciones jubilares han coincidido con el cónclave y la elección de León XIV, el tránsito de turistas se ha multiplicado. Siempre presentes, los voluntarios son los encargados de habilitar las diferentes procesiones que fluyen por la vía aledaña al Vaticano, en un carril habilitado específicamente para ellos. También les entregan una cruz jubilar, que los peregrinos portan durante su trayecto hasta la Basílica de San Pedro, y con la que rodean la Plaza mientras recitan cantos litúrgicos.
Un joven voluntario, Luca, explica que con el cónclave y los primeros días de papado de León XIV, la afluencia de peregrinos es mucho mayor. También de turistas, lo que ha aumentado considerablemente su trabajo: "Ha habido muchísimo más movimiento, especialmente en esta zona". Es domingo, sobre la 1 de la tarde, y acaba de empezar su turno: "Vengo aquí todos los domingos y estoy unas cinco horas. Regulo el tránsito de personas, ayudo a la gente y doy apoyo a la organización del jubileo".
Además de colaborar los domingos, Luca trabaja en la zona del Coliseo, en el sector turístico. "¿Por qué lo hago? Nunca había hecho trabajo de voluntariado, y al final es una manera especial de vivir este momento. Vivo aquí cerca y tenía la oportunidad, así qué decidí hacerlo", cuenta.
Luca es solo uno de los miles de voluntarios que participan estos días en Roma y que han visto como las celebraciones jubilares —dedicadas a diferentes colectivos de fieles cristianos cada fin de semana— se solapaban con la celebración del cónclave y la expectación por la elección del nuevo Papa. Uno de estos jubileos fue, precisamente, dedicado a, el los voluntarios, el pasado 8 de marzo.
Informan, asisten y guían a los peregrinos
La labor de estos voluntarios es informar, asistir y guiar a los peregrinos a través de los accesos vaticanos, así como prestar asistencia si las circunstancias, como ha sido el caso de estos días, lo requieren. La mayor parte de su labor la realizan en la via della Conciliazione, centro neurálgico de las peregrinaciones, pero también se les puede ver en la estación de tren de Termini o en el aeropuerto de Fiumicino para recibir a los peregrinos.
El número de voluntarios que participa en las labores por el Jubileo varía en función de la semana y de la disponibilidad. En una entrevista en Vatican News, el coordinador del servicio de voluntariado, Marco Lucente, explicaba que hay dos tipos de voluntarios: los itinerantes (que participan por periodos cortos de una semana) y los permanentes (que colaboran durante al menos tres meses). La semana del Jubileo del Voluntariado, aproximadamente unos 100 voluntarios se encargaron de guiar y asistir a 25.000 peregrinos.
Los requisitos para ser voluntario del jubileo son sencillos: ser mayor de edad y disponer de una carta, firmada por un sacerdote, que avale su fe católica y deseo de participar en la vida pastoral.
La mayoría son jóvenes, pero también se ha podido ver con el chaleco verde estos días a personas adultas e incluso monjas y seminaristas. Los voluntarios deben cubrir los gastos de su desplazamiento a Roma, mientras el Dicasterio para la Evangelización, que coordina su actividad, se encarga de proporcionar alojamiento y alimentación. Muchos de ellos se alojan en la "Domus Spei" (en latín, Casa de la Esperanza), cerca de la Piazza Venezia, en pleno centro histórico de Roma.
Aunque su labor puede haber pasado desapercibida para muchos, los chalecos verdes del Jubileo han formado parte del paisaje de estos días en los aledaños del Vaticano. Este domingo, dos de ellos repartían, en los accesos de la Plaza de San Pedro, el periódico vaticano L'Observatore Romano, que dedicaba su portada al nuevo Papa, León XIV. Un acontecimiento histórico en el que no esperaban participar y que han podido vivir en primera persona.