La juventud que nos espera

Al atardecer se respiraba una sensación de incredulidad y euforia. Las plazas y calles estaban abarrotadas de personas que no sabían si retozar por última vez o directamente cantar y bailar como de cristal en una rave. Daba un poco de vergüenza ese espíritu perroflauta que resonaba en barrios como Malasaña o Lavapiés, mientras niños y mayores sufrían de manera directa el problema de no tener luz: personas atrapadas en los ascensores, padres con niños que no sabían cómo volver a sus casas, mayores que no podían subir al tercero ni al cuarto, hospitales, residencias, colegios, estaciones saturadas, cajeros apagados… Pero qué bien lo pasaban ellos. La generación que no ha vivido sin móviles demostró que si se queda sin... Ver Más

May 2, 2025 - 03:12
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La juventud que nos espera
Al atardecer se respiraba una sensación de incredulidad y euforia. Las plazas y calles estaban abarrotadas de personas que no sabían si retozar por última vez o directamente cantar y bailar como de cristal en una rave. Daba un poco de vergüenza ese espíritu perroflauta que resonaba en barrios como Malasaña o Lavapiés, mientras niños y mayores sufrían de manera directa el problema de no tener luz: personas atrapadas en los ascensores, padres con niños que no sabían cómo volver a sus casas, mayores que no podían subir al tercero ni al cuarto, hospitales, residencias, colegios, estaciones saturadas, cajeros apagados… Pero qué bien lo pasaban ellos. La generación que no ha vivido sin móviles demostró que si se queda sin... Ver Más