La división de la derecha argentina
La perspectiva que plantea la elección de legisladores porteños lleva a plantear los efectos político-electorales que está teniendo las divisiones dentro de las derechas argentinas.Esta elección es una muestra más que elocuente. Más allá de las encuestas, hay una realidad, que es un electorado dividido en tercios. En la historia reciente, la Ciudad de Buenos Aires ha sido la base de la reconstrucción de una expresión de centroderecha que no se conocía desde los años treinta, cuando se constituyó la "Concordancia", una alianza electoral entre conservadores, radicales antipersonalistas (contrarios a Yrigoyen) y socialistas independientes, expresión de la izquierda moderada.Respuesta El PRO tomó una contundente posición por los dichos de la jefa del FMI sobre las elecciones Hasta el surgimiento de Javier Milei como figura nacional, el PRO representaba la nueva centroderecha y ello fue así desde 2007. Se trata de un partido nacional que además tuvo el pragmatismo necesario para construir alianzas, siendo Juntos por el Cambio la última de ellas, donde convergieron radicales, liberales, conservadores y dirigentes provenientes de otros partidos.Sobre este electorado, Milei construyó su movimiento político y reclutó sus votantes. Ahora, la división entre el PRO y La Libertad Avanza plantea un escenario de posible derrota, aunque no es inevitable ni irreversible.Javier MileiLa división de las derechas porteñas puede llevar a que el kirchnerismo y sus aliados aparezcan como los ganadores en términos de votos. Cabe señalar que en la Argentina, país sin tradición parlamentaria, ganar una elección de medio mandato se mide más por cantidad de votos que por bancas obtenidas.Se podría llegar a una situación en la que el kirchnerismo y sus aliados, con sólo un tercio de los votos, se impusieran sobre un centroderecha que tenga en conjunto el doble, aunque esté dividido en dos fuerzas que pueden aspirar a ganar (La Libertad Avanza y el PRO) y otras dos que van a sacarles votos (Ramiro Marra, que concurre con la UCeDE, el partido predominante de la derecha antes de que existiera el PRO, y Horacio Rodríguez Larreta, por Volvamos Buenos Aires).Elecciones en CABA Cómo será la campaña de Adorni, cuántas bancas espera sacar y por qué no le pegará a Marra Julián AlvezPero es entre Manuel Adorni, que encabeza la lista de legisladores de La Libertad Avanza, y Silvia Lospenatto, que ocupa el primer lugar en la del PRO, que se disputará una suerte de "interna abierta" de la derecha porteña. El primero ha llegado a decir que quedar a un punto del candidato kirchnerista, Leandro Santoro, sería para él un buen resultado. No es lo que pensarán los votantes.Javier Milei, en un momento de decisiones económicas trascendentes y un horizonte económico que se ha vuelto más favorable, parece dispuesto a tomar riesgo electoral en la Ciudad de Buenos Aires. Ello implica hacer campaña acompañando a Adorni para "transferirle" su popularidad. Pero el riesgo es claro: una derrota electoral podría afectar, en mayor o menor medida, su imagen en el campo económico. Hasta Krisatlina Georgieva ha dicho que para que la economía argentina siga funcionando bien, debe votarse a Milei.Pero quizás el problema más importante sea la elección de legisladores provinciales de la provincia de Buenos Aires, prevista para el 7 de septiembre. El gobernador Kicillof no ha logrado todavía suspender las PASO de estos comicios, las que tendrían lugar el 13 de julio.Elecciones ¿Cristina o Kicillof? Una nueva encuesta los midió en el Conurbano y dio un claro ganador Si se fuera a las PASO bonaerenses con este cronograma, La Libertad Avanza y el PRO tendrían que definir si concurren juntos o separados en el primer distrito electoral del país. Ello implica cerrar una alianza en el mes de junio.Un argumento lógico sería que una derrota de las derechas porteñas llevara al PRO y La Libertad Avanza a no repetir la división de la Ciudad de Buenos Aires. El peronismo bonaerense está fuertemente dividido entre el gobernador Axel Kicillof y la ex vicepresidente Cristina Kirchner, pero comienza a asumir que sin unidad no tiene posibilidades de triunfo.En la otra vereda política las conversaciones para un frente de las derechas bonaerenses se prolongan sistemáticamente y los antagonismos personales, e incluso los del presidente Milei con el ex presidente Macri, no se resuelven, sino que aumentan. La paradoja es que una derrota en la Ciudad puede llevar a una unidad en el territorio bonaerense entre el PRO y La Libertad Avanza. En cambio, un triunfo de ésta puede tener el efecto contrario: utilizar la elección provincial para dirimir la interna de estas fuerzas políticas.Roma Tras despedir al papa Francisco, Milei compartió un almuerzo privado con Giorgia Meloni La lógica de la política obviamente muestra que el interés electoral de las derechas es su unidad en los comicios tanto porteños del 18 de mayo como los bonaerenses del 7 de septiembre, porque esto incrementa sensiblemente sus p

La perspectiva que plantea la elección de legisladores porteños lleva a plantear los efectos político-electorales que está teniendo las divisiones dentro de las derechas argentinas.
Esta elección es una muestra más que elocuente. Más allá de las encuestas, hay una realidad, que es un electorado dividido en tercios. En la historia reciente, la Ciudad de Buenos Aires ha sido la base de la reconstrucción de una expresión de centroderecha que no se conocía desde los años treinta, cuando se constituyó la "Concordancia", una alianza electoral entre conservadores, radicales antipersonalistas (contrarios a Yrigoyen) y socialistas independientes, expresión de la izquierda moderada.
Hasta el surgimiento de Javier Milei como figura nacional, el PRO representaba la nueva centroderecha y ello fue así desde 2007. Se trata de un partido nacional que además tuvo el pragmatismo necesario para construir alianzas, siendo Juntos por el Cambio la última de ellas, donde convergieron radicales, liberales, conservadores y dirigentes provenientes de otros partidos.
Sobre este electorado, Milei construyó su movimiento político y reclutó sus votantes. Ahora, la división entre el PRO y La Libertad Avanza plantea un escenario de posible derrota, aunque no es inevitable ni irreversible. Javier Milei
La división de las derechas porteñas puede llevar a que el kirchnerismo y sus aliados aparezcan como los ganadores en términos de votos. Cabe señalar que en la Argentina, país sin tradición parlamentaria, ganar una elección de medio mandato se mide más por cantidad de votos que por bancas obtenidas.
Se podría llegar a una situación en la que el kirchnerismo y sus aliados, con sólo un tercio de los votos, se impusieran sobre un centroderecha que tenga en conjunto el doble, aunque esté dividido en dos fuerzas que pueden aspirar a ganar (La Libertad Avanza y el PRO) y otras dos que van a sacarles votos (Ramiro Marra, que concurre con la UCeDE, el partido predominante de la derecha antes de que existiera el PRO, y Horacio Rodríguez Larreta, por Volvamos Buenos Aires).
Pero es entre Manuel Adorni, que encabeza la lista de legisladores de La Libertad Avanza, y Silvia Lospenatto, que ocupa el primer lugar en la del PRO, que se disputará una suerte de "interna abierta" de la derecha porteña. El primero ha llegado a decir que quedar a un punto del candidato kirchnerista, Leandro Santoro, sería para él un buen resultado. No es lo que pensarán los votantes.
Javier Milei, en un momento de decisiones económicas trascendentes y un horizonte económico que se ha vuelto más favorable, parece dispuesto a tomar riesgo electoral en la Ciudad de Buenos Aires. Ello implica hacer campaña acompañando a Adorni para "transferirle" su popularidad. Pero el riesgo es claro: una derrota electoral podría afectar, en mayor o menor medida, su imagen en el campo económico. Hasta Krisatlina Georgieva ha dicho que para que la economía argentina siga funcionando bien, debe votarse a Milei.
Pero quizás el problema más importante sea la elección de legisladores provinciales de la provincia de Buenos Aires, prevista para el 7 de septiembre. El gobernador Kicillof no ha logrado todavía suspender las PASO de estos comicios, las que tendrían lugar el 13 de julio.
Si se fuera a las PASO bonaerenses con este cronograma, La Libertad Avanza y el PRO tendrían que definir si concurren juntos o separados en el primer distrito electoral del país. Ello implica cerrar una alianza en el mes de junio.
Un argumento lógico sería que una derrota de las derechas porteñas llevara al PRO y La Libertad Avanza a no repetir la división de la Ciudad de Buenos Aires. El peronismo bonaerense está fuertemente dividido entre el gobernador Axel Kicillof y la ex vicepresidente Cristina Kirchner, pero comienza a asumir que sin unidad no tiene posibilidades de triunfo.
En la otra vereda política las conversaciones para un frente de las derechas bonaerenses se prolongan sistemáticamente y los antagonismos personales, e incluso los del presidente Milei con el ex presidente Macri, no se resuelven, sino que aumentan. La paradoja es que una derrota en la Ciudad puede llevar a una unidad en el territorio bonaerense entre el PRO y La Libertad Avanza. En cambio, un triunfo de ésta puede tener el efecto contrario: utilizar la elección provincial para dirimir la interna de estas fuerzas políticas.
La lógica de la política obviamente muestra que el interés electoral de las derechas es su unidad en los comicios tanto porteños del 18 de mayo como los bonaerenses del 7 de septiembre, porque esto incrementa sensiblemente sus posibilidades de triunfo.
Pero el problema es que la política no siempre es lógica, sino más bien una combinación de razón y pasión: quizás ese es el problema que hoy deben resolver Milei y Macri.